La Sociedad Rural de San Francisco se enorgullece de poder inaugurar hoy la 76° Exposición Agropecuaria, Industrial y Comercial de esta importante región del centro del país. Esta muestra, que es organizada en forma conjunta por la Sociedad Rural de San Francisco, el Centro Empresarial y de Servicios, la Asociación de Industriales Metalúrgicos, la Cámara de la Industria de la Madera y Afines, la Cámara de Comercio Exterior, la Municipalidad de San Francisco y la Región Piemonte-Italia.
Queremos agradecer en forma especial a las autoridades, expositores, colaboradores y público, porque estamos seguros que sin ellos este evento no sería posible.
Siempre una Exposición es motivo de reflexión por el significado que tiene el evento para toda la región. Estamos transitando esta muestra inmersos en una crisis que todos conocemos, pero siempre hay cosas que alientan y nos obligan a seguir trabajando.
Apostamos hace nueve años a la Región Centro, en cada edición de esta Exposición vivimos los altibajos que esta regionalización sufría en su conducción. Hoy seguimos creyendo en nuestra Región Centro en su potencial, en sus posibilidades, en su futuro; trabajamos y seguiremos trabajando desde el lugar que nos compete.
En esta oportunidad, las circusntancias nos ponen frente a un momento donde la incertidumbre y los elementos negativos representan el común denominador del ejercicio de nuestras actividades.
La protesta del campo, desarrollada a partir del 11 de marzo, fue motivada por una arbitraria e injusta medida planteada por el Gobierno Nacional. Generó por parte del sector un auténtico y prolongado reclamo, donde el Agro evidenció una unidad jamás observada, donde hombres y mujeres pusieron tenacidad y dedicación propia de quienes, fieles a sus convicciones, enfrentan con sus razones el derecho que los asiste.
Han pasado desde aquél 17 de julio casi noventa días, donde el voto “no positivo” de nuestro Vicepresidente de la Nación había abierto un tiempo de negociaciones al que el Gobierno no dio importancia, y es por ello que estamos hoy en un nuevo paro agropecuario. Tenemos en claro cuál es nuestro reclamo, y es que queremos ir hacia una nueva política agropecuaria.
Durante gran parte del Siglo pasado y en lo que transcurre del presente, la política agraria viene siendo perjudicada por erróneas concepciones que afectan las extraordinarias capacidades de nuestros recursos y la aptitud de nuestros productores.
El sector Agroindustrial sigue siendo y será quien contribuye en forma directa al crecimiento del empleo. Esta unión entre el campo y la industria que transforman nuestras materias primas, hay que incentivarlas cada vez más, porque seguramente esa es la salida hacia el desarrollo productivo de nuestro país, y así poder proveer la suficiente cantidad y calidad de alimentos que a un buen precio tienen que llegar a la mesa de los argentinos.
Creer que se puede producir con erróneas ideologías, sólo logra frenar el crecimiento del país.
Existen ejemplos concretos que evidencian que hemos logrado un significativo avance en la producción de granos, en la campaña 84/85 se produjeron 44 millones de toneladas, mientras que en la pasada 2007/2008 logramos 96 millones de toneladas. Esto no es un hecho fortuito: se logra con conocimiento, aplicando la tecnología disponible y con mucho trabajo que todos sabemos que es patrimonio cultural de la producción agropecuaria. Tanto el sector lácteo como el cárnico también generaron cambios cuantitativos y cualitativos importantes.
En contrapartida el Gobierno Nacional, con equivocadas políticas intervencionistas ejercidas sobre estas producciones, a través de la secretaría de Comercio Interior y el ONCCA, la Oficina de Control Alimentario, no dejaron espacio para el desarrollo y crecimiento. Es más, han llevado los números de estas actividades a niveles que provocan la desaparición de pequeños y medianos productores.
Como dirigentes, jamás abandonaremos la consigna de expresar las dificultades del sector, y siempre estaremos dispuestos a entablar el diálogo fructífero que signifique la solución de los problemas.
Por ello, señores gobernantes, la experiencia vivida desde el 11 de marzo nos obliga a sugerir que cambien vuestra estrategia de la estéril confrontación por el fructífero modelo de la concertación plural.
No queremos retornar al letargo del pasado y queremos producir cada vez más, siempre que el clima sea favorable, y no como en estos últimos 5 meses donde una sequía desvastadora nos llevó más del 50% de la producción triguera.
Queremos cambios significativos, la transparencia de los mercados y una reducción hasta llegar a eliminar las retenciones en el contexto de una reforma tributaria nacional.
Necesitamos hacer urgentes contratos bilaterales con otros países para permitir sacar los saldos exportables que eviten el abarrotamiento del mercado interno de carne y leche que sólo producen la baja de los precios y convierten al productor en la variable de ajuste.
Necesitamos el reestablecimiento del crédito a tasas accesibles y también un fuerte aporte a la inversión en infraestructura, sobre todo en redes de comunicación. Hace pocos días, hemos reiterado el pedido formal a las autoridades provinciales para que sea considerado a la brevedad la autovía Córdoba-San Francisco.
Por último, un reconocimiento muy especial para todos aquellos productores que llevaron a cabo la protesta agropecuaria, porque sin esa participación no hubiésemos logrado instalar esta problemática en toda la ciudadanía.
Queremos agradecer en forma especial a las autoridades, expositores, colaboradores y público, porque estamos seguros que sin ellos este evento no sería posible.
Siempre una Exposición es motivo de reflexión por el significado que tiene el evento para toda la región. Estamos transitando esta muestra inmersos en una crisis que todos conocemos, pero siempre hay cosas que alientan y nos obligan a seguir trabajando.
Apostamos hace nueve años a la Región Centro, en cada edición de esta Exposición vivimos los altibajos que esta regionalización sufría en su conducción. Hoy seguimos creyendo en nuestra Región Centro en su potencial, en sus posibilidades, en su futuro; trabajamos y seguiremos trabajando desde el lugar que nos compete.
En esta oportunidad, las circusntancias nos ponen frente a un momento donde la incertidumbre y los elementos negativos representan el común denominador del ejercicio de nuestras actividades.
La protesta del campo, desarrollada a partir del 11 de marzo, fue motivada por una arbitraria e injusta medida planteada por el Gobierno Nacional. Generó por parte del sector un auténtico y prolongado reclamo, donde el Agro evidenció una unidad jamás observada, donde hombres y mujeres pusieron tenacidad y dedicación propia de quienes, fieles a sus convicciones, enfrentan con sus razones el derecho que los asiste.
Han pasado desde aquél 17 de julio casi noventa días, donde el voto “no positivo” de nuestro Vicepresidente de la Nación había abierto un tiempo de negociaciones al que el Gobierno no dio importancia, y es por ello que estamos hoy en un nuevo paro agropecuario. Tenemos en claro cuál es nuestro reclamo, y es que queremos ir hacia una nueva política agropecuaria.
Durante gran parte del Siglo pasado y en lo que transcurre del presente, la política agraria viene siendo perjudicada por erróneas concepciones que afectan las extraordinarias capacidades de nuestros recursos y la aptitud de nuestros productores.
El sector Agroindustrial sigue siendo y será quien contribuye en forma directa al crecimiento del empleo. Esta unión entre el campo y la industria que transforman nuestras materias primas, hay que incentivarlas cada vez más, porque seguramente esa es la salida hacia el desarrollo productivo de nuestro país, y así poder proveer la suficiente cantidad y calidad de alimentos que a un buen precio tienen que llegar a la mesa de los argentinos.
Creer que se puede producir con erróneas ideologías, sólo logra frenar el crecimiento del país.
Existen ejemplos concretos que evidencian que hemos logrado un significativo avance en la producción de granos, en la campaña 84/85 se produjeron 44 millones de toneladas, mientras que en la pasada 2007/2008 logramos 96 millones de toneladas. Esto no es un hecho fortuito: se logra con conocimiento, aplicando la tecnología disponible y con mucho trabajo que todos sabemos que es patrimonio cultural de la producción agropecuaria. Tanto el sector lácteo como el cárnico también generaron cambios cuantitativos y cualitativos importantes.
En contrapartida el Gobierno Nacional, con equivocadas políticas intervencionistas ejercidas sobre estas producciones, a través de la secretaría de Comercio Interior y el ONCCA, la Oficina de Control Alimentario, no dejaron espacio para el desarrollo y crecimiento. Es más, han llevado los números de estas actividades a niveles que provocan la desaparición de pequeños y medianos productores.
Como dirigentes, jamás abandonaremos la consigna de expresar las dificultades del sector, y siempre estaremos dispuestos a entablar el diálogo fructífero que signifique la solución de los problemas.
Por ello, señores gobernantes, la experiencia vivida desde el 11 de marzo nos obliga a sugerir que cambien vuestra estrategia de la estéril confrontación por el fructífero modelo de la concertación plural.
No queremos retornar al letargo del pasado y queremos producir cada vez más, siempre que el clima sea favorable, y no como en estos últimos 5 meses donde una sequía desvastadora nos llevó más del 50% de la producción triguera.
Queremos cambios significativos, la transparencia de los mercados y una reducción hasta llegar a eliminar las retenciones en el contexto de una reforma tributaria nacional.
Necesitamos hacer urgentes contratos bilaterales con otros países para permitir sacar los saldos exportables que eviten el abarrotamiento del mercado interno de carne y leche que sólo producen la baja de los precios y convierten al productor en la variable de ajuste.
Necesitamos el reestablecimiento del crédito a tasas accesibles y también un fuerte aporte a la inversión en infraestructura, sobre todo en redes de comunicación. Hace pocos días, hemos reiterado el pedido formal a las autoridades provinciales para que sea considerado a la brevedad la autovía Córdoba-San Francisco.
Por último, un reconocimiento muy especial para todos aquellos productores que llevaron a cabo la protesta agropecuaria, porque sin esa participación no hubiésemos logrado instalar esta problemática en toda la ciudadanía.