En la ciudad de La Plata, se realizaron diversos actos con motivo del centenario del atroz Genocidio que diera inicio el día 24 de abril de 1915 en forma sincronizada en todas las principales ciudades del Imperio Islámico Otomano contra los armenios.
Dos eventos hubo que se desarrollaron ante la Jachkar (Cruz de Piedra) que se encuentra en el Boulevard Armenia ubicado en la intersección de calle 14 y 53. El primero fue una reunión convocada a las 12.15 del día 23 de abril, cuando en todas las Catedrales del mundo sonaron cien campanadas con motivo del centenario, a la vez que la Iglesia Apostólica Armenia proclamaba como mártires a todas las víctimas fatales del Genocidio.
El segundo evento se desarrolló el 24 de abril en el mismo lugar, en el cual Carlos Esayan, como referente armenio de la Cátedra de Pensamiento Armenio de la UNLP junto con un nutrido grupo de la colectividad recordaron los sucesos. En el acto ecuménico en que se hizo presente el Párroco de la Catedral platense, y laicos de la Iglesia Apostólica Armenia, estuvieron presentes integrantes y parientes de las familias: Karagenzian, Digdanian, Bergol, Jabazian, Alayian, Nazar Kasbo, Esayan, y Adam entre otros.
Finalmente, se realizó una Misa en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en Avenida 13 entre 57 y 58 de La Plata, a cargo del Párroco Fernando Sagaspe, el día 26 de abril, contando también con la presencia ecuménica de laicos de la Iglesia Apostólica Armenia. Tras la oración postcomunión, Carlos Esayan hizo uso de la palabra, conmemorando el Genocidio, refiriendo los reconocimientos últimos que Bolivia y Austria han hecho del Genocidio que es sistemáticamente negado por Turquía hasta el presente. A su vez, en nombre de la comunidad armenia platense agradeció de modo particular la colaboración de Silvina Varalli para poder contar con los banners de "Memoria y Reclamo" de la Cámara de Diputados bonaerense.
Por último, el Dr. Emilio Nazar Kasbo refirió unas palabras recordando el martirio de Mons. Ignacio Maloyan y de aspectos particulares de las masacres que tuvieron lugar en la ciudad de Mardin, que en aquél entonces pertenecía a la Provincia Siria del Imperio Otomano, cuando los turcos otomanos ingresaron casa por casa buscando armenios para obligarlos a islamizarse o ser asesinados, en su plan científico de exterminio. Refirió que ningún descendiente de Mardin ni ningún armenio debía hoy haber sobrevivido ni estar presente en la Misa, porque ese era el plan de exterminio: borrar del mundo hasta la palabra "armenio". A su vez, mencionó que todos los que tienen ancestros nacidos en Mardin, indefectiblemente tienen parientes que murieron en las masacres en el marco del Holocausto armenio dado por su unión y asociación con el único Holocausto que fue la crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo que es revivido en cada Misa, lo cual otorga la condición de martirio a quienes dieron su vida por la más noble y excelsa causa: Jesucristo, ejemplo para las futuras generaciones de cristianos. Finalmente, recordó que tras la masacre de los armenios también sucedieron las de arameos, caldeos y de todo otro cristiano que estuviese en la región, lo cual señalaba la profunda raíz teológica de las masacres.
Fidelidad hasta la muerte por causa de Jesucristo: tal es el mensaje que hoy nos dejaron los masacrados por el Imperio Otomano.
