miércoles, 27 de enero de 2010

“SE NECESITAN PERIODISTAS CRISTIANOS EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN”



Entrevista al cardenal español Carlos Amigo Vallejo
Por Gilberto Hernández*
Cada 24 de enero, día de san Francisco de Sales, patrono de los periodistas, se emite, por parte del Papa, el mensaje que guiará la reflexión de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. En el mensaje de este año, el Papa Benedicto XVI ha propuesto reflexionar sobre «El sacerdote y la pastoral en el mundo digital: los nuevos medios al servicio de la Palabra».
En este contexto el cardenal Carlos Amigo Vallejo, OFM, arzobispo emérito de Sevilla, ha conversado con ZENIT-El Observador sobre el tema de los medios de comunicación, particularmente sobre el periodismo católico y su importancia para la Iglesia.
-Hablemos del periodismo sin adjetivos. ¿Qué diagnóstico tiene del que se hace hoy en día?
Cardenal Amigo: No es fácil hacer un diagnóstico, y no sólo por la abundancia y variedad, sino por lo heterogéneo del mensaje que se quiere hacer llegar. En general, puede decirse que el gran mérito del periodismo actual es tener que desenvolverse con libertad en medio de muchos condicionamientos ideológicos, empresariales, políticos, de grupos de presión... En cambio, no deja de notarse cierto servilismo a la ideología, al deseo de ganancia y de control político, a las rivalidades y conflictos entre grupos. Lo que conduce a que la verdad se presente de una manera parcial y el sensacionalismo distorsione los hechos.
-La Iglesia, con su mensaje de la novedad del Evangelio, sus acciones a favor de los pobres, el testimonio de amor y esperanza, no parece ser atractiva para los medios de comunicación; antes bien se maximizan las notas que le acarrean desprestigio. ¿Qué opina de esta situación, el tratamiento de la Iglesia en los medios?
Cardenal Amigo: Nos encontramos ante dos extremos. Por una parte, la vida y actividad de la Iglesia se desconoce, se margina y se pasa con indiferencia ante lo que huele a religión. Pero, por otra, sorprende que aquellos medios que se declaran abiertamente defensores de la desaparición de lo religioso en la vida pública y social, son los que más espacio dedican a noticias referidas a la Iglesia, siempre, como era de esperar, con una versión interesadamente negativa.
El tratamiento que estos medios suelen dar, por ejemplo, a las intervenciones del Santo Padre, vienen marcadas por el prejuicio y el afán de descalificación de Benedicto XVI. Se sacan las palabras de contexto, y, desde luego, ni se ha leído el texto original pronunciado por el Santo Padre, ni se ha tenido ningún cuidado en analizarlo debidamente. Con ocasión o sin ella, hay que decir que el Papa se equivoca. Ofreciendo, además, una especie de magisterio paralelo, que no acepta opinión alguna diferente a la ideología que está detrás de ese medio de comunicación.
-¿Le parece adecuada la batalla que libran los medios de comunicación católicos en el afán de llevar el Evangelio, la voz del Papa y los pastores, la visión cristiana de las cosas a un mundo que cada vez más se cierra a lo que huela a Dios?
Cardenal Amigo: No solamente me parece adecuada, sino necesaria y hasta imprescindible. En primer lugar, con un sentido de ayuda al conocimiento de la verdad, a la formación de criterios objetivos, a la difusión del mensaje de Cristo y a la voz del magisterio de la Iglesia, sobre todo el del Santo Padre.
El periodismo católico puede ser una verdadera conciencia crítica, lo cual es muy positivo y ayuda a conocer y a buscar la verdad objetiva. Ahora bien, no esperemos que una actitud tan noble vaya a pasar desapercibida, y los obstáculos, la ridiculización y el interés por silenciar la voz de la Iglesia y de sus medios aparecerá enseguida.
-¿A quién debe dirigirse este esfuerzo de comunicación: al interior de la Iglesia o al exterior, al mundo laico?
Cardenal Amigo: Se tiene que llegar a todos los ambientes. Los medios son muy diferentes, desde las modestas hojas parroquiales hasta las grandes cadenas de comunicación. La Iglesia tiene que llegar a todos. No es fácil. Pero son muchos los ejemplos que podemos aducir, en los que se está haciendo un plausible intento por llegar a los más distintos ambientes públicos y sociales.
-¿Podemos hablar realmente de un periodismo católico? ¿Qué características debe tener?
Cardenal Amigo: Decía un famoso comunicador, el que fuera cardenal Herrera Oria, que un periódico católico lo primero que tenía que ser era un buen periódico. Es decir, un medio de comunicación bien hecho bajo el punto de vista técnico. Y llevar a ese medio la noticia, siendo objetivos en lo acontecido y fieles a la doctrina social de la Iglesia en el comentario.
Las características de la actuación del católico en los medios de comunicación serían las que, en más de una ocasión, ha expresado el magisterio de la Iglesia: información verdadera, respeto a las leyes morales, tener en cuenta que la persona y la comunidad humana son el fin y la medida del uso de los medios de comunicación social.
-¿Cuál cree usted que debe ser el perfil de un auténtico comunicador católico?
Cardenal Amigo: Si el periodista se confiesa católico, esa condición no sólo no debe limitar la libertad de expresión y el derecho a la información, sino que debe ser una garantía de profesionalidad.
Se necesitan cristianos profesionales en los medios, y también medios de comunicación propios para poder decir nuestra palabra en una sociedad democrática, abierta y pluralista. Al mismo tiempo que se piensa de esta manera, no siempre existe un auténtico interés por llevar a cabo esta misión. Es más, no se encuentra el apoyo necesario para llevar a cabo esta labor apostólica. Los fieles contribuyen generosamente a mantener las obras caritativas y asistenciales que realiza la Iglesia. Pero todavía no hay conciencia de que la Iglesia también tiene que predicar el Evangelio a través de los distintos medios de comunicación.
* SEVILLA, miércoles 27 de enero de 2010
ZENIT.org
El Observador