El pensamiento de Mons. Richard Williamson
Obispo seguidor de Mons. Marcel Lefebvre
Número CCCVII (307) - 1º de Junio
de 2013
Un número de buenas almas desean que
una Congregación sea fundada para reemplazar a la Fraternidad San Pío X. Pero,
si bien comparto el temor de ellas que la FSPX está actualmente bien avanzada
en el camino para inhabilitar su antiguamente gloriosa defensa de la Fe y vida
católicas; y, si bien por consiguiente simpatizo con su deseo de
ver otra Congregación como ella para tomar su lugar, no creo que ello sea
posible y pienso que merece explicarse porque.
Cuando en 1970 el Arzobispo Lefebvre
escribió la carta constitucional de acuerdo con la cual la futura FSPX se
fundaría y funcionaría, a saber sus Estatutos, fue para él de gran importancia
obtener la aprobación oficial para ellos por el obispo de la diócesis católica
en la cual la casa original de la FSPX estaba situada. En cuanto a él le
tocaba, obtener o no obtener esa aprobación significaba toda la diferencia
entre fundar una Congregación de la Iglesia Católica y lanzar una asociación
privada por su propia cuenta. Él tenía todo el interés en fundar una Congregación
católica, mucho menos interés en lanzar una institución privada.
De hecho, cuando fue a ver al Obispo
Charrière de la Diócesis de Ginebra, Lausana y Friburgo para obtener esa
aprobación, no tenía esperanzas. La Revolución Conciliar estaba por entonces
bien en camino y era directamente contraria a lo que los Estatutos proyectaban.
Sin embargo, providencialmente el Obispo Charrière dio su aprobación, tal vez
porque sabía que se iba a jubilar pronto después. De cualquier manera, Mons.
Lefebvre volvió alborozado a Ecône y un reporte incluso habla de él flameando
triunfalmente en el aire los Estatutos nuevamente aprobadas.
Lo que eso significó para él fue que
de allí en más, en cuanto a él le concernía, él tenía la autoridad de
la Iglesia para construir una Congregación de la Iglesia. Si bien unos años
más tarde, Roma iba a intentar retirarle tal autorización, este intento era
intrínsecamente tan injusto según la ley de la Iglesia, que Mons. Lefebvre
nunca dudó en continuar ejerciendo dentro de la FSPX toda la
autoridad de un Superior clásico de una Congregación. Esa autoridad católica
clásica tiene tal poder que enganchándola con arneses al carro de
mentiras, los Papas Conciliares han sido capaces de destruir virtualmente la
Iglesia Universal y, por estar siendo enganchado con arneses a un
acuerdo práctico con Roma Conciliar, está ahora virtualmente destruyendo la
FSPX. Por otro lado, sobre sacerdotes, monjas y laicos fuera de
la FSPX, el Arzobispo Lefebvre nunca se arrogó a sí mismo ninguna autoridad otra
que la de padre, consejero y amigo.
Pero, los días del Obispo Charrière
hace tiempo que se fueron. ¿Cuántos obispos sanos quedan en la Iglesia oficial?
Y, ¿cómo podría cualquiera de ellos aprobar hoy estatutos Tradicionales y
anti-Conciliares? Es como si justo después que el Arzobispo se escapó del
castillo católico con los Estatutos católicos en su mano, el portón levadizo
Conciliar de hierro se desplomó detrás de él. “Ellos están
mentalmente enfermos, pero tienen la autoridad”, dijo uno de los cuatro teólogos
de la FSPX acerca de los teólogos Romanos después de las Discusiones
doctrinales de 2009-2011. La FSPX es con seguridad la última en la línea de las
Congregaciones clásicas a poder ser fundada, al menos hasta después
del Castigo. Y duró solo unos cuarenta años.
Es por eso que, en mi opinión, “Lo
que no puede ser curado debe ser soportado”. Y es por eso que, en este momento,
me contemplo como siendo no más que padre, consejero y amigo para cualesquiera
almas que llamen al liderazgo y apoyo de un obispo. Incluso esa es tarea
suficiente. Que Dios esté con todos nosotros.
Kyrie eleison.