Quienes apreciamos la vida, la defendemos para todos desde la concepción en el seno materno hasta la muerte natural. Para los legisladores, parece que no es tan así.
IZQUIERDA PANSEXUALISTA
La Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados de la Nación recibió en audiencia pública a la abortóloga Marianne Mollman de Human Rights Watch quien disertó a favor de la despenalización del aborto en la Argentina. Esta disertación no es más que el delito de “apología del delito”, que debiera recibir sanción penal conforme nuestras leyes.
Este martes 30 de noviembre fue el último día de sesiones ordinarias parlamentarias del año 2010. Pero a su vez, Juan Carlos Vega (CC), Presidente de la Comisión, manifestó que piensa continuar con el “debate” el año que viene cuando comiencen las sesiones. Cabe destacar que cuando se habla de “debate”, en realidad se trata de posiciones ya tomadas, a espaldas del pueblo, sobre proyectos que jamás fueron planteados a la ciudadanía en las plataformas electorales ni fueron objeto de promesas previo a los comicios, y que se piensan aprobar a como dé lugar mediante las más diversas presiones, tal como sucedió con la aprobación de la aberrante ley de “matrimonio homosexual”. No hay diálogo entre sordos, y llaman diálogo a la aberrante apología del delito de lo antinatural, antihumano y particularmente anticatólico.
La reunión fue promovida por las diputadas izquierdistas María Luisa Storani (UCR), Vilma Ibarra (Nuevo Encuentro) y Cecilia Merchan (Proyecto Sur), habiéndose hecho presentes ficticias ONGs abortistas cuyo objeto es el daño público, que son sellos de goma, a la vez que hubo ONGs reales que se manifestaron en contra de la medida.
DIPUTADAS CLANDESTINAS
Las diputadas promotoras de la reunión dijeron que estaban satisfechas de que el tema“saliera de la clandestinidad”, en tanto que el aborto es un delito; y además afirmaron mentirosamente que son los sectores más pobres de la sociedad los que más se ven afectados por el aborto inseguro e ilegal. Traducido al castellano: afirman que los pobres se ven afectados por no poder cometer el delito del aborto. ¿Dónde dice el Código Penal que “los ricos” están eximidos de sanción por cometer el delito del aborto?
María Luisa Storani opinó que “el no poder decidir sobre nuestro cuerpo es una violación a los derechos humanos y tiene que ver con la violencia de género. Estamos acá para legislar sobre la vida”.
¿Es lícito a una persona decidir sobre su propio suicidio? ¿Es lícito a una persona decidir en contra de su propia salud? ¿Es lícito a una persona decidir sobre la muerte de un bebé nonato? ¿Es una violación a los derechos humanos y una violencia de género el asesinar a los bebés nonatos? Pues legislar sobre la vida implica penalizar a quien mata o daña la vida: y en el caso del aborto la víctima es quien menos defensas tiene.
Por otra parte, se habla de que “la mujer decide”, cuando el bebé nonato tiene un padre biológico real, el cual por naturaleza debe defender la vida del bebé por nacer. El bebé nonato tiene un 50% de la biología materna, pero la otra mitad pertenece a la biología paterna, y no se pueden eliminar los derechos del padre y que sean suplantados por un pervertido deseo de la mala madre de asesinar irreversiblemente al bebé por nacer. ¿Desde cuándo aprobar el aborto es “legislar sobre la vida”? Más bien es legislar sobre la muerte, como el mismo delito significa.
ABORTÓLOGA YANKI
En su exposición, Mollman continuó con las mentiras afirmando que: “La penalización del aborto no sólo trae consecuencias graves para la salud y la vida de la mujer individual que necesita interrumpir su embarazo, tiene el agregado de crear un problema de Salud Pública”.
Sin embargo, el aborto se penaliza como un homicidio que es, no se encuentra entre los delitos contra la “salud pública”, sino entre los delitos contra la vida. Si el aborto trae consecuencias graves para la salud y la vida de la mujer, entonces estas graves consecuencias pueden evitarse no cometiendo el homicidio del bebé nonato. Ninguna mujer tiene la “necesidad” de abortar (eufemísticamente llamado “interrumpir el embarazo”).
Por otra parte, la “salud pública” no se halla comprometida ni se ocasiona problema alguno en caso de que no se realicen abortos (como es natural para que la raza humana continúe con su presencia en este mundo). Por el contrario, la Soberanía y la Geopolítica argentina señalan que las mujeres no deben abortar, porque corremos el peligro de vivir un “invierno demográfico” como el europeo.
MENTIRAS HOMICIDAS
La representante de Human Rights Watch sostuvo que “según las estadísticas oficiales, en 2009, la mortalidad materna ha vuelto a subir y la proporción de muertes maternas es del 28%, es decir que el aborto inseguro, la ilegalidad del aborto, es la primera causa de la muerte en la Argentina y es doblemente trágico, porque es evitable. En los países en los que el aborto es legal no se verán esas muertes ni se verán esas cifras”.
Sobre tales palabras, hay que resaltar que no existe el “aborto seguro”, porque lo único seguro es que el bebé nonato morirá. Incluso la disertante extranjera omitió mencionar el síndrome postaborto, por el cual la mujer que aborta a su bebé queda en un estado de colapso nervioso, con un gran sentimiento de culpa por el bebé que mató y que jamás podrá recuperar.
Si hay mujeres que mueren al tratar de ocasionarse el aborto, significa que el aborto es malo, que debe ser evitado, y además justamente penalizado. Por otra parte, las estadísticas que ofreció son falsas y no explican el contexto al cual se refieren, aprovechándose de ello para exagerar los porcentajes.
DERECHO A ASESINAR
“Pero además, es un tema de Derechos Humanos”, explicó la mujer estadounidense y citó múltiples organismos internacionales, incluyendo Naciones Unidas, que “reconocen que el ejercicio legal y seguro resulta esencial para el disfrute y ejercicio de los derechos humanos fundamentales de las mujeres”. Sin embargo, las Naciones Unidas reconocen que el primer derecho de los niños es el derecho a la vida, y por tanto resulta imposible, ilógico, contradictorio y hasta una locura que el aborto sea considerado como un derecho de los bebés.
Finalmente, Mollman exhortó a la sociedad argentina a mantener un debate serio sobre el aborto desde la óptica de los Derechos Humanos y afirmó que la despenalización del aborto no tiene incidencia significativa en la cantidad de mujeres que lo practican: “La clandestinidad del aborto no lo evita: lo hace peligroso” y recordó que “ninguna mujer se embaraza para abortar”.
Si se aplicara el mismo razonamiento a otros delitos, el país viviría un colapso de inseguridad aun mayor que el actual por la impunidad que sentirán los delincuentes. No existe un “debate serio sobre el aborto”, porque no se puede debatir un delito, no se puede debatir el homicidio de un bebé nonato, ya que no puede ser materia de debate ni de votación. Y si se convierte en materia de debate y de votación, tal debate será estéril, y tal votación será nula.
“La clandestinidad del homicidio, del cohecho, de las lesiones, de las amenazas, del narcotráfico… no evita la comisión de tales delitos: los hace peligrosos”, y por tanto se deben despenalizar, pareciera ser el razonamiento de Mollman. Que universalicen esta norma en Yankilandia para todos los delitos y que sean despenalizados, así podremos tranquilamente tirarles una bomba atómica sin recibir sanción alguna, lo cual beneficiará a Yankilandia porque evitará que muchas personas hagan colapsar el sistema de salud, que comenzará a dar más beneficios y utilidades económicas a causa de la disminución de la población.
LA MAFIA LIBERTINA
Por su parte, los diputados presentes se limitaron a hacerle preguntas a la “especialista en abortología”, aunque también decidieron exponer acerca de sus posturas.
Estuvieron invitadas las diputadas de la Ciudad de Buenos Aires las prolesbianas María José Lubertino (FPV), y Diana Maffia (CC) que expresó su apoyo a la despenalización (en una clara apología del delito), quien además alegó la falta de consideración estatal sobre las medidas de prevención sobre los embarazos no deseados: “El Estado debe dar educación sexual, anticoncepción y políticas para evitar la violencia de género. Ese Estado que prohíbe el aborto está ausente en todos estos casos”.
Es decir que dos personas que tienen relaciones sexuales y saben que de esas relaciones nace un bebé, tienen un “bebé deseado”, ya que sus acciones tendieron al nacimiento del bebé. No existe “prevención” de un bebé que sea válida, más que la castidad fuera del matrimonio.
Si un “bebé no deseado” puede ser asesinado… universalizando el principio, ¿qué se debe hacer con una “legisladora no deseada”? Si por ejemplo alguien se da cuenta tardíamente de que un nacido era no deseado ¿lo puede matar independientemente de la edad que tenga?
¿PROVIDA ANTIVIDA?
Por su parte, la diputada Cynthia Hotton (Valores para mi País), explícita opositora a esta iniciativa, instó a que se considerara como parte del debate “proyectos alternativos que también buscan proteger a las mujeres”.
Sin embargo, la diputada Hotton contempla la posibilidad de distribuir anticonceptivos, que son real o potencialmente abortivos, en lo cual incurre en graves contradicciones provida.
Ivana Bianchi (Peronismo Federal), a su turno, prefirió agregar al debate los “derechos del niño por nacer”, y la posibilidad de un tráfico de embriones con fines médicos o cosméticos, sobre lo que consultó a abortóloga Mollman, que de eso debe saber un montón.