Cerca de 1.500 productores tamberos de todo el país, abarcando todas las cuencas, evalúan un paro con cese de comercialización, avanzando en un plan de lucha nacional.
El principal reclamo es la ampliación del subsidio de 0,10 $ por litro a toda la base de tamberos, y no solamente a los más pequeños, sumado a la asistencia inmediata con créditos accesobles y compensaciones para productores que fueron afectados gravemente por la última sequía.
En la localidad de Suardi, Provincia de Santa Fe, se formalizó una reunión el día martes 28 de abril pasado. En dicha oportunidad, Eduardo Buzzi sostuvo que “La prioridad de Kirchner es ver cómo hace para perder menos margen el 28 de junio. Nuestra principal preocupación, en cambio, está en garantizar el destino de miles de pequeños y medianos productores”.
La lechería está sufriendo un grave colapso desde hace varios años, con cierres de numerosos tambos al punto que hacen peligrar la base de la actividad y la provisión del golpeado mercado nacional (que actualmente incluye una crisis en la cadena de pagos), en tanto que el mercado internacional actualmente resulta casi inaccesible.
Buzzi explicó que “se trata de generar condiciones para que los chacareros tengamos condiciones para saber lo que sabemos hacer, que es producir. Es un mandato que nos viene de varias generaciones, y es la única manera de preservar la vida de nuestros pueblos del interior”.
La repercusión del colapso lácteo está haciendo desaparecer prácticamente la actividad fuera de las grandes cuencas lecheras, y disminuyendo la productividad en éstas, en tanto la lechería es sustituida por otras alternativas que parecen más rentables.
En tal sentido, el dirigente agropecuario denunció que “los problemas del sector son urgentes. Estamos hablando de miles de familias que están peleando por su supervivencia, y que ven en riesgo su futuro si no se modifica la actual política agropecuaria, que provoca todos los días la desaparición de un tambo”, denunció Buzzi.
Tambos con productividad menor a 40 mil litros mensuales, poseen resultados negativos, en tanto los que rondan los 40 mil litros tienen una rentabilidad nula en las zonas más propicias para la lechería.
Los tambos tienen problemas con los aumentos del valor de sus insumos, de los servicios necesarios para el funcionamiento de un tambo mecánico como son la luz o el gas, con la falta de rentabilidad de la crianza de terneros machos, la falta de mantenimiento de los caminos que conducen a cada tambo (que tienen requerimientos especiales por el paso frecuente de los camiones de transporte de leche), con los precios antieconómicos que se reciben, además de que tal situación impide la mejora genética del ganado, que muchos tambos se encuentren fuera del Control Lechero Oficial, así como la renovación de la estructura edilicia para la producción, entre otros.
“En cada una de las reuniones que tuvo la Comisión de Enlace con el gobierno, hablamos con los funcionarios del problema lechero. Pero ellos hicieron oídos sordos a nuestros reclamos. Y cada vez que firmaban un acuerdo, aunque sea parcial, nunca lo respetaron”, conclyó Buzzi.
Mientras tanto, surgen voces de apoyo a la medida, alentando a que no se comercialice la leche, el ganado y los granos; algunos sostienen que debe ser sin cortes de ruta, otros quieren volver a ellos, ya que no se halla modo de hacer valer los derechos del campo que produce en un contexto de antirentabilidad.
Hay tambos que reciben $ 0,70 por litro sobre unos 30 mil litros de producción mensuales, que padecen dificultades para cobrar el subsidio.Por otra parte, no se tiene en cuenta por lo general el costo financiero de la tierra, permitiendo tal omisión mejorar los márgenes en los análisis económicos, a pesar de que no responden a la realidad. La actividad no es rentable, al punto que si se percibiera $ 1,20 por litro de leche tampoco alcanzaría niveles de rentabilidad. En un contexto semejante de pérdida evidente, la persistencia en la explotación produce un costo de oportunidad elevado.
La intención intelectual del Gobierno es desarrollar el Plan Nacional Estratégico 2009 – 2020, el cual contempla producir 20.000 millones de litros de leche por año en nuestro país, pretendiendo exportar el 50% de la producción de Argentina en el año 2020. Sin embargo, resulta inviable en las condiciones actuales de productividad, en que el consumo interno cae (cae la demanda de leche que en teoría es “inelástica”), y resulta inviable la exportación, habiendo perdido numerosos mercados internacionales durante los últimos años.
Los productores, ante la coyuntura de dificultades, no hallan otro medio de hacer valer sus reclamos que mediante un paro nacional que unifique las problemáticas de las diversas cuencas y mejore al sector en sus demandas.