Por Arturo Navarro.
Consultor
Los derechos de exportación del trigo hay que eliminarlos porque la producción no va alcanzar para exportar. Si no hay exportación no hay recaudación por más necesidades fiscales que tenga el Estado. No hay otra alternativa posible para asegurar el abastecimiento interno de trigo que volver a la sensatez y la racionalidad. El mercado debe funcionar libremente sin intervención en el negocio empresario del ONCCA -organismo que hay que eliminar para terminar con los aprietes y la corrupción-. La otra alternativa es que el gobierno estatice formalmente el comercio de granos y se atenga a las consecuencias de una mayor caída de producción. Este sería el único mensaje creíble del gobierno a los productores y al complejo agroindustrial, para poder incentivar una mejor siembra ante los graves problemas que enfrenta dicho cultivo.
Los tiempos electorales no siempre coinciden con los ciclos biológicos. Lo que no se resuelva en estos primeros quince días de mayo, serán determinantes en el resultado final de esta importante producción que significó en el ciclo 2007-2008, 5300 millones de dólares de PBT de toda la cadena de trigo. No son solamente de 6 millones de TT para el consumo interno la importancia de la cadena.
El gobernador Daniel Scioli tendrá que dejar de lado sus actitudes testimoniales y ponerse a gobernar pensado en el sector agropecuario y en el país, formalizando un reclamo concreto al Gobierno Nacional de la eliminación de los derechos de exportación para el trigo, por representar la provincia de Buenos Aires el mayor porcentaje de la producción del país y la única provincia que está en condiciones de revertir la actual situación para mejorar, inclusive la grave situación fiscal de la provincia.
La última información de la siembra de trigo para la campaña 2009-2010 sería de 3,5 millones de hectáreas. La caída del área sembrada de 1 millón de hectáreas relacionada con el ciclo 2008-2009 es consecuencia de las políticas implementadas por el Gobierno en los últimos años que provocó un total rechazo de los productores a invertir en este cultivo por los riesgos políticos y que continuará a pesar de los anuncios de la Presidenta de la Nación. Este año está agravado el panorama por factores climáticos de escasa o nula reservas de aguas en el perfil de suelos y toda la información climatológica que se dispone es pesimista sobre lo que va a ocurrir en el otoño y el invierno próximos, lo que determina que el área prevista pueda reducirse y caigan los rendimientos históricos por hectárea provocando que el país no tenga trigo para exportar e inclusive no alcance para cubrir la demanda interna en cantidad y calidad.
Si se sembraran las 3,5 millones de hectáreas a 2000 kg por hectáreas que fue el rendimiento aproximado del año pasado, tendríamos una producción 7 millones de TT que apenas permitirían atender el consumo interno. En el supuesto de que se mantuvieran las 3,5 millones de hectáreas de siembra y el rinde promedio bajara a 1500 kg estaríamos con una producción total de 5,25 millones TT, que no alcanza para cubrir el consumo interno. Hoy el resultado del trigo entrega enero del 2010 representa 63 dólares menos que enero del 2009 a pesar de haber bajado los derechos de exportación de 28% a 23%. En la zona triguera núcleo en campo arrendado con 35 quintales el resultado es negativo en 10 dólares. Con estos resultados no hay que sorprenderse si aumenta la siembra de soja en detrimento de los otros cultivos si no cambiamos las políticas.
En el ciclo 1902-1903 se sembró en el país 3,69 millones de hectáreas. En el ciclo 1928-1929 el país pudo sembrar 9,2 millones de hectáreas con otras herramientas y otras tecnologías. Si hubiera política de estado, están dadas las condiciones para poder sembrar por lo menos 7 millones de hectáreas y usando las nuevas tecnologías poder llegar a 4000 Kg. por hectárea, lo que nos permitiría producir 28 millones de TT de trigo. Estos datos dicen que no puede ser el único objetivo de una política triguera para el país abastecerse y producir solamente 6 millones de TT para el mercado interno. El sector y el país tienen la posibilidad de producir mucho mas, generar una mayor actividad y un mayor ingreso por medio de una cadena de trigo muy dinámica, si volvemos a una política económica abierta al mundo, que es la mejor forma de vivir con lo nuestro.