Benedicto XVI ha viajado al Líbano en un momento de tensión en
Oriente Medio a causa de las protestas contra un vídeo sobre el profeta Mahoma
y de la crisis en Siria, que afecta al territorio libanés, que ha recibido a
miles de refugiados.
PROBLEMAS EN EL MUNDO ISLÁMICO
Políticamente, los gobernantes de
países occidentales encolumnados con Israel, con Estados Unidos y Turquía a la
cabeza, piden la salida del presidente Bashar al Assad, mientras que Irán, Rusia y China,
aliados de Damasco, son favorables a una transición política pero no reclaman
la partida del presidente sirio.
A su vez, la extraña coincidencia
de la visita del Papa en un viaje programado con suficiente antelación con la
difusión del video pornográfico titulado “la inocencia de los musulmanes”, hace
sospechar que la misma fue una operación israelí para exacerbar el fanatismo
religioso islámico en contra de los católicos, buscando a su vez crear un clima
de inseguridad al Papa.
Dicho video, que había sido
atribuido inicialmente a un ciudadano israelí, luego fue adjudicado
mediáticamente a un cristiano copto. Un católico que filmara dicho video,
habría incurrido en un gravísimo pecado desde la moral católica, además de
causar un daño desde la moral natural. Sin embargo, llegó a causar la muerte
del Embajador de Estados Unidos en Libia, y víctimas fatales en las
movilizaciones que se realizaron en diversos países.
PRIMAVERA ÁRABE
El Santo Padre, en el marco de
una conferencia de prensa brindada al arribar a Beirut el día 14 de septiembre
de 2012, hizo notar que la primavera árabe «es un grito de libertad que
proviene de la juventud mejor formada cultural y profesionalmente, que desea
mayor participación en la vida política y social. Es un proceso saludable
también para los cristianos» de los países árabes.
Pero la claves para que esta
revolución sea positiva a largo plazo es, según el Papa, «no olvidar una
dimensión fundamental de la libertad que es la tolerancia, teniendo en cuenta
que la libertad humana es siempre una libertad compartida». El Santo Padre invita
al mundo a «hacer todo lo posible para que este deseo de libertad vaya en la
justa dirección, incluyendo la tolerancia y la reconciliación», y evitando caer
«en el dominio de unos sobre otros».
En contraste con esa visión
positiva de la primavera árabe, el Papa lamentó el rumbo que han tomado los
acontecimientos en Siria, «donde no solo huyen los cristianos sino también los
musulmanes» y donde es necesario plantearse « ¿Qué podemos hacer para parar la
guerra?».
El Papa añadió que «debe cesar la
importación de armas, que es un pecado grave. Se deberían importar ideas de
paz, creatividad de paz para encontrar soluciones en el respeto de la persona
humana como criatura de Dios».
CON GOBERNANTES
El Papa Benedicto XVI se reunió el día sábado 15 de septiembre con el
presidente libanés, Michel Suleimán,
y otros líderes políticos del país, además de los dirigentes de las dieciocho
comunidades religiosas que conviven en el Líbano. Los encuentros se celebraron
en el palacio presidencial de Baabda, adonde llegó el sumo pontífice en el
papamóvil y fue recibido por Suleimán y su esposa, siendo éste uno de los dos
jefes de Estado cristianos en la región, junto con el armenio.
Tras saludarse y recibir la
bendición papal, hubo un intercambio de regalos en el que el mandatario libanés
obsequió al Santo Padre con el sello conmemorativo que se ha emitido con motivo
de su histórica visita. Después, se reunieron en privado en el interior del
palacio y cuando terminaron salieron al jardín, donde plantaron "un cedro
de la amistad", que es el árbol que representativo del Líbano.
También se entrevistaron con el Papa
el presidente del Parlamento Nabih Berri
(chií), que estuvo acompañado por su esposa, y al que más tarde se unió su
familia; así como el primer ministro Nayib
Mikati (suní), que le regaló una cruz de oro del siglo XVII. Todos ellos
fueron recibidos por separado por Joseph
Ratzinger.
REUNIDO CON LÍDERES ISLÁMICOS
Tras la cita con los políticos,
el Papa se reunió con los líderes religiosos, como el mufti de la República, el
suní Mohamed Qabbani, el
vicepresidente del Consejo Superior chií, jeque Abdel Amir Qabalán, el jeque Akl de la comunidad drusa, Naim Hasan, y el presidente del Consejo
Alauita, jeque Asad Assi.
Al término de su encuentro, el
mufti explicó a la prensa que entregó al Sumo Pontífice un memorándum de cinco
páginas, en el que se pone de relieve la importancia que conceden las
comunidades musulmanas a la presencia cristiana en el Líbano y Oriente Medio. El
religioso suní destacó la necesidad de reforzar la solidaridad entre cristianos
y musulmanes, y afirmó que los fieles de su credo consideran cualquier agresión
contra una iglesia o un cristiano como si se tratara de un musulmán o una
mezquita.
Benedicto XVI mantuvo también
encuentros con dirigentes cristianos, como el patriarca maronita, monseñor Bechara Rai, el presidente del Consejo
Pontifical para el Diálogo Interreligioso,
Jean Louis Tauran, y el nuncio apostólico del Vaticano, monseñor Gabriele Giordano Caccia, entre otros. Más
tarde, recibió a los jefes de las misiones diplomáticas en el Líbano y con
representantes del mundo de la cultura.
Al mediodía, el Sumo Pontífice almorzó
con los Patriarcas y Obispos del Líbano, así como con miembros de la Asamblea
del Sínodo para Oriente Medio en el Refectorio del Patriarcado Católico Armenio
de Bzommar, cerca de Beirut.
OPOSICIÓN A LA GUERRA EN SIRIA
A su vez, el mismo día sábado 15
de septiembre, Benedicto XVI pidió a
musulmanes y cristianos unirse para poner fin a la violencia y las guerras en
Siria y en Oriente Medio, durante su visita en un encuentro con jóvenes en la
sede del Patriarcado maronita católico de Rito Oriental, en el Líbano.
"Digan que el Papa está
triste a causa de vuestros sufrimientos y vuestros duelos. No olvida a Siria en
sus oraciones y preocupaciones. No olvida a Oriente Medio, que sufre. Llegó el
momento de que musulmanes y cristianos se unan para poner fin a la violencia y
las guerras", dijo Benedicto XVI.
A LA Misa asistieron no sólo
libaneses, sino también de lugares como Egipto, Chipre y los territorios
palestinos, y no sólo católicos, sino también cristianos en general junto con
un importante número de musulmanes.
En su alocución ante unos 20.000
jóvenes el Santo Padre se dirigió a los sirios, a los que dijo admirar por su
valor y tenerlos siempre en su pensamiento. También habló a los musulmanes que
asistieron al encuentro: "Sed con los jóvenes cristianos el futuro de este
maravilloso país y del conjunto de Oriente Medio. Tratad de construirlo juntos
y, cuando seáis adultos, continuad viviendo en concordia junto a los
cristianos".
"La belleza del Líbano se
encuentra en esta simbiosis -subrayó el papa-. Es necesario que, cuando os
miren en Oriente Medio, comprendan que los musulmanes y cristianos, el islam y
la cristiandad, pueden vivir juntos sin odio".
Asimismo, animó a los jóvenes a
no emigrar y a que se queden en la región: "Conozco vuestras dificultades
en la vida cotidiana a causa de la falta de estabilidad, seguridad, la
dificultad para encontrar trabajo o el sentimiento de soledad y
marginación". "La desocupación y la precariedad laboral no deben
incitaros a probar la miel amarga de la emigración, que conlleva el desarraigo
y la separación por un futuro incierto", indicó Benedicto XVI
REFUGIADOS
Ante unas 500 mil personas, entre
quienes se contaban miles de refugiados de Siria, Benedicto XVI lanzó el domingo 16 de septiembre de 2012 desde
Beirut, un llamamiento a la comunidad internacional, y especialmente a los
países arabófonos, para que frenen la guerra civil y la destrucción en Siria.
«¿Por qué tanto horror? ¿Por qué
tanta muerte?», se preguntó el Papa, al término de la Misa celebrada en la gran
explanada del puerto de Beirut. «Apelo –continuó el Pontífice- a la comunidad
internacional. Apelo a los países árabes de modo que, como hermanos, propongan
soluciones viables que respeten la dignidad de toda persona humana, sus
derechos y su religión».
Las palabras del Santo Padre,
entre la Misa y el rezo del Ángelus, se dirigieron en primer lugar a los
libaneses, a quienes el Papa imploró «que Dios conceda a vuestro país, a Siria
y a Oriente Medio el don de la paz de los corazones, el silencio de las armas y
el cese de toda violencia. Que los hombres entiendan que todos son hermanos».
LOS MALES DE LA GUERRA
Benedicto XVI se refirió así a la guerra en Siria, que acumula
muertos y destrucción cada jornada, y a la que tuvo en cuenta en sus discursos
en dieciocho ocasiones a lo largo del último año y medio. A su vez, los
libaneses ya han sufrido quince años de guerra civil. Justamente, la explanada en
que se celebró la Misa es un relleno ganado al mar, construido con los
escombros de los edificios destruidos por los combates en Beirut.
En ese marco histórico y
geográfico, el Papa les dijo: «conocéis bien la tragedia de los conflictos y de
la violencia, que generan tantos sufrimientos». Por desgracia, «el ruido de las
armas continúa escuchándose, así como el grito de las viudas y de los
huérfanos. La violencia y el odio invaden sus vidas, y las mujeres y los niños
son las primeras víctimas».
Era una descripción de la
realidad de las guerras, a la que se había referido también en la jornada previa
del día sábado haciendo notar que no son grandes episodios épicos y gloriosos
sino que, en realidad, están «llenas de vanidad y de horrores».
LA IGLESIA EN MEDIO ORIENTE
El Papa Benedicto XVI ha entregado la exhortación apostólica post-sinodal
de Oriente Medio 'Ecclesia in Medio Oriente', 'Iglesia en Oriente Próximo' a los Patriarcas Católicos de Oriente
Próximo, a los Presidentes de las Conferencias Episcopales de Turquía e Irán al
finalizar la Misa celebrada en el City Center Waterfront de Beirut en la que
participaron alrededor de 300 obispos orientales y latinos de Oriente Próximo y
más de 300 mil fieles.
Al finalizar la Misa, el Papa ha
agradecido "el don de la Asamblea especial para Oriente Medio del Sínodo
de los Obispos, celebrada en octubre del 2010 sobre el tema 'La Iglesia
católica en Oriente Medio, comunión y testimonio.
El Pontífice ha destacado que con
la entrega de este documento "comienza su estudio y asimilación por parte
de todos los protagonistas eclesiales: pastores, personas consagradas y laicos,
para que cada uno encuentre una alegría nueva en proseguir su misión, animados
y fortalecidos para aplicar el mensaje de comunión y de testimonio desarrollado
según los distintos aspectos humanos, doctrinales, eclesiológicos, espirituales
y pastorales de esta Exhortación".
EN TIERRA DE JESUCRISTO
Además, ha resaltado que desea
que esta exhortación "sea una guía para avanzar por los caminos
multiformes y complejos en los que Cristo los precede" para que "la
comunión en la Fe, la Esperanza y la Caridad se fortalezcan en sus países y en
cada comunidad para hacer creíble vuestro testimonio del solo Santo, el Dios
Uno y Trino, que se ha hecho cercano a cada persona".
A la Iglesia en Oriente Próximo,
el Papa ha invitado a "vivificar la savia original de la salvación que se
ha realizado en esta Tierra única y amada entre todas" así como también
"avanzar en el seguimiento de sus Padres en la Fe, que abrieron con su constancia
y fidelidad el camino de la respuesta de la humanidad a la Revelación de
Dios" y para ello seguir el ejemplo de los santos y los intercesores
"que inspiraron su respuesta a la llamada del Señor a caminar hacia la
Jerusalén Celestial, donde Dios enjugará las lágrimas de nuestros ojos".
En este sentido, Benedicto XVI ha augurado que "la
comunión fraterna sea una ayuda en la vida cotidiana y signo de la fraternidad
universal” en” Jesús, el primogénito entre muchos” y que así como en esta
región "vio sus obras y recogió sus palabras, continúe resonando el
Evangelio como hace 2000 años y que sea vivido hoy y siempre".