SINDICATO ARGENTINO DE OBREROS NAVALES (SAON) 11/03/10
Los trabajadores portuarios afiliados al SAON (Sindicato Argentino de Obreros Navales) y al SOIN (Sindicato Obreros de la Industria Naval) nos preguntamos por qué se sigue permitiendo la importación de buques usados en el escenario de la hidrovia Paraná-Paraguay, en el ámbito del cabotaje nacional. o en la actividad de la pesca, a pesar de las excepciones otorgadas por el Estado Nacional a los armadores y por qué se sigue operando con unidades de 25 o 30 años que ponen en serio riesgo la vida de los tripulantes y la contaminación nuestras aguas.
¿Por qué se demora o no termina de implementarse la reconversión de las Flotas Costeras proyecto largamente gestionado por la Instituciones Sindicales y Empresarias del Sector?
¿Por qué no se puede implementar en las unidades extranjeras que transportan en nuestro cabotaje producto químico, hidrocarburo etc., cumplan con lo establecido por la resolución Marpol que obliga a llevar doble casco con fecha de vencimiento concretas.
O lo hacemos en nuestros Astilleros o indefectiblemente ingresarán unidades obsoletas desde el exterior.
Compañera Presidenta: ante la magnitud de la crisis internacional desatada por la especulación financiera que consecuentemente genera desocupación en el mundo, los hombres y mujeres de la Industria Naval Argentina nos preguntamos ¿por que se sigue permitiendo este tipo de escenario en nuestra actividad?
Estamos convencidos que con su decisión política y la tenacidad de nuestro sector industrial, con medidas que apunten a frenar las chatarras traídas desde el exterior donde los países centrales nos exportan su desocupación en desmedro de nuestra industria nacional y de nuestro mercado interno, estaremos creando las condiciones para construir valor agregado con la ocupación de miles de trabajadores en oficios puntualmente específicos en nuestro Litoral Fluvial y Marítimo
El dictado del Decreto Nº 1010 de fecha 6 de agosto del 2004 y su modificatoria (Decreto Nº 1022 de fecha 8 de agosto del 2006) sancionado por el Gobierno Nacional, iniciaba el camino para la recuperación de la Industria Naval y de la Marina Mercante Nacional, objetivos prioritarios planteado en la plataforma electoral y sostenido en los discursos del ex Presidente Néstor Kirchner y de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, siendo concurrentes estos conceptos con la política de recuperación de la industria nacional, decisión sostenida fervorosamente por nuestras organizaciones sindicales de la actividad por el movimiento obrero y por las cámaras empresariales del sector. Sin duda esta decisión política apuntaba a quebrar el régimen desindustrialista del modelo neoliberal que generó tantos estragos perversos en los trabajadores. Concientes de la oportunidad creada por nuestro Gobierno los trabajadores nos pusimos rápidamente a mancomunar el esfuerzo con el sector empresario y el estado nacional y provincial para capacitar a los trabajadores técnicos y profesionales, experiencia que demostró el compromiso para que el proyecto no fracasara y que a pesar de 20 años de hostigamiento de las políticas anteriores - que puso a nuestra industria en estado de parálisis terminal - nos recuperamos.
Capacitamos - conjuntamente con el ministerio de Trabajo de la Nación - a más de 1.000 trabajadores con oficios; recuperamos talleres navales y plantas productivas ; logramos inversiones por parte de los empresarios en la incorporación de maquinarias y tecnología avanzada y efectivizamos la construcción de Astilleros en el Litoral Fluvial y Marítimo por mas de 200 millones de dólares. Estas son demostraciones más que contundentes de la fe , la esperanza y el compromiso de la Industria Naval Argentina al servicio del Proyecto Nacional. Sin embargo todo el esfuerzo del ex presidente y de la compañera Cristina Fernández de Kirchner y de nuestro sector, está seriamente en riesgo. Porque han trascurrido casi 6 años del decreto 1010/04 y no podemos encontrar un escenario, un ámbito del Gobierno que nos permita plantear nuestras necesidades sectoriales.
Por todo lo expuesto denunciamos la distorsión del rumbo del Proyecto a los sectores que, bajo pretexto del costo argentino, no dudan en traer chatarras usadas y poner banderas de conveniencia a los barcos que navegan nuestros ríos.
La historia nos indica claramente que son los mismos que se beneficiaron en la nefasta década de los 90 con los decretos 1772,343 y 817 del modelo liberal.
Es preciso que nos detengamos en nuestros pensamientos para conseguir el fomento de nuestras industrias, el de comercio y navegación y arrancar de las manos del extranjero los medios con que forzadamente nos quita las grandes riquezas en perjuicio general de la Nación.
En este último párrafo, vale recordar la frase del General Manuel Belgrano tan vigente en estos días como en el momento de su pronunciamiento:
Toda Nación que deje de hacer por otra, una navegación que podría hacer ella misma, compromete su soberanía y lesiona gravemente la economía de sus habitantes.
Fuente: Rebanadas de Realidad