lunes, 31 de octubre de 2011
ELLOS SON LOS MENSAJEROS DEL AMOR.
domingo, 30 de octubre de 2011
FINANZA DELICTIVA* I.
EXIJA A LOS DIPUTADOS QUE NO MANCHEN SUS MANOS CON SANGRE DE INOCENTES
ALERTA
(AA) Tal como ya lo hemos publicado el presidente de la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de diputados, Juan Carlos Vega, ha citado a reunión el próximo martes 1ro de noviembre para continuar con el debate sobre los distintos proyectos de despenalización del aborto. Como si la Argentina no tuviese asuntos que solucionar y temas sobre los cuales legislar, algunos diputados como Juliana di Tulio, Diana Conti, Vilma Ibarra, Cecilia Merchán y otros parecen no tener más ocupación que lograr la legalización del asesinato en el vientre materno.
Cuando nos proponen aborto libre, seguro y gratuito no podemos menos que recordar la frase que corre por las redes sociales que dice: nos oponemos al aborto "porque en el aborto seguro, seguro alguien muere; porque en el aborto libre, alguien no eligió; porque en el aborto gratuito, alguien lo paga muy caro".
Lo seguro es que el pueblo argentino no dejará que esto pase sin manifestarse, en paz como siempre, frente a los edificios legislativos del país. Pero además será necesario sumarnos a la presión a la manera de Argentinos Alerta: enviando miles de mails a los diputados para que sepan que no estamos de acuerdo con estos proyectos y para advertirles que, de llevarlos adelante, se convertirán en cómplices y ensuciarán sus manos con sangre de inocentes.
¿Por qué el aborto debe ser penalizado?
Sabido es, y hemos publicado muchas notas al respecto, que en el afán de legalizar el aborto, los fanáticos mienten. Mienten en las cifras de abortos y mienten sobre la mortalidad materna a causa de abortos. Como la mentalidad abortista se acerca a la del nazismo, la metodología también lo hace y se sigue aquel viejo consejo del encargado de la publicidad hitleriana, Joseph Goebbels: "Miente, miente, miente que algo queda" . Nuestros diputados no pueden alegar ignorancia sobre estos temas cuando, hoy por hoy, la información puede accederse con mucha facilidad:
Diario La Nación denuncia manipulación de cifras sobre abortos
Sólo 87 mujeres murieron por aborto durante 2009
Chile demuestra que aborto no reduce mortalidad materna
Desde la sanción del Código Civil, nuestro país ha reconocido que la existencia de la persona comienza desde su concepción (arts. 63 y 70). En ese mismo momento, comienzan los deberes y derechos de los padres, según establece el art. 264 sobre patria potestad. Y, para disipar toda duda, el código aclara que persona de existencia visible es todo ente que presente signos característicos de humanidad, sin distinción de cualidades o accidentes (art. 51).
Los proyectos
Presentamos un resumen de los puntos más "destacados" de los distintos proyectos elaborado por Mónica del Río de Notivida:
Expte 998-D-2010. Proyecto elaborado por la “Campaña por el Derecho al Aborto” tiene 39 diputados cofirmantes y 11 adherentes. Legaliza el aborto -desde los 14 años- a petición de la gestante dentro de las primeras 12 semanas de embarazo y en cualquier momento en los casos de violación, de anencefalia o si estuviera en riesgo la vida o salud de la mujer.
Expte 4206-D-2011 de Juan Carlos Vega (CC, Cba) y Oscar Albrieu (FpV, Río Negro). Legaliza el aborto en los casos de violación hasta la semana 12.
Expte 0057-D-2010 de Diana Conti (FpV, BsAs). Despenaliza el aborto en los casos de violación y anencefalia.
Expte 0515-D-2010 de Juliana Di Tullio (FpV, BsAs). Despenaliza el aborto a petición de la embarazada hasta la semana 12 y en cualquier momento en los casos de violación.
Expte 659-D-2010 de Martín Sabbatella, Ariel Basteiro, Jorge Rivas, Carlos Heller y Vilma Ibarra (el bloque de Nuevo Encuentro completo). Legaliza el aborto -desde los 14 años- a petición de la gestante hasta la semana 14 de embarazo, para los casos de violación establece como plazo que el bebé no pueda sobrevivir fuera del cuerpo de la madre y no pone límite gestacional en los casos de anencefalia y si hay peligro para la salud física, mental o social de la madre. Lo último equivale en la práctica a la legalización irrestricta del aborto en cualquier momento del embarazo.
Expte 7054-D-2010 de Gladys González (PRO). Despenaliza el aborto en los casos de violación y anencefalia.
Expte 7953-D-2010 de Gustavo Cusinato (UCR, Entre Ríos). Despenaliza el aborto en los casos de violación.
¿POR QUÉ EL ABORTO ES PENALIZADO?
NOTA DE DIARIO PREGÓN DE LA PLATA: En Argentina, como en numerosísimos países, el aborto ES penalizado, pero también existen motivos por los cuales DEBE ser penalizado. El peligro de ciertos títulos, puede llevar a la suposición, por ejemplo de que el aborto se ha impuesto, de que no hay pena para el aborto, y que por ello se pide su penalización. La palabra “debe” puede significar el deber de que sea penalizado, más allá de que es penalizado en la realidad; pero también puede significar que si se ha abolido la pena por el delito del aborto, la misma debe ser reestablecida. A continuación, la nota cuya fuente es Argentinos Alerta:
¿POR QUÉ EL ABORTO DEBE SER PENALIZADO?
(AA) En este artículo se analizan las razones por cuales el estado debe penalizar el aborto. Agradecemos a su autor, Daniel Iglesias Grèzes, por autorizarnos a publicarlo en Argentinos Alerta. En una nota anterior, presentamos las refutaciones a los argumentos de abortistas elaboradas por el autor. Resumimos primero los puntos centrales de la argumentación, y luego presentamos el artículo completo.
Toda persona humana reconoce la verdad evidente de que debe hacer el bien y evitar el mal. Así, la razón es capaz de conocer que existe el deber moral de respetar la vida de toda persona humana. Esto incluye al embrión, que es persona humana. De la misma forma, la razón conoce que quitar la vida a un inocente es un mal, de donde se sigue que el aborto voluntario es un homicidio. La ley moral se apoya objetivamente en la naturaleza humana y no es el producto de un consenso. La razón puede conocer la naturaleza humana y por lo tanto puede conocer el bien moral y el mal moral. Y como los deberes tienen su contra-cara en los derechos, al deber moral de respetar la vida le corresponde el derecho humano a la vida.
Por ello, la razón de ser del Estado es cuidar y promover el bien común de la sociedad y para ello, ante todo, debe defender los derechos humanos, en particular el derecho a la vida, necesario para poder ejercer todos los demás derechos humanos. De aquí se deduce que el Estado no puede permitir el aborto sin atentar gravemente contra su propia razón de ser. Por lo tanto el Estado debe prohibir el aborto; y, como una prohibición sin una pena correspondiente es ineficaz, también debe penalizarlo adecuadamente.
¿Por qué el aborto debe ser penalizado?
Por Daniel Iglesias Grèzes
El proceso racional que lleva a concluir que el aborto debe ser penalizado por el Estado consta esencialmente de cuatro pasos, que desarrollaré a continuación.
El primer paso de nuestra reflexión se sitúa en el ámbito de la ciencia, concretamente de la biología.
Los enormes avances de la embriología y la genética durante el siglo XX ya no dejan lugar a ninguna duda: desde el punto de vista científico es una verdad perfectamente demostrada que el embrión humano es un ser humano desde su concepción. Carece de todo valor científico la tesis pro-abortista de que el embrión (y luego el feto) es parte del cuerpo de la mujer embarazada. En la concepción surge un nuevo individuo de la especie humana, un ser humano distinto del padre y de la madre, único e irrepetible, dotado de la capacidad de desarrollarse de un modo gradual, continuo y autónomo. El embrión humano no es un ser humano en potencia, sino un ser humano en acto: embrionario en acto y adulto en potencia.
Quienes se empeñan en negar esta evidencia científica y proponen como comienzo de la vida humana otros momentos del desarrollo embrionario, lo hacen movidos por intereses ideológicos. Así, por ejemplo, es totalmente arbitrario fijar el comienzo de la vida humana en la anidación –que ocurre aproximadamente dos semanas después de la fecundación– y llamar “pre-embrión” al embrión antes de la anidación. Esta falsa definición procura eludir toda barrera ética contra la manipulación de embriones humanos durante ese período crucial.
No debemos dejarnos confundir por la manipulación del lenguaje, instrumento capital de la actual estrategia pro-abortista. Por ejemplo, hoy se suele determinar arbitrariamente que el embarazo comienza en la anidación. Así se puede negar con toda frescura que las píldoras o los dispositivos que impiden la anidación interrumpen un “embarazo”. Sin embargo, es científicamente innegable que cuando se impide la anidación se destruye una vida humana; y esto debe ser llamado propiamente “aborto”.
Nota de Argentinos Alerta: puede descargar un estudio bien detallado de los aspectos científicos y consideraciones bioéticas del embrión en la fase de la preimplatación aqui.
El segundo paso de nuestra reflexión se sitúa en el ámbito de la filosofía, concretamente de la antropología filosófica.
En este punto corresponde establecer que todo ser humano es también una persona humana y tiene toda la dignidad propia de cualquier persona humana.
Los defensores del derecho a la vida debemos evitar el grave error de caer en la tentación anti-metafísica, que en este punto se manifiesta por la renuencia o la renuncia a afirmar que el ser humano no nacido es una persona humana. La ciencia biológica obliga sin lugar a dudas a reconocer en el ser humano no nacido a un individuo de la especie humana; pero a pesar de esto hay quienes ponen en duda o niegan que este individuo humano sea una persona humana. No obstante, la recta reflexión filosófica conduce a reconocer que es imposible que un ser humano no sea persona humana. Sin esta afirmación de índole metafísica no es posible fundar una correcta antropología y sin una correcta antropología no es posible descubrir el verdadero fundamento de las normas éticas.
Si bien es cierto que en la Edad Media muchos filósofos católicos (incluso Santo Tomás de Aquino) defendieron la tesis de la “animación retardada”, eso se explica por la pobreza del conocimiento científico sobre la generación humana en aquella época, cuando recién comenzaba a nacer la ciencia moderna, en las Universidades fundadas por la Iglesia Católica en toda Europa. Seguramente hoy día, después del descubrimiento del ADN y de tantos otros avances de la biología, aquellos mismos pensadores apoyarían la tesis de la “animación inmediata”. Por lo demás, la “animación inmediata” se compagina con el hilemorfismo aristotélico-tomista mucho más fácilmente que la “animación retardada”.
El tercer paso de nuestra reflexión se sitúa en el ámbito de la filosofía moral o ética.
La persona humana descubre su obligación moral mediante un proceso cognoscitivo que abarca varias etapas sucesivas, que pasaré a describir.
En primer lugar, la conciencia moral reconoce como verdad evidente la norma moral fundamental: debo hacer el bien y evitar el mal.
En segundo lugar, la razón humana es capaz de conocer con certeza el bien moral o el mal moral de determinadas clases de actos humanos (actos conscientes y libres del hombre), reconociendo así las normas morales particulares. Por ejemplo, se puede establecer de un modo indudable que existe el deber moral de respetar la vida de todo ser humano (es decir, de toda persona humana) inocente; del mismo modo se puede deducir que el aborto, por ser la eliminación deliberada de un ser humano inocente, es un crimen abominable.
En tercer lugar, la razón humana puede determinar si un acto humano concreto está de hecho comprendido o no dentro de la clase de actos humanos que una norma moral dada prescribe o proscribe. Por ejemplo, la persona puede reconocer claramente si lo que está haciendo es o no es un aborto voluntario y por tanto un homicidio.
Al cabo de este proceso intelectual, se llega a una conclusión: tengo la obligación moral de hacer esto o de no hacer aquello.
En este punto se debe evitar el grave error del subjetivismo o emotivismo moral, que asume la existencia de una separación absoluta entre el orden del ser (u orden ontológico) y el orden del deber (u orden moral). La ley moral no es una convención arbitraria impuesta al hombre extrínsecamente por medio de un consenso social o por cualquier otro medio. Se trata de una expresión de nuestra propia naturaleza humana. Es la ley intrínseca que rige nuestro desarrollo en cuanto personas. No corresponde entonces separar radicalmente el conocimiento objetivo de las cosas de su valoración, vista como algo puramente subjetivo, sentimental o emocional. Los valores están en las cosas mismas y por eso la razón humana, que puede conocer con certeza la verdad de lo real, también puede conocer con certeza los valores, incluso el bien moral y el mal moral.
El cuarto paso de nuestra reflexión se sitúa en el ámbito de la moral social, más concretamente de la filosofía política.
Habiendo establecido en el paso anterior que el aborto es inmoral, ahora debo determinar si también debe ser ilegal, o sea si el Estado debe prohibirlo y penalizarlo. Los derechos humanos son la contra-cara de los deberes humanos. Mis derechos son los deberes que los demás seres humanos tienen para conmigo. Dado que existe el deber moral de respetar la vida humana, existe también el derecho humano a la vida. El Estado existe para cuidar y promover el bien común de la sociedad y para ello, ante todo, debe defender los derechos humanos, en particular el derecho a la vida, necesario para poder ejercer todos los demás derechos humanos. De aquí se deduce que el Estado no puede permitir el aborto sin atentar gravemente contra su propia razón de ser. Por lo tanto el Estado debe prohibir el aborto; y, como una prohibición sin una pena correspondiente es ineficaz, también debe penalizarlo adecuadamente.
En este punto debemos evitar dos errores graves.
El primer error es el del liberalismo filosófico, que concibe al Estado como una entidad moralmente neutra. El Estado no es una abstracción, sino una estructura social formada en última instancia por personas humanas. Y la actividad humana (individual o grupal), considerada globalmente, nunca es ni puede ser moralmente neutra. El Estado tiene la obligación de promover el bien común y para ello debe respetar el orden moral objetivo.
El segundo error es el de la “dictadura del relativismo”, que consiste en considerar el relativismo como una condición necesaria para el ejercicio de la democracia. Así todo ciudadano con convicciones morales inamovibles es tachado falsamente de intolerante y fundamentalista y su actitud es considerada injustamente como un atentado contra la convivencia pacífica y democrática.
Llegados a este punto, sin embargo, los católicos debemos evitar un último escollo: el de minusvalorar o callar las motivaciones propiamente religiosas en contra del aborto. Nuestra fe sobrenatural nos impulsa a reconocer a los niños no nacidos no sólo como animales racionales, sino también como seres creados a imagen y semejanza de Dios, llamados a ser hijos de Dios. La Palabra de Dios no se opone a la razón humana. El argumento de fe que acabamos de exponer no suprime en modo alguno la racionalidad de los argumentos anti-abortistas que presentamos antes, sino que la complementa y perfecciona. Debemos evitar, pues, la tentación anti-dogmática, que procede en definitiva del liberalismo teológico (quinta-columna del racionalismo dentro de la teología) y le hace el juego al secularismo.
Dentro de la Tradición de la Iglesia, junto a una filosofía moral puramente racional hay también una teología moral, elaborada mediante la razón iluminada por la fe. La Divina Revelación no se refiere sólo a misterios estrictamente sobrenaturales sino que contiene también verdades de por sí accesibles a la sola razón. Dentro de esta última categoría se hallan las normas de la ley moral natural. Dios las ha revelado para que todos puedan conocerlas fácilmente, con certeza y sin mezcla de error. El ámbito de competencia del Magisterio de la Iglesia incluye la ley moral natural. Aunque es cierto que nunca ha sido definido solemnemente un dogma en materia moral, también es cierto que, según la doctrina católica, el Magisterio está perfectamente capacitado para realizar tales definiciones. Además hay verdades que todo católico debe creer firmemente, aunque no hayan sido definidas en forma solemne como dogmas, porque el Magisterio de la Iglesia, por medio de su enseñanza ordinaria, las propone como parte de la Divina Revelación y por ende como definitivas. Dentro de esta categoría está la condena moral del aborto. La Iglesia ha sostenido siempre esa doctrina y no la variará jamás en el futuro.
Sobre el autor
Daniel Iglesias Grèzes nació en Montevideo (Uruguay) en 1959. Se graduó como Ingeniero Industrial (Opción Electrónica) en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República en 1985, como Magíster en Ciencias Religiosas en el Centro Superior Teológico Pastoral en 1996 y como Bachiller en Teología en el Instituto Teológico del Uruguay “Mons. Mariano Soler” en 1997.
Es socio fundador de la Obra Social Pablo VI, de la Sección Uruguay de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino y del Centro Cultural Católico “Fe y Razón”. Fue miembro del Instituto Arquidiocesano de Bioética “Juan Pablo II” y de la Comisión Nacional de Pastoral Familiar, Encargado de Redacción de la Revista Pastoral Familiar, miembro del IV Sínodo Arquidiocesano de Montevideo y conductor del programa Verdades de Fe en Radio María Uruguay.
En 1999, junto con el Lic. Néstor Martínez y el Diác. Jorge Novoa, creó Fe y Razón, un sitio web de teología y filosofía (incluido en 2003 entre los doce portales católicos favoritos del mundo de habla hispana por una encuesta de Catholic.net) cuyo propósito es contribuir a la evangelización de la cultura en fidelidad al Magisterio de la Iglesia Católica y difundir la obra de Santo Tomás de Aquino y otros grandes pensadores cristianos. Además, desde 2006 ha editado 61 números de la revista virtual Fe y Razón y desde 2009 ha editado ocho títulos de la Colección de Libros Fe y Razón.
Desde 2010 colabora con el portal español InfoCatólica, mediante su blog Razones para nuestra esperanza.
Es autor de los siguientes seis libros (disponibles en www.lulu.com/spotlight/feyrazon): Razones para nuestra esperanza. Escritos de apologética católica, Centro Cultural Católico “Fe y Razón”, Colección “Fe y Razón” Nº 2, Montevideo 2009. En el principio era el Logos. Apologética católica en diálogo con los no creyentes, Centro Cultural Católico “Fe y Razón”, Colección “Fe y Razón” Nº 7, Montevideo 2011. Vosotros sois la sal de la tierra. El choque entre la civilización cristiana y la cultura de la muerte, Centro Cultural Católico “Fe y Razón”, Colección “Fe y Razón” Nº 8, Montevideo 2011. Disponibles en www.lulu.com/spotlight/diglesias: Cristianos en el mundo, no del mundo. Escritos de teología moral social y temas conexos, Montevideo 2008. Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio. Exposición de algunos puntos de la doctrina católica, Montevideo 2008. Sintió compasión de ellos. Escritos teológico-pastorales, Montevideo 2008.
LA FELICIDAD Y LOS BIENES MATERIALES
Desde que el mundo es mundo, la especie humana ha debido luchar por su sobrevivencia. La necesidad es la condición normal del ser humano, y tratar de satisfacerla, uno de los instintos más fuertemente enraizados. Pero, hoy, algo extraordinario se ha producido en el mundo desarrollado. Por primera vez en la Historia, las sociedades como un todo están confrontadas a problemas no más de penuria, sino de sobreabundancia.
Vivimos, hasta ahora –no sabemos qué modificaciones podrá traer la crisis financiera actual– en una economía de excedentes donde casi todos los sectores de actividad, antiguos y nuevos, sufren de una sobrecapacidad. Hay tantos automóviles en circulación que casi ya no hay espacio para conducirlos. Tenemos tanto para comer que sufrimos de una epidemia de obesidad. Hay tantas cosas para comprar, para ver y para hacer, que no encontramos tiempo para disfrutarlas. Nos entusiasmamos por un momento con el nuevo celular, ipod o ipad, para dejarlo de lado y correr a adquirir el más reciente “avance” tecnológico.
¿Demasiado de todo? Esa era la utopía que nuestros antepasados perseguían, sin gran esperanza de conseguirlo. ¿Entonces, por qué no somos netamente más felices?
De hecho, las “encuestas sobre la felicidad” realizadas hace algún tiempo en Estados Unidos, Gran Bretaña y en Europa continental muestran que el nivel de felicidad frecuentemente ha disminuido en el curso los 30 últimos años.
El verdadero y permanente problema del hombre es pensar que su felicidad la encontrará en los bienes materiales.
“Ad majora natus sumus”. Hemos nacido para cosas mayores.
San Agustín, en sus célebres Confesiones, dice dirigiéndose a Dios: “Nos criasteis para Vos, y está inquieto nuestro corazón hasta que descanse en Vos”.
Fuente: Acción Familia
sábado, 29 de octubre de 2011
MONS. AGUER DIJO QUE BENEDICTO XVI CONVOCA AL "AÑO DE LA FE", A 50 AÑOS DEL VATICANO II
HUMOR: EL LADRÓN Y EL POLITIQUERO
ADIVINANZA
Ya es muy trillada la semejanza entre un politiquero y un ladrón, al punto que muchos los identifican en mayor o menor medida, sin distinción, sin discriminación alguna posible.
Pero pocos se han detenido a reparar ¿En qué se diferencian un politiquero y un ladrón?
La respuesta es muy básica y simple:
En que al politiquero lo elijo yo... pero el ladrón es quien me elige a mí