Fabián Spollansky es el autor del libro “La mafia judía en la Argentina”, y ya en el prólogo se pregunta: “¿Cómo es que hay algunos de nosotros (los judíos) que se dedican sistemáticamente a delinquir para provocar más y más antisemitismo y judeofobia? ...Esos que organizan mafias para echar a los pobres de su tierra y de sus casas, esos que se adueñaron de la energía y de bancos a través de “arregladas” e intrincadas privatizaciones...”
El autor es judío, y está padeciendo una conjura, ya que su libro de reciente aparición fue prohibido en San Juan por dirigentes de la DAIA local, en Buenos Aires salió a la venta en Distal, pero en Yenny fue retirado de la venta, El Ateneo y Cúspide no lo venden en ninguna de sus sucursales.
El libro es una base de datos referida a organizaciones encabezadas por Elsztain y Mindlin, que tienen contacto con organizaciones similares en Estados Unidos (como Soros). Pero el libro se concentra en relatar operaciones delictivas en Argentina.
La intención del autor, es prevenir el antijudaísmo, puesto que busca identificar a dicha colectividad con estas mafias. Lo afirma así en el prólogo, que a continuación transcribimos:
Ocho razones tuve para escribir este libro
En Jánuca se celebra "la entrega de los poderosos en manos de los débiles, los muchos en manos de los pocos... y los malvados en manos de los justos..."
En los ocho días de Jánuca prendemos ocho velas, empezando con una vela el primer día, y agregando una vela más cada día, generando más y más luz. Las velas se prenden con una novena vela llamada “Shamash” (servidor).
Humildemente voy a ser el “SHAMASH” para dar luz…
Voy a encender ocho velas, y espero que duren toda la vida:
La primera de ellas es mi propia responsabilidad como judío con relación a mi pueblo…
La segunda, es cierta pretensión profética, un deseo profundo de advertir contra el error que atrae el mal y contra el mal aparentemente menor que se transforma en un imán que trae el mal absolutamente mayor…
La tercera es la responsabilidad como ciudadano argentino de enfrentar, descubrir, y revelar poniendo a la vista de todos, un entramado de hechos de corrupción punibles jurídicamente desde la legislación y repudiables desde nuestra ética de fundamento religioso. ..
La cuarta es la reafirmación del judaísmo como supervivencia de la verdad frente a la mentira del faraón, frente a los genocidios, injusticias y dolores que han soportado nuestro pueblo y toda la humanidad en el transcurso de la historia. ¿Cómo es que hay algunos de nosotros que se dedican sistemáticamente a delinquir para provocar más y más antisemitismo o judeofobia? …Esos que organizan mafias para echar a los pobres de su tierra y de sus casas, esos que se adueñaron de la energía y de bancos a través de “arregladas” e intrincadas privatizaciones, esos que ayer acumulaban miserables fortunas explotando la trata de blancas, esos…
La quinta es para que el lector perciba una confirmación: este no es un libro para entretener, ni para divertir, ni para divagar. Es ante lo que nos ofende y nos hace clamar contra las mil formas de la complicidad, entre las cuales está la religiosa…
La sexta es un compromiso inexcusable: este es un libro que denuncia actividades mafiosas organizadas por diversos gangs integrados por judíos.
La séptima, es que como judíos tenemos un imperativo: "No olvidar", o si lo queremos: "Recordar"…
Y la octava y última vela la enciende el corazón: si no hubiera escrito este libro, hubiera sentido que también para mí escribía aquella mano sin cuerpo, en la pared de aquel palacio del déspota babilónico, la enigmática frase: “fuiste pesado en balanza y has sido hallado falto…"