Por Hugo
Reinaldo Abete
Ex mayor E.A.
Buenos
Aires, 10 de diciembre de 2013
Sr. Director
¡Todo desmadrado!
¡”Se fue de
madre”!. Esta
frase común en el vocabulario argentino, utilizada para graficar cuando una situación o algo se
ha ido fuera de control, al igual que un río que sale de su curso normal,
desborda y se descontrola, viene bien a cuento para explicar lo que ocurre hoy
en la Argentina.
La situación política, económica y social está totalmente
desmadrada, prima el estado de anomia (ausencia de normas), el vandalismo y la
falta de autoridad, en síntesis, estamos al borde de la guerra social.
Guerra social que no pocos supimos avizorar hace ya
tiempo como resultante de las políticas demagógicas implementadas por una clase
política corrupta, anticristiana e irresponsable.
En particular este gobierno está experimentando cómo, el
monstruo que él creó al mejor estilo Frankenstein, se está levantando de su
camilla y comenzando a mostrar algo de la maldad e irresponsabilidad con que
fue concebido.
Ese monstruo es la falta de justicia, son los jueces
corruptos y los malos ejemplos, es el lumpen que durante más de diez años fue
alimentado con subsidios y planes demagógicos contrarios al esfuerzo del
trabajo. Monstruo que fue creciendo en una contracultura en la que aprendió
que a los vagos, atorrantes y violentos hay que darles todo lo que quieran y
que todo lo que viste un uniforme representa el mal y la represión.
Un monstruo sin valores espirituales, alejado de Dios.
Ese monstruo que sin límites morales se animaliza y desciende a la sola
satisfacción de sus necesidades más bajas. Ese monstruo que también está
presente en la desnaturalización de las FFAA, FFSS y FFPP confundiendo todos
sus roles. Hoy la Gendarmería y la Prefectura han abandonado el cuidado y la
protección de nuestras fronteras, ríos y mares, para hacer de policías.
Nuestras FFAA reemplazan a las Fuerzas de Seguridad y los vigiladores privados
a la Policía… Todo está desmadrado.
Y todo esto, como si fuese una extraña ironía del
destino, ocurre exactamente en oportunidad en que se cumplen 30 años de
democracia. Para quienes han hecho un endiosamiento de esta forma de gobierno y
consideran que el hombre sólo es un voto para contabilizar y no un Ser creado a
imagen y semejanza de Dios que necesita dignidad más que subsidios
clientelistas, sólo les interesa el cumpleaños y festejar sin importar los
abusos, la persecución política, los negociados, los jueces comprados, el
vicepresidente corrupto, los ministros ladrones, la entrega del patrimonio nacional,
el hambre del pueblo, el prevaricato y arbitrariedad para encarcelar a militares
que combatieron a la subversión, el pago escandaloso de indemnizaciones para
terroristas, el enriquecimiento ilícito de la presidente, de sus funcionarios y
amigos, o el tremendo odio sembrado que dividió a la sociedad argentina.
En cambio, para quienes consideramos que estamos en
presencia de lo que los manuales definen como una democracia degenerada, vemos
estos acontecimientos de la adoración al “becerro de oro” con mucha preocupación,
al tiempo que alertamos que lo que hoy está ocurriendo en nuestro país debe ser
tomado como el prolegómeno de lo que podría llegar a ser la guerra social.
El monstruo se ha despertado y se ha vuelto contra sus
creadores… Todo está desmadrado.
Sin embargo y pese a tanto dolor, los argentinos de Fe
debemos ver estos tiempos de inevitable destrucción y dolor con la esperanza
puesta en la reconstrucción de una nueva República que, guiada por nuevos
líderes que seguramente surgirán, será conducida a un nuevo orden social más
solidario y más justo basado en la restauración de los valores trascendentes de
nuestra querida Patria.
¡Por Dios y por la Patria!
Hugo
Reinaldo Abete
Ex mayor E.A.