Por Tcnl. José Javier de la Cuesta Avila (LMGSM 1 y CMN 73)
"Tu hija que te quiere y que reza todo el tiempo por ti"
Lucrecia (*)
La lectura de esta carta que bien titula el PREGÓN DE LA PLATA como de Perplejidad..." puede mover a ignorarla o hacer una rreflexión sobre ella. El ignorarla es consentirla y el reflexionar es valorarla, pero, el callar es hacerse complice de un mensaje que aquellos que tienen alguna dosis de dignidad no puede ignorar y menos aun aceptar.
No sabemos si el Papa Francisco la leerá y menos aun si la contestara, pero sentimos que el jesuita Jorge Bergoglio, del que nos engullésemos no tan solo los argentinos, sino la inmensa mayoría de cristianos y aun los que no lo son, sufre un atropello que no se justifica, que excede a lo que es buena costumbre y que desdicé el párrafo con el que cierra la autora su carta.
Hay cargos y funciones que no son trabajo o tarea, sino que son símbolos, no tan solo por su trascendencia, sino por los efectos que su ejercicio implica. Una, sin dudas es ser el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, que constituye para nosotros, sus fieles, el nexo espiritual con Dios, heredero del mandato que Jesús asigno a Pedro en su relación con sus seguidores. Atacar su figura, desdibujar sus acciones o querer "lucrar" de sus tareas, lastima, da pena, produce sentimientos de humillacion y despiertan dolor y tristeza.
En este tiempo difícil de apertura y búsqueda de la libertad como bien supremo, uno se pregunta si aquellos que aprovechan de la bondad ajena, que es lo que pretenden o buscan. Cual es la finalidad que tienen como objetivo o que negaciones personales afloran en sus mensajes. Se puede vivir en las penumbras y un día descubrir la luz, pero no se puede querer salir del anonimato usando de peldaño a quien esta luchando para ser el quien porte la claridad que hace falta. El Cardenal Bergoglio (para los argentinos) y el Papa Francisco (para el Mundo) es un ser humano que la Divina Providencia encuentra y da la responsabilidad de ser pastor de almas. director de seres, que confía en el Espíritu Santo para tener la inspiración de los grandes, el saber de los justos y el valor de aquellos que deben actuar y decidir.
No sabemos si el Papa Francisco leerá la carta y menos aun si la contestara, pero sepa su autora que algunos la hemos leído y como se refiere a alguien en quien confiamos y respetamos, entendemos que su gesto no es el de la hija que se proclama pues no es el gesto filial que corresponde a un padre.
NOTA DE DIARIO PREGÓN DE LA PLATA: Publicamos la réplica efectuada a la Carta enviada al Papa Francisco por la Sra. Lucrecia Rego de Planas. No obstante reconocer el deber que existe de respetar la investidura, sobre todo del Papa, debemos expresar que primero es el Papa quien debe reconocerse en tal investidura, y que obrar en consecuencia implica dar una respuesta coherente a los planteos de la Sra. Lucrecia, quien transmite la consternación de la mayoría de los católicos formados, en base a las contradicciones que surgen y que a diario son difundidas no sólo por medios no católicos, sino incluso por los propios medios católicos (descartándose por ello una "manipulación" de los dichos). La Sra. Lucrecia transmite la consternación de muchos feligreses, y el Sr. De la Cuesta Ávila el respeto que merece el Sucesor de Pedro y Vicario de Jesucristo en la Tierra. Asimismo, han existido Antipapas que han tratado de desviar a la Iglesia de su Tradición, buscando transmitir un mensaje que no era el de Jesucristo, y la situación siempre fue superada; no cabe duda de que las ambigüedades del Papado serán también superadas en algún momento, en pos de la Fe y la Ortodoxia católica.
(*) Texto editado