Por Carlos Manuel Acuña
Lo que aquí relatamos es una
historia -o si se prefiere, un conjunto de historias- que expresan las
intimidades de esa guerra donde ocupa un destacado lugar uno de los fenómenos
más clásicos de todo conflicto de esta naturaleza: “La traición”. Pero en nuestro
caso aparece un nuevo factor agravado de este disvalor: la figura del “doble
traidor” cuya función se apreciará a lo largo de estas páginas y fue la que
principalmente señalaron quienes nos dijeron que les provocó asco y tristeza
el conocimiento de esa parte de nuestra historia más reciente y oculta.
Con ello, surge una pregunta tal
vez difusa e indefinida que inevitablemente flotará para siempre en la
conciencia y ánimo de todos aquellos que llegaron a conocer las intimidades
del conflicto. Nosotros ya transitamos ese camino. Ahora, les toca a nuestros
lectores participar de este fenómeno moral que en el caso específico que nos
ocupa lleva una pesada carga de delaciones, de muertes y supervivencias
logradas dentro de un sistema de inteligencia que hizo posible derrotar a una
revolución dirigida desde el extranjero.
En cifras -y así lo leerán-
podemos decir que más del 20 por ciento de los detenidos por las Fuerzas
Legales después del 24 de marzo de 1976, fueron arrestados por ellas como
consecuencia de las traiciones de los militantes a sus propias organizaciones
armadas.
Estos se transformaron en
verdaderos operadores de la lucha, delataron, denunciaron, marcaron a sus
amigos, jefes o subordinados, maridos o esposas y en algunos casos hasta los
capturaron. En función de su exitosa tarea se aceleró la derrota terrorista y
acortó sensiblemente el desarrollo de la Guerra; en esas funciones llegaron a
viajar libremente por el país y el exterior subvencionados por las Fuerzas
Legales y facilitaron notablemente el triunfo de la ley sobre un proyecto
revolucionario que se impulsó desde más allá de nuestras propias fronteras.
Muchos de ellos viven aún en el exterior.
En algunos de los niveles
dirigentes, gracias a esa “mano de obra barata y descartable” de inocentes
militantes de aquella época, muchas veces primó la apetencia económica por
encima de los ideales y proyectos. Muchas veces, los innumerables secuestros
terroristas tuvieron esta finalidad repugnante.
Esta síntesis no pretende
solamente transmitir al lector el contenido doloroso de la etapa
revolucionaria, sino que también desea preparar a las futuras generaciones para
enfrentar el proceso revolucionario que continúa. Solo la justicia y la
concordia podrá ser la vía que permita alcanzar esta meta.
SUMARIO
De la Traición
Diccionario de la Real Academia
Española
Constitución de la Nación
Argentina. Art 119
Código Penal de la Nación
Argentina (arts. 214 a 218)
Delitos contra la seguridad de la
Nación, Cap. I, Traición
Código de Justicia Militar (Ley
14.029)
Prólogo
A modo de introducción
La razón de ser de este
libro
“Asco y tristeza”
Los traidores, el progresismo y
el disfraz de los derechos humanos
Los jueces y fiscales
Título I La situación argentina
Capítulo I
La oligarquía que domina al
paí
Capítulo II
El ser político y el ser
militar
Por qué existen diferentes
códigos de justicia
La nueva guerra
Los políticos no estuvieron a la
altura de lo que estaba en juego
Capítulo III
La guerra se ganó en el terreno
de las armas y se perdió en el político
Las pruebas no interesan: se
arman y repiten en todos los casos para ejercer una persecución jurídica y
judicial
Capítulo IV
Una estafa de múltiples
aristas
Tres objetivos fundamentales
Título II Desarrollo
Capítulo V
A la búsqueda de los “Testigos
Necesarios”
La colaboración de los que
cambiaron de bando
Una nueva clase de “combatiente”:
el “quebrado", colaborador y traidor
Funcionaron verdaderos
“tribunales revolucionarios”
Infiltrados en sus propias
organizaciones
Capitulo VI
Muertes y relatos de los juicios
revolucionarios
Graciela Daleo: La preferida de
los fiscales
Su desempeño como colaboradora de
la Armada
Los otros dos “jueces" del
fusilamiento
Condenados no ejecutados
Capítulo VII
La "distracción" de los
políticos y de los jueces
El negocio de los “derechos
humanos”
“El terrorista no busca ganar
sino persistir...”
La arbitrariedad jurídica
Capítulo VIII
“...Los que están vivos es porque
colaboraron...”
Definición de traidores y la
aparición de dos líneas
Los testigos necesarios
El armado de las denuncias
dirigidas por Firmenich, Haidar y Montoto
Baltazar Garzón se suma al
negocio
¿Yo militante...? ¡No...!
La opinión de Firmenich y una
incógnita sobre Roberto Quieto
¡Una sorpresa!
Hasta la CONADEP reconoce a los
“colaboradores"
Capítulo IX
La simulación como práctica de
guerra
Del diario Página 12
La militancia es reconocida por
los propios testigos necesarios
Obstrucciones sistemáticas
Otros motivos para negar la
militancia en los juicios
Los “errores” tolerados por la
justicia
La metodología que se adoptó, una
prohibición aceptada y un libreto único para testimoniar
Capítulo X
En que consistió la
colaboración
El traidor siempre defrauda a su
entorno
El colaboracionismo
Un forcejeo de conciencia
Capítulo XI
Factores que coadyuvaron a que se
concretara esa profunda y valiosa "colaboración”
Consecuencias psicológicas de la
vida del terrorista en la clandestinidad
“Un trato cotidiano con la
muerte”
Las órdenes de Perón antes de
asumir
Cómo comenzaba la captación de
los prisioneros
En el límite de la resistencia
moral
La cómoda conducción terrorista
desde el exterior
El primer encuentro con el
“Colaborador en ejercicio”
Los mitos de cada lugar de
detención
Los propios compañeros pedían que
colaboraran
La presencia en los
interrogatorios de detenidos que ya colaboraban
La continuidad de la militancia
externa en cada lugar de detención
La enorme información que se
tenía sobre las organizaciones a las que pertenecían
La técnica de seguridad de los
militantes apresados
Crear “la comodidad” como
instrumento del combate
Un tema ríspido de la guerra: la
tortura
La interacción entre las Fuerzas
fue constante. Las especialidades.
La disciplina y normas militares
dentro de los lugares de reunión de detenidos se cumplieron estrictamente
El trato evidenciaba los
beneficios obtenidos
La protección física de los
“colaboradores”
Cuidados sociales
Pagos de viáticos y de
haberes
Cuidados médicos y prevención
anti-cianuro
Atención de cuestiones
familiares
Título III “Yo TE ENTREGO Y VOS
ME SALVÁS...”
Capítulo XII
Cómo salen a la luz los datos de
tantos traidores
Centenares de detenidos gracias a
los “colaboradores”
Consecuencias inexorables
Los números hablan por sí
solos
Capítulo XIII
Sesenta y cinco casos de
traidores
Caso 1: José Pedro ALMIRÓN, NG:
“Ernesto” o “Cherigo”
Caso 2: Marta Remedios ALVAREZ,
NG: "Peti”
Caso 3: ACTIS GORETTA, NG:
“Munu”, “Bety”
Caso 4: Roberto AHUMADA, NG
“Beto”
Caso 5: Roberto Jorge QUIETO, NG:
“Negro”
Caso 6: Patricia ASTELARRA, NG:
"Pata"
Caso 7: Víctor Melchor BASTERRA,
NG: “El vasco”
Caso 8: Norma Susana BURGOS de
CARIDE, NG: “Laurita”
Caso 9: Alfredo BUZZALINO, NG:
“Gordo Alfredo”
Caso 10: Cristina CALLIZO, NG:
“Sargento Susana”
Caso 11: Liliana Beatriz CALLIZO,
NG: “Chela”
Caso 12: Pilar CALVEIRO de
CAMPIGLIA NG: “Mercedes”
Caso 13: Mercedes Inés CARAZO,
NG: “Lucy”
Caso 14: Andrés Ramón CASTILLO
NG: “Ángel”, “Carlitos”, “Casildo”, “Quique"
Casos 15 y 16: Juan Carlos
CLEMENTE y Juan Martín MARTIN
Caso 17: Roberto COCLOZ, NG:
“Teniente Pancho” o “Tony"
Caso 18: Gustavo CONTEPOMI, NG:
“Pablo”
Caso 19: Lisandro CUBAS, NG:
“Chito”, “Bocon”
Caso 20: Graciela Beatriz DALEO, NG:
“Victoria”
Caso 21: Piero DI MONTE, NG:
“Héctor”
Caso 22: Horacio A. DOTTORI, NG:
“Teniente Miguel"
Caso 23: Graciela GARCIA, NG: “La
Negrita”
Caso 24: Liliana Noemí GARDELLA,
NG: “Emilia”“Chaqueña"
Caso 25: Juan Alberto GASPARINI,
NG: “Gabriel’’, “Dr. Paz" “Eugenio"; “Alejandro”
Caso 26: Graciela Susana GEUNA,
NG: “Gringa”
Caso 27: Alberto Eduardo GIRONDO
ALCORTA, NG: “Mateo”
Caso 28: Arnaldo GÓMEZ, NG:
“Huevo”
Caso 29: Martín Tomás GRAS, NG:
“Chacho”
Caso 30: Ana ILIOVICH NG:
“Cecilia”
Caso 31: Mirta Susana IRIONDO,
NG: “Norma”
Caso 32: Héctor Teodoro KUNZMANN,
NG: “Quique”
Caso 33 Silvia LABAYRU DE LENNIE,
NG: “Mora"
Caso 34: Amalia María LARRALDE,
NG: “Andrea”
Caso 35: Antonio Nelson LATORRE
NG: “El pelado Diego”
Caso 36: Miguel Ángel LAULETTA,
NG: “Caín”
Caso 37: Miriam Liliana LEWIN de
GARCIA, NG: “Lili, “Peny”, "Gringa”, “Polaca”. “Colorada”,
’’Michi”
Caso 38: Mirtha Susana Clara
LOYÚDICE de SALAS, NG: “Sandra" o "La Gorda"
Caso 39: Ana María MARTÍ, NG:
“Chiche”
Caso 40: Teresa Celia MESCHIATTI,
NG: “Tina”
Caso 41: María Alicia MILLA de
PIRLES, NG: “Susana”, “La cabra”
Caso 42: Carlos Raimundo MOORE,
NG: “Charlie”
Caso 43: María Julia C.
MORRESSI
Caso 44: Ana María MOHADED, NG:
“Negra de arte"
Caso 45: María Isabel MURGIER NG:
“Estela ó Marisa”
Caso 46: Máximo Fernando
NICOLETTI NG: “Gordo” ,“Alfredito”
Caso 47: José NIVEYRO, NG:
"Pocho", “Galetto"
Caso 48: Eduardo PINCHEVSKY, NG:
“Negro Paco"
Caso 49: Carlos Alberto PUSSETTO,
NG: “Julián”
Caso 50: Rosario Evangelina
QUIROGA, NG: “Lula" “Elena”
Caso 51: Susana Jorgelina RAMUS,
NG: “Jorgelina”
Caso 52: Andrés REMONDEGUI, NG:
“Chacho"
Caso 53: María Victoria ROCA, NG:
“Sojia”
Caso 54: Néstor Carlos SALAS, NG:
“Martín”, “Flaco”
Caso 55: Fernanda SANTOS de
BUITRAGO, NG: “Tita"
Caso 56: Susana Margarita SASTRE,
NG: “Soledad”
Caso 57: Haroldo SENN, NG:
“Compañero Haroldo"
Caso 58: Sara SOLARZ de
OSATINSKY, NG: “Kika” “Jenny” “Marie”
Caso 59: Cecilia Beatriz SUZZARA,
NG: “Marcela”
Caso 60: Mabel Lía TEJERINA, NG:
“Alicia", “La Raba"
Caso 61: Beatriz Elisa TOKAR, NG:
“Ménica”
Caso 62: Edgar Tulio VALENZUELA,
NG: “Tucho’’ o “Marcos”
Caso 63: Mario César VILLANI, NG:
‘Tito”, “Medina”
Caso 64 y 65: Reinaldo A. ZAPATA
SOÑEZ, NG: “Corto”, “Ronco” "Santiago" “Martín” y Ángel
ZABALA RODRÍGUEZ, NG “El Zorzal”
Capitulo XIV
Casos de Conscriptos Traidores
Caso 66: Soldado conscripto
traidor Hernán INVERNIZZI
Caso 67: Soldado conscripto
traidor Félix Roque JIMÉNEZ
Caso 68: Soldado conscripto
traidor Darío Ignacio KRAÑASCKY
Caso 69: Soldado conscripto
traidor Luís Roberto MAYOL
Caso 70: Soldado conscripto
traidor Mario PETTIGGIANI
Caso 71: Conscripto naval traidor
Julio PROVENZANO
Caso 72: Soldado conscripto
traidor Miguel ROMERO
Caso 73: Conscripto-agente de la
PFA Jorge SALGADO, NG: “Pepe”
Caso 74: Soldado conscripto
traidor Horacio STANLEY
Caso 75: Conscripto naval traidor
Sergio TARNOPOLSKI
Capitulo XV
Casos de empleados traidores
CASO 76: José Luis de Dios
CASO 77: Alfredo G. Martínez
CASO 78: Diana B. Wlichky
Próximos antecedentes de otros
traidores
Título IV
La actual militancia y las
organizaciones de derechos humanos Capítulo XVI
El manejo de la venganza
La Justicia Transicional
intencionalmente aplicada
Los crímenes del sistema son
cometidos por fuerzas de seguridad del Estado (ejército o policía) y/o por
organizaciones insurgentes o paramilitares
El ICTJ: la Justicia Transicional
de los demócratas
El capítulo para América
Latina
La Justicia Transicional y sus
acciones puntuales en la Argentina
Cargos contra las entidades
financieras ¡Y sigue el negocio!
Los juicios orales con la
complicidad de los dobles traidores
El grotesco es común
Testimonios leídos en juicios
orales
Otros componentes de un escenario
concurrente
El rincón argentino de la
impunidad
Capítulo XVII
Preguntas de fondo
¿Hubo una Guerra Interna en la
Argentina?
Expresiones representativas sobre
la guerra terrorista y antiterrorista de los 70
Lesa Humanidad - Lo hablan entre
dos víctimas
Jueces y Fiscales a los que se
les imputa prevaricación y abandono de persona
Buscando la solución
La premisa es que “hubo una
guerra”
La inquietud norteamericana por
la duración de la guerra
Transcripción de la entrevista
comentada en el New York Times y publicada en el diario Clarín del 12 de abril
de 2003
Colofón
Título V Ayudas para la lectura
Capítulo XVIII
Significado de abreviaturas y
siglas utilizadas
Capítulo XIX
Organización de las Fuerzas
Armadas para enfrentar la Guerra Revolucionaria
Explicación global sobre la
organización general del Ejército para enfrentar la Guerra Revolucionaria
Explicación global sobre la
organización de la Armada para enfrentar la Guerra Revolucionaria: Número de
las unidades
Radiograma presidencial G6777
132/74
Bibliografía
Generalidades
Las revistas y periódicos de la
subversión terrorista
Libros de la Guerra de los
70
Una nómina elocuente
Índice Onomástico
PRÓLOGO
Los lectores se percatarán de que
este libro no es la continuación de “Por Amor al Odio”, cuyo tercer tomo está
aún demorado por razones de fuerza mayor, pero su contenido tampoco relega lo
que allí tenemos escrito y falta publicar. En realidad, lo que hoy ofrecemos es
una visión complementaria, informativa y actualizada en función de los tiempos
que vivimos, de las tensiones progresivas que dividen peligrosamente a la
sociedad argentina y de la acumulación de nuevos datos y elementos de esa tragedia
que fue la Guerra Revolucionaria y que nunca fueron relatados.
Por eso creemos que la riqueza de
estas páginas también reside fundamentalmente en dicha circunstancia
esclarecedora. De allí que una parte del título que hemos elegido reclame la
importancia histórica que poseen estas revelaciones que llegan a la superficie
para integrarse a ese fenómeno extraordinario que motoriza el interior, el
alma diría, de ese compendio substancial y sustantivo que constituye la opinión
pública. Ella es la gran destinataria que deberá juzgar, como en este caso,
secretos de ese pasado sangriento que involucra a argentinos que pelearon con
sus convicciones, a veces con sus bajezas y que sus derivaciones persisten
gracias a un mezquino interés político que involucra a los triunfadores de ayer
transformados en víctimas de hoy. También a políticos distraídos, igualmente
comprendidos de una u otra manera por los hechos y a jueces que deberán
soportar el resultado de sus acciones presentes gracias a las minuciosas conclusiones
de las investigaciones que se realizan y acumulan en archivos obligadamente
resguardados y casi listos para incorporarse, como continuación de lo que aquí
anticipamos, al segundo tomo en elaboración.
Sin esfuerzo, podemos decir que
los episodios y antecedentes que hoy salen a la luz ratifican aquello de que
por encima de las diferencias étnicas, culturales y geográficas, la naturaleza
del hombre es única e indivisible y se expresa en todas las circunstancias.
Pero es en la guerra -y especialmente en las guerras civiles por el odio que
las alimenta- donde el conflicto, que gira en torno de la vida y de la muerte,
constituye la máxima oportunidad para que esa naturaleza se revele en toda su
magnitud, en toda su crudeza y salvajismo.
Por eso este primer libro con
esta apasionante y reveladora temática, también trata de traiciones crueles y
lealtades sinceras o por conveniencia hasta hoy desconocidas por la opinión
pública; de asesinatos alevosos que formaron parte del terrorismo organizado y
aporta elementos de juicio para entender mejor lo ocurrido en el plano
estratégico, político y moral de lo que da en llamarse “los años setenta”.
La información que aportamos
gracias a la colaboración de numerosos protagonistas que necesariamente deben
permanecer en el anonimato y pusieron a lo largo de varios años a nuestra
disposición documentos y otras pruebas contundentes que respaldan a este
trabajo incuestionable, contiene asimismo un análisis sobre el origen de
comportamientos sociales e intereses geopolíticos que caracterizaron al mundo
bipolar de la Guerra Fría que, es necesario decirlo, fue una de las causas de
lo que globalmente llamamos la subversión y que hoy se resume en el vocablo
generalizado de terrorismo.
Se trata de un proceso complejo,
ahora extendido, aunque se pergeñó especialmente para esta región del mundo
donde la Argentina apareció, por múltiples razones, como el blanco más
apetecible pero no conquistado, hasta entonces, militarmente. Sin embargo -y
aquí lo explicamos pese a que es objetivamente apreciable- ese peligro hoy está
en la puerta gracias a la continuación de esa guerra por otros métodos que
enumeraremos enseguida y que ocupan una parte de las páginas de lo que hoy
llega a manos de los lectores. Lo hacemos con la certeza que ofrece el conocimiento
del presente, donde la inseguridad pública en el orden interno -inseguridad
legal y física- sólo es comparable con otra que ocupa un lugar superior en las
inquietudes que se abalanzan sobre el ánimo y el pensamiento: la indefensión
virtualmente absoluta en que se ha colocado a la República.
Aunque no nos detengamos en sus
detalles, tenemos que agregar en nuestro prólogo con el que pretendemos resumir
muy apretadamente las motivaciones de este libro, que el proceso revolucionario
al que aludimos se remonta al 31 de diciembre de 1958, cuando por indicación
del presidente de su país, general Dwight David Eisenhower, el embajador
norteamericano Earl T. Smith le recomendó con vehemencia al entonces
presidente de Cuba, Fulgencio Batista, que debía abandonar el cargo para
permitir la formación de un gobierno democrático destinado a superar la crisis
impulsada por la guerrilla castrista.
Vana ilusión reiterada en muchas
ocasiones. El intento fracasó y poco después triunfó la Revolución Cubana que
puso a Fidel Castro y Ernesto Guevara de la Serna, alias el Che, en el centro
de un poder que convirtió a Latinoamérica en un sangriento campo de batalla y
de propaganda marxista financiada por la ex Unión Soviética a través de La
Habana.
Antes de proseguir con este
prólogo debemos insistir con otra realidad. Es la que nos muestra como
inexplicable la continuación del conflicto habida cuenta de la modificación
del escenario estratégico mundial del que colapso una de las potencias del
conflicto bipolar y así la referida Guerra Fría, cuya polarización fue
determinante de la Guerra Revolucionaria en América latina, convirtiéndola
consecuentemente en internacional. Ese nuevo escenario nos habla del rotundo
fracaso del comunismo como sistema, lo que amplía la curiosidad por la
persistencia en continuarlo bajo distintos disfraces que aggiornan su
propuesta. El lenguaje utilizado por la propaganda para disimularlo, entre
nosotros adquirió el nombre de progresismo.
Los llamados “Foros Sociales” en
América latina donde el “Foro de
San Pablo” ocupa un organizador
lugar prominente del que es un instrumento el denominado “Socialismo del Siglo
XXI” con el que el presidente de Venezuela, teniente coronel Hugo Chávez
intenta crear un movimiento regional de ese signo, es una ampliación de esta
maniobra que aparece romo una mezcla de ideologismo y política antihistóricos,
sumados al narcotráfico en auge e incorporado a otros intereses económicos que
se muestran aparentemente indefinidos y a veces hasta contradictorios pero, eso
si, exportadores de una violencia a la vieja usanza aún no instrumentada en su
plenitud.
Somos conscientes de que estas
afirmaciones resumen en exceso lo ocurrido y lo que ocurre; aunque decidí
abordarlas con estas pocas palabras Introductorias por cuanto son un tema
básico que queda incluido de hecho en este escrito que hoy se prolonga en el
campo de las luchas políticas y partidarias e institucionales.
Aunque resulte evidente, pensamos
que ese tema se anuda al agregado de otras armas como es la desculturalización,
la progresiva modificación de los estilos y costumbres, el ideologismo en la
educación, la conquista de los medios de comunicación social, la alteración del
lenguaje que provoca una paulatina modificación del pensamiento, la vulneración
del derecho positivo que no sin esfuerzo se había logrado en Occidente, la
tergiversación de la historia, el debilitamiento del sentido de pertenencia y
por ende, del de identidad y la capacidad de retransmitirlo, el manipuleo de la
Justicia adecuándola al interés político y la consecuente desarticulación del
factor militar, componentes todos estos que provocan la puesta en marcha de un
proceso de disolución del Estado soberano. En pocas palabras, el avance de la
decadencia para reemplazar el vacío que ésta deja.
Si bien de la lectura del índice
ubicado al final del libro surge con claridad la temática a la que nos
referimos, la mención de la Justicia merece aquí un comentario adicional aunque
sea breve en exceso. Hay jueces buenos y jueces malos y con seguridad los
primeros son más que los segundos, pero el corrupto comportamiento de estos
últimos -corrupción en todos sus matices pero preferentemente en el moral o
doctrinario, si se prefiere- aporta una cuota determinante en el objetivo de
este libro y su continuación, pues esos jueces no sólo evitaron una adecuada
investigación de sucesos que no son ajenos al contenido de estas páginas, sino
que además y fundamentalmente aceptaron la trasgresión de una norma por la
cual bregaron con reconocida insistencia las dirigencias de nuestro mundo
occidental: la Irretroactividad de las leyes. Concurrentemente, esas
dirigencias crearon un andamiaje jurídico cuya solidez ha sido vulnerada en la
Argentina con la escandalosa cuota de parcialidad y alevosía que produjo otras
consecuencias cuya exteriorización aún no se ha manifestado con toda su
fuerza. Muertes injustas, testigos falsos, causas inventadas, premios políticos
y materiales a delincuentes que disfrazaron sus actos bajo el paraguas
político, se entrelazan entre sí con nombres y apellidos que ya complican y
complicarán más todavía a los jueces protagonistas.
La referencia no sólo desmitifica
el montaje de una exitosa propaganda Interesada, sino que explica con claridad
el papel desempeñado por aquellos subversivos que una vez detenidos decidieron
colaborar con las Fuerzas Legales. Lo hicieron a la perfección, delataron a sus
compañeros de lucha, relataron los planes y proyectos de las bandas que
operaban, aceptaron los beneficios obtenidos por su comportamiento tanto en lo
personal como a sus familias, reconstruyeron sus vidas económicas y en varios
casos informaron que sus organizaciones resolvieron asesinar a sus compañeros
militantes por disidencias internas. Lo hicieron con argumentos tan endebles y
vacuos que hieren las sensibilidades más firmes y duras. Estos muertos suelen
figurar como desaparecidos.
Aquellos son dobles traidores;
pero... ¿por qué dobles traidores...? La respuesta es simple: primero
traicionaron a sus compañeros y luego, una vez concluido el gobierno militar,
volvieron a traicionar olvidándose de lo que habían denunciado; ocultaron la
doblez que le costó la vida a sus amigos y reincidieron en su conducta traidora
para perjudicar a quienes fueron sus captores y los ayudaron a salvar sus
vidas. Lo crematístico suele vencer a la moral, sobre todo en los espíritus más
débiles, espiritualmente enfermos y con una conducta emparentada a la de los
testigos falsos y la de quienes los aceptaron y aceptan.
La lista, larga y minuciosa, se
ampliará en la próxima entrega de esta saga que revela por primera vez estas
intimidades de la Guerra Contrarrevolucionaria que desnuda, posiblemente con
crueldad, esa naturaleza humana a la que nos referimos al comienzo.
El Autor
A MODO DE INTRODUCCIÓN
La razón de ser de este libro
Lo que aquí relatamos tiene por
finalidad ampliar y profundizar el conocimiento de una parte todavía oculta de
la Guerra Revolucionaria que sufrió la Argentina en la década de los años
setenta y comenzó a inicios de la anterior. Para ello nos referiremos en
detalle a la trayectoria de muchos de los terroristas cuya actuación los llevó
a convertirse en paradigmáticos, en un emblema vivo y activo de lo que
significó el conflicto antes y después de los años más duros de la guerra y que
hoy reaparecen en la escena política a través de sus testimonios en el plano
jurídico, donde continúa una parte del enfrentamiento que provocaron
Lo relatado, inédito y
sorprendente, forma un conjunto descarnado -a veces doloroso según la opinión
de quienes leyeron este trabajo antes de su publicación- de lo que puede llevar
a un ser humano a apartarse de los valores no ya fundamentales, sino mínimos
para desenvolverse en la vida. No vamos a hablar aquí en este resumen
introductorio que convoca a la lectura, de cuestiones sentimentales que podrán
o no afectar a los actores que en el futuro afrontarían remordimientos apurados
por el paso de los años, sino que aportaremos una información histórica,
objetiva, demostrable y demostrada, que sirve para pintar un aspecto del
escenario que estuvo en juego durante el conflicto que persiste.
En esta parte del libro que ahora
leen quienes deberán juzgar lo acontecido, no queremos detenernos en el
análisis de un sistema que progresivamente fue utilizado con un innegable e
inteligente montaje, sino acercar a los lectores elementos de juicio para que
puedan apreciar hasta dónde puede llegar “la condición humana”, con sus lados
positivos y los extremos opuestos que a veces dudamos en calificar de terribles
pues siempre hay instancias que los superan. Esos elementos de juicio y los
hechos correspondientes son los que forman la esencia informativa de una parte
substancial y desconocida, hasta ahora, de cómo se desarrolló buena parte de
la guerra. Es la que lleva consigo un conjunto de circunstancias que
configuran la verdadera historia de muchos ex terroristas prominentes,
algunos emblemáticos para las bandas que integraron y dirigieron y que ahora
reaparecen en los estrados de la justicia como Testigos Necesarios para
continuar por otros medios la guerra que ellos y sólo ellos desataron.
Lo que aquí van a leer está
destinado a la opinión pública en general, pero también tiene algunos
destinatarios preferenciales: los jóvenes que comienzan a interesarse por los
problemas públicos y la política que los determina, los miembros de las Fuerzas
Armadas y de Seguridad, Policías y civiles que sobrevivieron a la lucha y cuyos
hijos poseen la vocación de sus padres y sobre todo, está destinado a los
integrantes de la Justicia que entre otras, tienen la enorme responsabilidad de
mantener una Institución básica para la convivencia sociopolítica y de
intervenir, en consecuencia, en la proyección derivada de lo ocurrido que aún
divide, forzosamente, a los argentinos. En pocas palabras, tienen la misión de
contribuir a reestructurar un pilar ancestral del Estado argentino que se
desangra y destruye por los cuatro costados.
“Asco y tristeza”
Lo que relatamos es una historia
-o si se prefiere, un conjunto de historias- que expresan las intimidades de
esa guerra donde ocupa un destacado lugar uno de los fenómenos más clásicos de
todo conflicto de esta naturaleza: “La traición”. Pero en nuestro caso aparece
un nuevo factor agravado de este disvalor: la figura del “doble traidor” cuya
función se apreciará a lo largo de estas páginas y fue la que principalmente
señalaron quienes nos dijeron que les provocó asco y tristeza el conocimiento
de esa parte de nuestra historia más reciente y oculta.
Con ello, surge una pregunta tal
vez difusa e indefinida que inevitablemente flotará para siempre en la
conciencia y ánimo de todos aquellos que llegaron a conocer las intimidades del
conflicto. Nosotros ya transitamos ese camino. Ahora, les toca a nuestros
lectores participar de este fenómeno moral que en el caso específico que nos
ocupa lleva una pesada carga de delaciones, de muertes y supervivencias
logradas dentro de un sistema de inteligencia que hizo posible derrotar a una
revolución dirigida desde el extranjero.
En cifras -y así lo leerán-
podemos decir que más del 20 por ciento de los detenidos por las Fuerzas Legales
después del 24 de marzo de 1976, fueron arrestados por ellas como consecuencia
de las traiciones de los militantes a sus propias organizaciones armadas.
Estos se transformaron en
verdaderos operadores de la lucha, delataron, denunciaron, marcaron a sus
amigos, jefes o subordinados, maridos o esposas y en algunos casos hasta los
capturaron. En función de su exitosa tarea se aceleró la derrota terrorista y
acortó sensiblemente el desarrollo de la Guerra; en esas funciones llegaron a
viajar libremente por el país y el exterior subvencionados por las Fuerzas
Legales y facilitaron notablemente el triunfo de la ley sobre un proyecto
revolucionario que se impulsó desde más allá de nuestras propias fronteras.
Muchos de ellos viven aún en el exterior.
En algunos de los niveles
dirigentes, gracias a esa “mano de obra barata y descartable” de inocentes
militantes de aquella época, muchas veces primó la apetencia económica por
encima de los ideales y proyectos. Muchas veces, los innumerables secuestros
terroristas tuvieron esta finalidad repugnante.
Los traidores, el progresismo y
el disfraz de los derechos humanos
En el desarrollo de esta trama
podrá apreciarse la magnitud que alcanzaron las estructuras guerrilleras, la
dimensión de la guerra sorda que se vivió y se podrá saber cómo y por qué se
produjo el fenómeno de “los traidores,” cuya importancia es más significativa
al darse en un medio ambiente fanatizado al extremo.
Como una conclusión obligada de
los componentes que hasta aquí hemos abreviado, los lectores -jueces,
militares, policías, políticos, periodistas y estudiosos- podrán deducir,
inferir, relacionar, entender y anticipar, las condiciones perversas en que se
desarrolla la nueva etapa revolucionaria que hoy está en plena ejecución bajo
el disfraz del vocablo progresismo, abarcativo del mismo enfoque del pasado
aunque actualizado frente a la modificación del escenario global y estratégico
que influye abiertamente en la región en que vivimos, sin que se dimensione en
forma precisa la proyección de este importante problema que ya afecta nuestro
futuro como República.
Sin apartarnos de la vigencia de
ese utilizado disfraz progresista que dirige una minoría hábil y sin
limitaciones morales, por su trascendencia y la estrecha relación que posee el
tema con los acontecimientos que todavía vivirá la República antes y después
de la aparición de este trabajo, recordaremos que ya en 2003 escribimos (1) que
“en toda guerra existen dos factores prioritarios: la información para conocer
qué hace o hará el enemigo y la desinformación para confundirlo y tratar de
paralizarlo. En la “nueva guerra” que soportamos se ha incorporado un nuevo
elemento que ocupa el lugar principal del conflicto: “La estrategia del
disfraz”. Así, hoy el principal disfraz que está en plena vigencia utiliza un
valor superior pero denigrado por su uso político parcial y psicológicamente
concurrente: se trata de los Derechos Humanos.
Los jueces y fiscales
Usados como elemento de combate,
tergiversados en su aplicación a favor de unos y en detrimento de otros, el
proceso que sintetizamos marca un rumbo exacto y preciso. Desde el poder -y
esta afirmación incluye a los jueces y fiscales- se califica arbitrariamente a
quienes hipotéticamente los violaron y se argumenta a favor de aquellos que presuntamente
aparecen como víctimas. En la práctica se desconoce que estos últimos
cometieron delitos aberrantes signados por una violencia ideológica que alcanzó
límites inimaginables: atentaron contra el Estado incluso durante gobiernos
constitucionales, provocaron muertos a mansalva, asesinaron a mujeres y niños y
lo que es más grave, ese manipuleo no ofrece siquiera un horizonte de
pacificación posible y constructora. La voluntad es inversa porque sigue
comprometida -con algunas excepciones- en la continuidad revolucionaria o el
retorcimiento de la venganza y de eso forma parte esencial la ruptura jurídica
dedicada a seguir este camino por la vía judicial. Más aún, sentencias
contrarias a derecho encubiertas bajo la figura de “lesa humanidad,” aparecida
con posterioridad a los delitos imputados, condenan a quienes dentro de la
legalidad cumplieron órdenes acorde con las normas de la guerra para la cual
fueron formados. Por el contrario, favorecen a quienes se levantaron
subversivamente contra el orden constituido, participaron de esa guerra armada
contra sus compatriotas y ahora, como combatientes rasos, traidores simples o
doble traidores, actúan como una demostración palpable del agotamiento
político de todo lo que comentamos.
Como dijimos, la apetencia crematística
también forma parte del tras- fondo de este quiebre institucional. De aquí en
adelante, a este factor se le suma el de la droga y el narcotráfico, pero
durante la etapa que tratamos en estas líneas ese nuevo componente incorporado
como novedoso elemento del conflicto moderno, no era determinante de los
acontecimientos que narramos.
Para facilitar la comprensión de
esta colaboración histórica que formulamos, la hemos dividido en dos partes:
la primera trata del ser militar y del ser político, factores que a su modo,
son opuestos pero también concurrentes de un mismo problema. Al ingresar en la
segunda -es donde está implícita la “culposa distracción” de los políticos -
que contiene hechos, definiciones e historias inéditas de la guerra acordes con
el índice correspondiente.
Hemos limitado al máximo las
correcciones literarias de su contenido y preferimos respetar en la mayoría de
los casos el clásico lenguaje utilizado en esta clase de documentos y en
especial el utilizado en los partes de inteligencia que también servirán para
la confección de la segunda parte de este libro, como una extensión de lo que
aquí anticipamos y otras intimidades -seguramente más graves- relativas a su
manejo.
Esto que dejamos dicho produce a
veces a lo largo de las páginas una aparente reiteración de los hechos y
personajes, pero sólo se trata de ampliaciones tendientes a dibujar mejor las
circunstancias y actores, para dejar en el aire las consecuencias de su
desempeño y perfeccionar el entendimiento de los sucesos y protagonismos
históricos.
Más aún, los lectores atentos
observarán que en algunos de los testimonios se repiten casi textualmente
pasajes de otros, pero ello se debe a que nuevos protagonistas cuya trayectoria
tratamos, no fueron ajenos a los hechos. Hacemos esta advertencia para que el
lector pueda seguir la ilación de los acontecimientos sin necesidad de
retroceder en las páginas para constatar la cronología que le ofrecemos.
También, además del índice, para
ayudar al lector, consignamos un nomenclador de siglas indicativas de
organizaciones terroristas, de la estructura montada en todo el arco legal
para combatirla y otras relacionadas con el problema y aclaramos que en esta
primera presentación abundamos en los casos correspondientes a la Armada por
ser los primeros -aunque aún incompletos pero elocuentes- que hemos ordenado
para llegar al público.
Por cierto, serán los jóvenes,
los analistas e historiadores y todos los profesionales que hemos mencionado a
lo largo de esta Introducción, quienes tendrán la última palabra de lo que
dejamos en sus manos.
NOTAS:
1.- H. Verbitsky: De La Habana a
la Fundación Ford. Página 41. Ediciones Del Pórtico. Obra de este autor.
El periodista e investigador
histórico Carlos Manuel Acuña,
autor de "Por amor al Odio" (Tomos I y II) y "Verbitsky, de La
Habana a la Fundación Ford", presenta su última obra, completando la
historia del terrorismo subversivo marxista que asoló a la Argentina con las
armas y que hoy continúa haciéndolo por otros medios.
Acuña es el autor del libro:
“Los
Traidores”
Intimidades
de la guerra revolucionaria
…”Los
primeros 78 casos de terroristas que colaboraron con las Fuerzas Legales”
-
Cómo actuaban en la ESMA y en otros Lugares de Reunión de Detenidos (L.R.D.).
-
Quiénes fusilaron a sus propios amigos.
-
Los viajes al exterior de los colaboradores
- Una nueva
clase de combatiente.
- Los dobles
traidores
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