Por Ricardo Auer
1. La etapa actual se caracteriza por la fragmentación de las opiniones (más que de las propuestas, bastante escasas en el debate político), tanto de los sectores políticos, que han contagiado a todos, como de empresarios, periodistas, analistas; todos ellos tratando de “cuidarse” para no quedar en un supuesto off side; pocos dicen públicamente lo que razonan en su intimidad; y habitualmente se discute sobre formalidades o cuestiones secundarias. La pandemia de lo “políticamente correcto” está en las antípodas del discurso que espera el pueblo. Viene ganando el “no debate” en apoyo al statu quo. Todo tiempo perdido. Porque no se discuten los temas centrales de una Argentina decadente.
2. LA INFLACIÓN PRODUCE HAMBRE y MAYOR POBREZA: La innegable “suba de precios”, en particular del sector de alimentos básicos, está haciendo estragos sobre el estómago de los más humildes. Ya no se trata de la “lucha” para pagar menos impuesto a la ganancias de aquellos obreros sindicalizados que ganan más de $5.000.-/mes (lo cual está muy bien y merece nuestra adhesión), sino de la franja absolutamente mayoritaria de argentinos cuyos ingresos están situados por debajo de los $1.500.- y qué decir de los que viven de los Planes Sociales. Si esta “suba” es circunstancial o es más permanente, lo veremos en los próximos meses. Desde el punto de vista técnico la inflación es el resultado de una causa macroeconómica, expresada por el desbalance entre oferta y demanda, consecuencia de la falta de inversión o de un clima propicio para la inversión productiva.
3. Pretender tapar estas realidades mediante la manipulación que realiza el INDEC con los índices de precios, de pobreza y de indigentes, es escandaloso, infantil y un insulto al sentido común. Se está ampliando la brecha entre ricos y pobres; entre los que tienen empleo y los sub-empleados y los que carecen de trabajo real. El empleo público es un mal substituto, que sólo tapa la realidad transitoria mientras marchamos a una nueva crisis. Inclusive los índices oficiales de indigencia son incompatibles o están “mal dibujados” frente a la serie histórica de los índices de pobrezas. Todo un mamarracho, aceptado sin demasiadas protestas por un pueblo que hasta ha perdido la costumbre de reclamar justicia como corresponde. Analicemos primero si el gobierno miente afuera o dentro del país.
4. El informe oficial de la República Argentina presentado el 18/03/2010 ante la SEC - Securities and Exchange Comission de New York, pag. 15/17 (http://secwatch.com/filings/view.jsp?formid=7098309) resalta el doble discurso oficial. Allí se dice: “Pese a la recuperación, la economía argentina todavía enfrenta importantes desafíos, incluyendo la extensión de la pobreza, el incremento del desempleo y el subempleo, alta inflación y escasez energética…”. “Factores internos adversos, como el aumento de la inflación, altos intereses bancarios, … podrían hacer bajar el crecimiento económico”. Lo escribe el propio Gobierno en su Formulario 18-K para lograr la aprobación del canje de deuda con los holdouts, firmado por el Secretario de Finanzas, Lic. Hernán Lorenzino (Ministerio de Economía)
5. El mismo informe reconoce que “Desde el último trimestre de 2006, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) ha sufrido significativos cambios de personal y controversias. Algunos empleados del INDEC y analistas han objetado sus datos de la inflación y otros datos económicos afectados por las cifras de inflación, como la pobreza y las estimaciones del PBI. Analistas privados y fuentes no gubernamentales publican estimaciones de inflación y otros datos estadísticos que difieren significativamente de los publicados por el INDEC”. Luego dice que sin embargo “el Gobierno utiliza y confía en las estadísticas del INDEC, incluyendo los datos de inflación”, pero reconoce el problema de fondo: “La inflación representa un significativo desafío para la economía argentina”. Más aún, dice que “la Presidente Fernández de Kirchner intenta combatir la inflación negociando un Pacto Social entre empresas y sindicatos, para controlar los reclamos salariales, bajar el aumento de los precios, …y proveer un clima de estabilidad favorable a las inversiones” (sic). Evidentemente Moyano no le creyó.
6. El doble “relato” se extiende al concepto de DDHH, ya que en el mismo informe oficial, publicado sólo en EE.UU., el gobierno KK denomina a la dictadura del 76 simplemente “gobierno”, sin distinguir siquiera entre gestiones democráticas y de facto. Este detalle es importante porque en EEUU hay doctrina sobre el no pago a deudas de gobiernos dictatoriales o no democráticos (caso deuda Irak – Saddam).
7. Frente a este certeza documentada por el mismo oficialismo, la llamada “oposición” desnuda su complicidad o pasividad frente a esta realidad, desconociendo este informe oficial. Se comprueba así que la “oposición” también es parte del sistema actual que solo desea “robar cámara”, sin cambiar la situación de fondo. La soja (el yuyo verde) seguirá creciendo para que continuemos pagando la “deuda eterna” y no para intentar proyectar una política de desarrollo que cambie el rumbo de las cosas. Ese es el “sistema” actual de oficialistas y opositores. Hablemos con claridad y contundencia. La realidad es la única verdad.
8. LA CORRUPCIÓN MATA GENTE. Ya no se trata sólo del perverso circuito del narcotráfico que envenena a demasiada juventud y mata a tanta gente, ante la desidia oficial. La corrupción es mucho más que la coima que paga un privado a un funcionario para ganar una licitación, para liberar una zona, para hacer “la vista gorda” y otros males muy conocidos. Corrupción es además la desidia en afrontar los problemas reales de la gente; es ocupar el tiempo de funcionario (de su trabajo) para resolver problemas personales o en hacer negocios, sin cumplir sus funciones específicas. Porque es canallesco que la política deje que todo siga igual sin plantear soluciones de fondo, sabiendo que se pueden solucionar. Porque esa es su única función esencial. Y ya estamos llegando al colmo, que el corrupto de turno apañe o proteja al corrupto anterior. Para que el siguiente haga lo mismo con él.
9. No reconocer y señalar los problemas existentes es el principio rector de no buscar y encarar las soluciones de fondo (las causas). Por eso hay cada vez más pobreza y con ello marginalidad, indigencia e inseguridad ciudadana. Eso produce muertes inocentes, inútiles y EVITABLES. Si se tomaran los recaudos para reconocer los problemas y discutirlos en forma seria y sistemática, todo cambiaría para mejor en la vida cotidiana del pueblo. Si hubiese intención e inteligencia para elaborar una estrategia de disminución y eliminación de los problemas básicos, habría menos muertes inútiles. Tampoco debería haber hambre en Argentina, ni niñez deambulando a la deriva en las calles. También podría controlarse el “paco” y la drogadicción masiva. Es hora de decir ¡Basta de muertes por la corrupción generalizada!
10. Hay muchas medidas que pueden implementarse para este fin: auditoría de las causas penales por delitos contra el estado; ampliación de las normas para la figura del “arrepentido” y testigos protegidos para casos de corrupción; transparencia en la entrega de ATN a las provincias; mejor control de fondos reservados a la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE); radarización del espacio aéreo, control efectivo del narco tráfico y tolerancia cero con la corrupción de fuerzas de seguridad y funcionarios en general, y otros. Lamentablemente en estos temas tampoco la “oposición” puso en evidencia frente a la opinión pública el descontrol y la falta de transparencia existente.
11. A MAYOR CLIENTELISMO, MAYOR DESEMPLEO. El procedimiento de control de propios y opositores mediante la chequera; pagar o enviar fondos según el voto legislativo; hacer obras según el apoyo en una interna o elección partidaria y todas las demás variantes de clientelismo que afectan la dignidad de las personas más humildes (planes sociales para ser usados en movilizaciones partidocráticas), afectan enormemente la creación de empleo genuino. Nadie invierte en un clima de manipulación generalizada. Porque sabe que el clientelismo significa también “pagar peaje”, que a la larga sale caro. Ningún país ha crecido y se ha desarrollado en ese ambiente y en esas condiciones. Por eso hay inflación y ha crecido enormemente el empleo público, paliativo transitorio, pero inútil en el largo plazo; porque finalmente el contribuyente se cansa de seguir pagando cada vez más impuestos para vivir cada vez peor.
12. El modelo político del clientelismo no sirve como propuesta organizativa política ya que desalienta la creación de empleo genuino y sustentable. Por el contrario su permanencia es perniciosa en un doble sentido. Destruye la sana cultura del trabajo y desalienta la inversión. Su permanencia durante largo tiempo solo permite vislumbrar que es cuestión de tiempo para que se produzca un próximo estallido social.
En resumen, pareciera poco esperable que los políticos actuales encuentren las soluciones de los problemas que ellos mismos no reconocen como tales. Porque si los señalaran con firmeza encontrarían un pueblo dispuesto a seguirlos. Más bien hay que esperar que el pueblo desee salvarse a sí mismo, señalando con perseverancia sus reales problemas (la agenda de la gente); y que durante dicho proceso surja una dirigencia con capacidad, coraje, decisión e inteligencia para enfrentar los desafíos de esta hora.
· LA CORRUPCIÓN MATA GENTE
· LA INFLACIÓN PRODUCE HAMBRE y MAYOR POBREZA
· A MAYOR CLIENTELISMO, MAYOR DESEMPLEO