Por Tcnl. José
Javier de la Cuesta Ávila (LMGSM 1 y CMN 73)
El tema a tratar debe ser considerado dentro de lo que se conoce como la
ingeniería política o sea el "arte profesional" de los
dirigentes para ajustar la metodología del mecanismo electoral, conforme
las ventajas que ofrecen las condiciones de la ciudadanía y las capacidades
propias de los postulantes. Se lo entiende como "arte" y no
"técnica", ya que requiere, además de bases de conocimiento
determinadas, un adecuado grado de imaginación y creatividad especifica.
En general, con la finalidad de nivelar oportunidades, las leyes electorales
fijan los procedimientos comunes que, en teoría, deberían actuar como
reguladores para evitar competencias crueles o altamente agresivas. Estas
regulaciones, normalmente, buscan tener en cuenta a las "minorías",
para evitar que ellas queden avasalladas por las mayorías. La realidad muestra,
ya en la aplicación, que se producen modificaciones
concretadas, que se alejan de la esencia y sustancia a la cual
"debe" (debería) ajustarse a las bases que determina la Constitución
Nacional. En nuestro país, al haberse "actualizado" el sistema
electoral, apartándose de la esencia del Artículo 1ro. de la CNA (Forma de
gobierno), existe un verdadero "fraude" a la ciudadanía (en especial
la provinciana) de origen que, sorprendentemente y lamentablemente, no es
señalado ante la Justicia para su corrección, pasando desapercibido
para los políticos que son los mismos que, en definitiva, lo han
creado.
En nuestro país, las autoridades en el orden nacional, se eligen por un sistema
basado en los partidos políticos "nacionales" que se superponen
y han desplazado al mandato de "representación
federal", por lo que los elegidos responden a aquellos y no a la
ciudadanía local que los votó. (1) En el pasado, tanto en Argentina como otras
naciones, se han realizado los más diversos métodos para "burlar" la
voluntad electiva de los ciudadanos, pero, el mayor acceso a la información ha
desnudado aquellas actividades que por sus efectos son expuestas como reales
desvíos a lo que se considera democrático.
Pero, además de esta aberración constitucional (agravada en la reforma del año
1994), existe en la metodología aplicada, particularmente por aquellos que
están en el poder: la sutil aplicación del dominio desde la conformación de lo
que se conoce como la "masa crítica". La masa crítica, es
un concepto existente, perfeccionado, aprovechando las ventajas de la libertad,
que cambia el sentido de lo que se pretende como "democracia".
Se define como tal al obtener un conjunto de individuos que se induce
se agrupen por una misma razón que, en base a ello, son
sujetos a un poder dominante (gobierno) del que pasan a ser
dependientes. Analizado el tema con objetividad de sociólogo, es una
depurada manera de creación de una suerte de
moderna "esclavitud electoral" con apariencias de democrática,
que vincula al dirigente con el ciudadano, que pasa a depender de
aquel socioeconómicamente. Estos ciudadanos, generalmente, son pobres, es decir
personas cuyo sustento no cubre sus necesidades, por ello, a esta
modalidad se la conoce como masa crítica de pobreza. Como
surge ante un primer análisis, al dirigente no le conviene que el
ciudadano mejore su condición, para recuperar su libertad (dignidad),
pues corre el riesgo que se aleje de su dominio y, lógicamente, deja de
ser dependiente ("esclavo"). En algunos países, particularmente en el
continente africano, se observan comunidades en las cuales el habitante no es
un real ciudadano, sino que, como pasó en algunos regímenes dictatoriales,
depende de sus dirigentes gobernantes, normalmente ricos y poderosos, vive en
la pobreza, cuando no la indigencia, con pocas, sino nulas, expectativas de
mejora. Lo grave y sorprendente es, que mientras algunos países están
"saliendo" de esta difícil y cruel situación, otros (en especial en
América) están "ingresando", casi diríamos voluntariamente, en este
desmadre social.
Este tema, que nos preocupa en Argentina, se repite con diversos ribetes en
otros países en los que naturalmente ello no se producía. Si se sigue el tema
de los "inmigrantes" en los Estados Unidos de América, se observa en
su desarrollo y evolución, matices que permiten pensar que detrás de estos
nuevos ciudadanos existe una puja ideológica. La cuestión es, en este caso, que
el tema está en "construcción", mientras los dirigentes, con diversas
posturas y argucias, intentan "capitalizarlo". Una cuestión parecida
aparece en Europa, en especial en relación a la vinculación con las ex-colonias
o con los métodos electorales que permiten participar con el voto a ciudadanos
que viven fuera de los territorios nacionales. Pero, evidentemente, el tema de
la pobreza es el asunto que aparece como más utilizado y conveniente y, por
ello, el de mayor práctica, lamentablemente, también, en Argentina.
Esta cuestión, es de tanta importancia, que Naciones Unidas, como el primer
objetivo deseable para el actual Milenio está la: erradicación de la
pobreza (2) extrema y el hambre, señalando para lograrlo el reducir
la proporción de personas pobre y con hambre y para ello conseguir
pleno empleo productivo y trabajo digno para todos. Esta finalidad se
muestra, concretamente, en el incremento de personas que pasan a formar la
clase media. El ejemplo exitoso más reconocido en la actualidad lo está
brindando Brasil. En sentido contrario, aparece el caso de Venezuela, donde
el gobierno aplica políticas basadas en el "reparto" de su capacidad
económica general derivada del petróleo, aumentando los niveles de menores
ingresos con subsidios y apoyos sociales que, por ello, pasan a serle
dependientes.
El problema del uso electoral de la "masa crítica de la pobreza"
crece en la medida que se perpetúa el mismo gobierno, ya que se alimenta de
nuevas situaciones, creando un "círculo vicioso" (3), con lo que
aumenta dependencias y, consiguientemente, caudal de votos
"cautivos". La imagen que se proyecta es de un "gobierno
benefactor", con lo que se cubre ante la crítica de su accionar, y,
sus problemas, se asignan a los terceros que intentan no ser atraídos y
substraídos. No existen metodologías claras para encarar esta cuestión, ya que
la misma avanza, sea por interés o, algunas veces, por temor. Sin embargo,
cuando se observa este desarrollo, se puede saber, sobre la habilidad con que
se "induce" la pobreza "política". El procedimiento más
comúnmente aplicado, se basa en "conducir" la
"inflación" mediante "emisiones monetarias" que obran fuera
de los regímenes impositivos. De esta manera el gobierno se "hace" de
elevados montos, fuera de los presupuestos aprobados, sin tener en cuenta la
"depredación" que produce, que los aplica conforme una metodología de
"subsidios", con lo que "nivela" los desequilibrios, pero,
como se entenderá, hace que aquellos que los reciban,
"dependan" de estos dirigentes. No es fácil volver a convencer a
los individuos, que reciben "protección", para que acepten que el
esfuerzo personal, por más que aparezca como un sacrificio, resulte más
ventajoso, ya que ello siempre se lograra en el futuro y aquel vive la
realidad del presente. Posiblemente, la educación y la formación
ciudadana, sea el medio genuino para modificar las acciones, ya que despiertan,
mediante el conocimiento, las aspiraciones de mejora de vida, pero, si aquella
no es buena (como el caso actual nuestro) obrará en desmedro de este objetivo.
La "inducción" hacia la "masa crítica", es, en realidad,
una metodología "perversa" mostrada como "benéfica", que,
en verdad, atiende al "pobre" que ella misma crea, motiva
"dependencia" y destruye "progreso", pero se enquista
en el cuerpo social con agresiva firmeza, lo que lo hace un mal endémico
que con sus tentáculos, aprisiona a la comunidad, quizás sin que ella lo
entienda o sepa, perdiendo libertades y derechos que luego serán muy difícil
recuperar.
Notas:
(1) La
experiencia recogida en el "conflicto" entre el gobierno y el campo,
en el cual los legisladores votaron conforme lo disponían sus partidos y no lo
requerido por la población, muestra el equívoco que nos rige.
(2) La línea
de pobreza se determina en base al costo total de la canasta de consumo que
incluye alimentación, vivienda, salud, vestido y otros.
(3) El
"circulo vicioso de la pobreza" se origina cuando no hay capacidad de
ahorro. Ello significa que se consume todo lo que se produce. Al no ahorrarse,
no se forma capital y, por ello, no se invierte. Al no invertirse, no se mejora
la producción y la productividad, y, por lo tanto, el empleo. Este proceso
lleva al estancamiento, el desgaste de los medios de producción no renovado y,
lógicamente, se modifica el consumo, lo que lleva a la pobreza.