martes, 11 de noviembre de 2014

LA ANTIPOLITICA Y LOS CATÓLICOS



Por Emilio Guillermo Nazar Kasbo

¿Santo Tomás Moro? Un tonto. ¿Rezar? No sirve en política… ¿San Luis, Rey de Francia? Uno de los santos que debe ser valorado por su gobierno en lo práctico y no por su piedad... Estas pueden ser las conclusiones a las cuales se podría arribar tras la charla sobre Política de la cual participó el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer… ¿Será así?

SEMINARIO DE POLÍTICA
En la tarde del día 6 de noviembre de 2014, concurrí al “Seminario de Política” en el Colegio de Abogados de La Plata, esperando escuchar algo novedoso, que no fuese el simple diagnóstico o la simple y habitual orientación general y abstracta que no especifica claramente hacia dónde debemos encaminarnos, de qué modo y con qué medios.
Claro que, en materia de Doctrina Social de la Iglesia, la “novedad” es una herejía porque trataríase de algo apartado de la Tradición, y la “orientación específica” actualmente es una “mala palabra”, porque es aquello a lo cual el actual sistema se opone, hecho al cual me niego de antemano a calificar de “antítesis” de la “tesis”, porque es un lenguaje marxista del cual la “síntesis” no sería más que una nueva desviación. Más bien se puede hablar de Orden, Revolución y Contrarevolución (entendida esta última como vuelta al Orden una vez producido el desvío, ya que la Contrarevolución no debe ser concebida como “oposición a los oponentes”).
Esperaba escuchar verdades. Iluso de mí. En lugar de escuchar las “novedades de siempre”, acabé escuchando las “novedades de lo efímero”. No por parte de Mons. Héctor Aguer, quien además bromeó hablando de los derechos del hombre, afirmando que “para quienes sostienen la teoría de género” al decir “hombre” hacía referencia abarcativa de la mujer. ¿Era un chiste, un chascarrillo? ¿O qué? ¿Es prudente esa "broma" en el abordaje del tema Político?

MODELOS: MAQUIAVELO Y ROUSSEAU
El primer disertante fue el Dr. José María Marchionni, quien afirmó que la política es un conocimiento y que a su vez tiene una faz práctica, y que él se abocaría a esta última. Distinguió una política agonal, pragmática, de ambiciones humanas cuyo objeto es el poder, con visión pesimista del ser humano y que tiene su fundamento en el voluntarismo, dando como paradigma de esta postura a Maquiavelo, Hobbes y Hegel, por ejemplo, diferenciándola de otro estilo de política, de tipo arquitectónico, basado en la amistad, con visión optimista del ser humano y que tiene su fundamento en el intelecto, dando como arquetipos de esta postura a Rousseau, Platón, Aristóteles, San Agustín y Santo Tomás. Finalmente, consignó que “los políticos” tienen mala imagen en la sociedad actual. 
Desde mi punto de vista, no fue más que una “ensalada rusa”, y basta como muestra que el pensamiento del orate Rousseau, no puede asimilarse a la ética platónica ni aristotélica, y además es descalificado por la escolástica y por el Magisterio de la Iglesia.
Luego fue el turno del Dr. Mariano Gervan, quien manifestó que “nadie entra a la Política para ser mártir”. Además expresó que si un comerciante no busca el lucro en su empresa acabará fundiéndose y quebrando, y que del mismo modo quien actúa en política lo que debe perseguir es su cuota de poder, porque de lo contrario fracasará en su cometido. Así, afirmó que los idealistas no sirven para la política, y que personas que tienen piedad o que rezan tampoco son útiles para la política, o no tendrán acción efectiva.

PRUDENTE Y VIRTUOSO
Desconociendo la postura de Mons. Héctor Aguer en estos temas, tan claramente definidos por el Magisterio de la Iglesia, para mí semejantes afirmaciones no son más que un disparate, y es lo más lejano que puede haber a la definición de una política católica. Es más, las palabras del Dr. Gervan no hacen más que desautorizar la espiritualidad, la Verdad que porta, e incluso la acción del mismo Arzobispo y de toda la Jerarquía de la Iglesia, ya que se podría enmarcar en la ideología protestante de “la doble verdad” y en el criterio calvinista de que “el lucro es muestra de una bendición de Dios, sin importar su fuente”, trasladando ambos criterios errados a la Política.
Mons. Héctor Aguer expuso en tercer lugar, y se dedicó a las virtudes y en particular a la Prudencia como características del verdadero político. No desautorizó a ninguno de sus expositores previos, al menos de modo directo y claro.
Al momento de las preguntas, alguien preguntó si los modelos de políticos católicos de post-guerra pueden servir en nuestros días, a lo cual el Dr. Gervan recordó a políticos italianos y alemanes, entre quienes mencionó a Konrad Adenauer. Otra pregunta inquirió acerca de si en la democracia quien gobierna es la Ley, a lo cual el Dr. Gervan respondió que quien gobierna en la democracia es la mayoría, a lo cual Mons. Aguer agregó la existencia de ciertas limitaciones a la decisión mayoritaria.

LIBRE INTERPRETACIÓN "CATÓLICA"
Los presupuestos inmanentistas de una política no laica sino laicista, son severamente dañosos, y desvían la humana vida católica y la vida de Gracia de su Fin. Se pregunta algo, y se responde otra cosa… Como esa reunión en que estaba un ruso, un italiano y un gallego, y el ruso elogió al gallego diciéndole “muy ricas sus empanadas gallegas”, y el gallego queriendo retribuir a ambos interlocutores dijo al ruso “muy ricas sus ensaladas, muy entretenidos sus casinos y ruletas, y muy lindas sus montañas”, y al italiano lo quiso elogiar diciéndole: “exquisitas y tentadoras sus milanesas”. (*) La libre interpretación en Doctrina Social de la Iglesia, tiene los mismos efectos.
Hubo una pregunta que no acabó de ser formulada a Mons. Aguer, la cual era: si las virtudes y la prudencia en particular son características de la Política, ¿podría afirmarse que los Obispos en el gobierno de las almas en busca de la salvación de las mismas, ejercen una actividad de tipo político en ese sentido? 
Esta pregunta, además, apunta a que el católico integra el Reino de Dios, el cual en este mundo está conformado por la Iglesia Militante, y que tiene sus autoridades y jerarquías, así como sus leyes, como todo Reino. Es la Patria Celestial…

ARQUETIPOS Y PASTORAL
San Luis Rey de Francia, su esposa, San Fernando, y numerosos reyes, e integrantes de la nobleza han sido arquetipos de gobernantes. Santo Tomás Moro ha sido arquetipo de político.
Afirmar que nadie entra a la política para ser mártir, no puede involucrar de ninguna manera a los católicos. Sería lo mismo que decir que nadie entra a las Fuerzas Armadas para poner en riesgo su propia vida en defensa del Reinado Social de Jesucristo y de la Patria, o que nadie entra al Seminario para ser mártir y ser capaz de dar la vida y ser muerto por causa Jesucristo.
Alguien refirió alguna vez que quien no es capaz de morir por lo que cree, es porque lo que cree no vale nada, o porque él mismo no vale nada. Algo para pensar ante tantas “novedades” jamás sostenidas antes en la Iglesia Católica, o que si lo fueron por algún católico, el mismo fue oportunamente excomulgado. Pero eso pertenece a tiempos donde no había Pastoral ni Caridad, claro… antes del Concilio Vaticano II.
¿San León Magno y su Ortodoxia, o San Gregorio Magno y sus Reglas Pastorales? No, eso era “antes”, cuando se hablaba claro y se los exomulgaba y anatematizaba porque en la Iglesia Católica no había Caridad. Pero ahora sí hay Caridad, y la Verdad “por ahora” puede convivir con la herejía, y el pecador puede comulgar… y digo “por ahora”, porque si las cosas siguen así, el hereje excomulgará a los tradicionales (o “conservadores”) dentro de la Iglesia Católica, anatematizará a la ortodoxia y a quienes la sostienen, y como norma Pastoral los expulsará… ¿Será posible? 
Humanamente, sólo cabe proyectar a escala social lo afirmado en el “Seminario de Política”, y tal será el resultado: la praxis humana por sobre la teoría y, lo que es peor, sobre la Fe. Es decir, todo se compra y se vende: la política del “toma y daca” que teológicamente acaba en la herejía y la condena de las almas. Parece que Gramsci y la Escuela de Frankfurt junto con el Deconstruccionismo han triunfado. Vivimos tiempos de indolencia eclesial, de abulia, de dominio del Demonio Meridiano en la generación de la acedia.
Recemos por un Milagro, por el bien de las futuras generaciones, y para que esas generaciones existan.

NOTA:
(*) MILANESA: gentilicio femenino de Milán. A su vez, http://es.wikipedia.org/wiki/Milanesa