“¿Puede usted entender lo que significa haber visto cómo ocurría todo aquello?”, pregunta un testigo presencial del genocidio
Los armenios conmemoran este 24 de abril los 95 años del genocidio de sus compatriotas a manos de agentes militares y policiales turcos; ellos continúan esperando a que Turquía se disculpe o muestre señales de pesar.
Entre 1915 y 1916, alrededor de dos millones de armenios fueron expulsados de sus territorios por agentes militares y policiales turcos, apoyados por bandas kurdas y criminales liberados de las cárceles. Tolerada por el Estado alemán, entonces aliado de Turquía, esa operación de desplazamiento trajo la muerte a 1,5 millones de armenios; un hecho que el Gobierno de Ankara niega hasta el día de hoy y presenta ante sus ciudadanos desde una perspectiva histórica manipulada.
Al lado del Museo del Genocidio Armenio se erige Tsitsernakaberd, el monumento dedicado a las víctimas.
Todo el que se atreva a hablar del suceso, como lo hizo el periodista Hrant Dink, es asesinado o debe abandonar el país esporádicamente debido al constante acoso, como lo hace el Premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk. Recientemente se anunció que las relaciones entre Turquía y Armenia tenderían a mejorar, pero de esa esperanza no queda rastro desde que sectores influyentes de la sociedad turca exigieron que los armenios se retractaran de la “mentira del genocidio”.
Esperando disculpas sentidas
Los armenios conmemoran este 24 de abril los 95 años del genocidio en todas partes del mundo. Ellos continúan esperando a que el Gobierno de Turquía les pida disculpas o muestre elocuentes señales de pesar. En Aghet, un documental realizado por el cineasta Eric Fiedler para el canal estatal alemán ARD, conocidos actores leen en voz alta los testimonios presentados por testigos presenciales de ese doloroso capítulo de la historia armenia.
Armenios marchan hacia una prisión custodiados por el ejército turco. Esta foto data de 1915 y fue publicada por primera vez por la Cruz Roja estadounidense.
“¿Puede usted entender lo que significa haber visto cómo ocurría todo aquello, no haber podido hacer nada y tener que seguir viviendo?”, reza una cita. “Esta gente fue sacada a la fuerza de sus casas, y obligada a marchar por el desierto. Miles de mujeres y niños murieron en estas travesías impuestas, y no solamente de hambre o agotamiento, sino como víctimas de las atrocidades perpetradas por sus veladores”, dice otro de los testimonios leídos en el documental de Fiedler.
El Yad Vashem de los armenios
“El 24 de abril de 1915 es considerado el día en que se dio inicio al genocidio. Cada año, en esta fecha, miles de personas visitan este museo. Da igual que sean visitantes o trabajadores del museo, todos sienten aquí lo mismo que yo”, comenta Lawrentij Barseghian, profesor de Historia y ex director del Museo del Genocidio Armenio, aludiendo a la tristeza que lo embarga cada vez que entra a ese edificio, construido en 1965 cerca de la capital de Armenia, Ereván.
En las catacumbas del museo, fotografías enormes le dan al terror un rostro menos abstracto. Y al lado del museo se erige Tsitsernakaberd, el monumento dedicado a las víctimas del genocidio.
Tsitsernakaberd es el Yad Vashem de los armenios, quienes no pueden comprender por qué la matanza sistemática de los judíos es reconocida en el mundo entero como un genocidio y la del pueblo armenio no, pese a que muy posiblemente sirvió de referencia para Hitler cuando planificaba el exterminio de los judíos.
Olvidar el genocidio
“Nosotros llevamos este episodio en nuestra sangre. El hecho de que se reconozca o no la matanza de los armenios como genocidio es irrelevante. Ese es un hecho que nos persigue como una sombra. Pero eso no significa que sintamos que debemos odiar o agredir a los turcos”, dice el joven escritor Wahe Arsen. Como él y otros cientos de miles de compatriotas, el más conocido autor armenio, Howhannes Grigorjan, subirá a la colina en donde se encuentran el Museo del Genocidio Armenio y el Tsitsernakaberd para rendir sus respetos y depositar un ramo de flores.
Aunque él no cree llegar a ver el día en que los turcos reconozcan su responsabilidad, Grigorjan comparte con muchos armenios la convicción de que lo harán. “Esa es una buena disposición de cara a este asunto. Yo no quisiera que sacáramos nuestra energía para el futuro de una tragedia como esa. Los alemanes dieron un paso importante al reconocer el genocidio en contra del pueblo judío. Cuando Turquía admita haber cometido el genocidio en contra de los armenios, también nosotros podremos olvidar el genocidio”.
Autor: Mirko Schwanitz / Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López Magallón
Fuente: DW