En su reflexión televisiva
semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (América TV), Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata,
afirmó que “manipular las fuentes de la vida puede ocasionar graves
catástrofes”.
Explicó que “en la Cámara de
Diputados de la Nación existen varios proyectos referidos a las técnicas de
fecundación humana artificial y uno de ellos ya tiene despacho de mayoría de
las Comisiones involucradas en el tema” y consideró que en “estos proyectos
legislativos hay varias cosas que se pueden apuntar y que son para preocuparse
seriamente”.
Al comienzo aclaró que
“comprendemos el deseo de tantas parejas de tener un hijo cuando están
afectados por alguna dificultad que no hace posible un embarazo y un nacimiento
pero habría que recordar que el hijo no es un producto del deseo, no es un
objeto de deseo. El hijo es ante todo un don y tiene que ver con el don
recíproco de los esposos que se entregan recíprocamente para dar lugar al
nacimiento de un tercero que es, entonces sí, el objeto de su amor”.
Señaló que las “técnicas
artificiales vienen a reemplazar el ámbito natural done debe surgir una persona
humana” y cuestionó aspectos como la entrega de gametos que “autoriza la
selección según la voluntad de los que requieren el uso de estas técnicas” y
que plantean “un problema muy serio que podríamos denominar de discriminación
genética”.
El prelado platense dijo que “se
produce una especie de cambio subrepticio del concepto de filiación que ya no
va a tener nada que ver con lo biológico” y se refirió a los procesos de
crioconservación, es decir el congelamiento de embriones y “solamente el
congelamiento de los embriones que se consideren viables”. Ante ello formuló
varias preguntas: “¿Cómo se establecerá cuando un embrión es viable? ¿La Ley lo
establecerá? ¿Y que quiere decir que un embrión no es viable? ¿Quiere decir que
hemos dado vida a una persona humana y luego la descartamos? ¿Y la descartamos
a esa persona porqué? ¿La descartamos porqué, quizás, porque de acuerdo al
análisis genético, o a la procedencia del semen o del óvulo sabemos que va a
tener alguna discapacidad?”.
“Se impide, además, a los
médicos, enfermeros, al personal sanitario y a las instituciones la defensa de
valores inmutables como el derecho a la vida, ya que el proyecto presentado no
incorpora la posibilidad de la objeción de conciencia”, indicó.
Mons. Héctor Aguer sostuvo que “pareciera que aquí se abre un
camino de eliminación sistemática de embriones porque están congelados y si no
se los reclama en diez años deben ser descartados. Es decir congelamos niños
por nacer, congelamos personas humanas, porque allí donde se ha producido la
unión del espermatozoide con el óvulo interviene Dios Creador para infundir un
alma inmortal y allí se da la constitución de una persona”.
“Creo –comentó- que todo esto hay
que pensarlo seriamente, cuando nosotros impulsados por el amable y afectuoso
propósito de ayudar a aquellas personas que desean un hijo o queremos
facilitarles el camino para ello, no puede hacerse a costa de un orden en el
cual se juega la dignidad de la persona humana. No se puede tratar los
embriones como si fueran cosas, meros objetos biológicos. Creo que los
legisladores debieran tener en cuenta estas verdades fundamentales porque
cuando se manipulan las fuentes de la vida estamos abiertos a la posibilidad de
engendrar cualquier catástrofe”.
Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor
Aguer:
“En la Cámara de Diputados de la
Nación existen varios proyectos referidos a las técnicas de fecundación humana
artificial y uno de ellos ya tiene despacho de mayoría de las Comisiones
involucradas en el tema”.
“Otras veces hemos comentado aquí
la problemática que plantean estas técnicas que, hoy día, vienen a reemplazar,
como una posibilidad real y efectiva, a la unión conyugal como medio o como
ámbito para la comunicación de la vida humana”.
“Sin duda nosotros comprendemos
el deseo de tantas parejas de tener un hijo cuando están afectados por alguna
dificultad que no hace posible un embarazo y un nacimiento pero habría que
recordar que el hijo no es un producto del deseo, no es un objeto de deseo”.
“El hijo es ante todo un don y
tiene que ver con el don recíproco de los esposos que se entregan
recíprocamente para dar lugar al nacimiento de un tercero que es, entonces sí,
el objeto de su amor”.
“Estas técnicas artificiales
vienen a reemplazar el ámbito natural done debe surgir una persona humana”.
“Respecto de estos proyectos
legislativos hay varias cosas que se pueden apuntar y que son para preocuparse
seriamente”.
“La legalización de la dación,
como se dice, o donación de gametos y la posible selección de los mismos. Hoy
día todo el mundo sabe que existen y se puede buscar por Internet bancos de
semen, por ejemplo, que clasifican el producto de acuerdo a las posibilidades
genéticas que van a concretarse a partir de allí”.
“De ese modo se autoriza la
selección según la voluntad de los que requieren el uso de estas técnicas. Se
podría, entonces, condicionar las características físicas o intelectuales del
niño por nacer. Se podría elegir un niño rubio de ojos celestes o un morocho de
ojos negros, un niño más inteligente o con mayor inclinación genética a
desarrollar sus capacidades físicas, etc.”
“Estas cosas plantean un problema
muy serio que podríamos denominar de discriminación genética. Pensemos en las
consecuencias sociales y legales de todo esto. Me parece que estos proyectos no
se incluye una aclaración sobre estos conceptos fundamentales”.
“Está también la posibilidad de seleccionar embriones. Todo el mundo sabe
que en el uso de estas técnicas hay embriones que “se pierden”. Y pongo ese “se
pierden” entre comillas pero ustedes imaginen lo que eso significa”.
“Por empezar no se incorporan
todos los embriones al cuerpo de la mujer sino que se hace una selección
previa. Eso ocurre en todas partes del mundo. Se seleccionan aquellos embriones
que se consideran viables, es decir aquellos que tienen mejores posibilidades
de nacimiento. Esto quiere decir que puede darse un diagnóstico previo a la
incorporación del embrión en el cuerpo de la madre, sea de la madre que lo va a
llevar en su seno 9 meses o sea en los vientres de alquiler como también
existen ahora”.
“Esta donación de gametos o la
donación de embriones es muchas veces anónima. También se puede comprar un
embrión, esto hará que se desarrolle un mercado de embriones y se lo pueda
comprar, con lo cual queda en enigma la filiación del niño”.
“Fíjense como se produce una
especie de cambio subrepticio del concepto de filiación que ya no va a tener
nada que ver con lo biológico cuando, hoy en día, sabemos que es muy importante
saber la identidad biológica y que mucha gente la reclama con razón. es decir
saber quien es su padre y su madre biológicos. En este anonimato del mercado de
la fecundación asistida todo eso no va a ser posible de clarificar”.
“Además estos proyectos aceptan
la crioconservación es decir el congelamiento de embriones. Y solamente el
congelamiento de los embriones que se consideren viables. Aquí se plantean
varias cuestiones: ¿Cómo se establecerá cuando un embrión es viable? ¿La Ley lo
establecerá? ¿Y que quiere decir que un embrión no es viable? ¿Quiere decir que
hemos dado vida a una persona humana y luego la descartamos? ¿Y la descartamos
a esa persona porqué? ¿La descartamos porqué, quizás, porque de acuerdo al
análisis genético, o a la procedencia del semen o del óvulo sabemos que va a
tener alguna discapacidad?”.
“Se impide, además, a los
médicos, enfermeros, al personal sanitario y a las instituciones la defensa de
valores inmutables como el derecho a la vida, ya que el proyecto presentado no
incorpora la posibilidad de la objeción de conciencia”.
“Todo esto suena terrible. Nos
hace recordar, en todo caso, experiencias históricas del Siglo XX que son
catastróficas”.
“Por otra parte pareciera que
aquí se abre un camino de eliminación sistemática de embriones porque están
congelados y si no se los reclama en diez años deben ser descartados. Es decir
congelamos niños por nacer, congelamos personas humanas, porque allí donde se
ha producido la unión del espermatozoide con el óvulo interviene Dios Creador
para infundir un alma inmortal y allí se da la constitución de una persona”.
“Creo que todo esto hay que
pensarlo seriamente, cuando nosotros impulsados por el amable y afectuoso
propósito de ayudar a aquellas personas que desean un hijo o queremos
facilitarles el camino para ello, no puede hacerse a costa de un orden en el
cual se juega la dignidad de la persona humana. No se puede tratar los
embriones como si fueran cosas, meros objetos biológicos. Creo que los
legisladores debieran tener en cuenta estas verdades fundamentales porque
cuando se manipulan las fuentes de la vida estamos abiertos a la posibilidad de
engendrar cualquier catástrofe”.