Sandro Magister es el vaticanista del semanario italiano L’Espresso, uno de los analistas más importantes de los acontecimientos eclesiales, según informa Aciprensa (http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=15235)
Dicho autor ha escrito un artículo, que a continuación se transcribe:
LA IGLESIA ES INFALIBLE, PERO EL CONCILIO VATICANO II NO
Y cometió errores, sostiene el historiador tradicionalista Roberto de Mattei. Sigue el debate pro y contra los Papas que han guiado el Concilio y ponen en práctica sus innovaciones
Por Sandro Magister
ROMA, 5 de mayo del 2011 – En la homilía de beatificación de Karol Wojtyla, Benedicto XVI exaltó "la grande herencia del Concilio Vaticano II y de su timonel, el siervo de Dios el Papa Pablo VI".
Para inmediatamente después indicar al beato Juan Pablo II como el Papa que quiso "confiar este gran patrimonio a todos aquellos que son y serán en el futuro llamados a ponerlo por obra":
> Karol Wojtyla beato. "Contemplarán al que traspasaron"
La imagen del "timonel" aplicada al Concilio es recurrente en Joseph Ratzinger. Hace un año – en una memorable catequesis de los miércoles, dedicada a un análisis de la tempestad que le siguió a continuación al Vaticano II – dio "gracias a Dios" por aquellos "sabios timoneles de la barca de Pedro", Pablo VI y Juan Pablo II, que "por un lado defendieron la novedad del Concilio y por otra, al mismo tiempo, defendieron la unicidad y la continuidad de la Iglesia, que es siempre Iglesia de pecadores y siempre lugar de gracia":
> Cómo guiar la Iglesia durante la tempestad. Una lección
Novedad y continuidad de la Iglesia. Es esta la clave de lectura del Concilio en la que Benedicto XVI insiste sin cesar: como la única que puede dar razón de las variaciones introducidas por el Vaticano II.
Es una "hermenéutica de la reforma en continuidad" – palabras del Papa Ratzinger – que es refutada en bloque por los lefebvrianos, pero que tampoco deja satisfechos a algunos pensadores del área tradicionalista, siempre cada vez más desilusionados por el actual Papa, como www.chiesa ha documentado recientemente.
Uno de los puntos sobre los cuales el Concilio cometió un error según estos pensadores, es la libertad de religión afirmada por la declaración "Dignitatis humanae".
El más sincero en denunciar la ruptura es el anciano y estimado teólogo Brunero Gherardini. En un libro suyo de hace pocos meses, titulado "Quæcumque dixero vobis", escribe sin medias tintas que la "Dignitatis humanae" ha "renegado" y "derribado" las enseñanzas de los anteriores Papas. Y no en "decisiones históricas" de tipo práctico, sino en materia de fe.
Sobre este punto preciso, www.chiesa dio espacio el 28 de abril a un ensayo del filósofo Martin Rhonheimer que por el contrario da razón a la distinción ratzingeriana entre las "decisiones históricas" que la Iglesia ha modificado, y "su íntima naturaleza y su verdadera identidad" que la Iglesia ha mantenido:
> Quién traiciona la tradición. La gran disputa
Pero la discusión que ha sido nuevamente encendida por los tradicionalistas procede con un radio más amplio, no sólo sobre el tema de la libertad religiosa.
A continuación tres nuevas intervenciones, el primer y tercer escritos son exclusivos para www.chiesa.
1. El primero es del profesor Roberto de Mattei, historiador, fresco autor de "una historia jamás escrita" del Concilio Vaticano II que reconstruye y pone en evidencia los elementos e ruptura con el magisterio de la Iglesia anterior.
De Mattei había recibido una réplica en "L'Osservatore Romano", con una reseña muy crítica del arzobispo Agostino Marchetto:
> Ma una storia non ideologica si può scrivere
Y aquí De Mattei reacciona no sólo a "L'Osservatore Romano" sino también a otras críticas de parte católica. Y es la primera vez que interviene en defensa de su libro en forma tan amplia y argumentada.
2. La segunda intervención reproducida más abajo es de una revista americana tradicionalista, "Remnant", publicada el 18 de abril por uno de sus columnistas, David Werling, como réplica a una nota de Francesco Arzillo que tomaba la defensa de la "hermenéutica de la reforma en continuidad" propugnada por Benedicto XVI, nota que se publicó en www.chiesa el 8 de abril como parte de este servicio:
> Los grandes desilusionados por el Papa Benedicto
3. La tercera intervención es la réplica a "Remnant" en defensa de los argumentos de Arzillo, e indirectamente también a los argumentos del Papa Ratzinger.
Su autor, Giovanni Cavalcoli, fraile dominicano y teólogo, enseña en la facultad teológica de Bolonia.
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1. "UN CONCILIO TAMBIÉN PUEDE COMETER ERRORES"
por Roberto de Mattei
El discurso de Benedicto XVI a la curia romana, el 22 de diciembre del 2005, ha abierto un debate sobre el Concilio Vaticano II del que son expresiones recientes los libros de mons. Brunero Gherardini y el importante congreso de los Franciscanos de la Inmaculada, desarrollado en Roma del 16 al 18 de diciembre del 2010, aparte de mi estudio, "El Concilio Vaticano II. Una historia jamás escrita" (Lindau, Turín 2010).
La invitación del Papa a interpretar los documentos del Vaticano II según una “hermenéutica de la continuidad” de hecho ha dado un decisivo estímulo para el debate sobre el Concilio de manera diferente a como lo ha hecho la "escuela de Bolonia", que lo ha presentado en términos de fractura y discontinuidad con dos milenios de tradición de la Iglesia.
Habría esperado que nuestros aportes, movidos únicamente por un sincero deseo de responder al llamado del Santo Padre, fueran acogidos si no con entusiasmo, al menos con interés, que fueran científicamente discutidos y no rechazados a priori. En lo que respecta a mi libro, por ejemplo, me habría esperado una seria discusión histórica en las revistas especializadas.
En cambio, en los diarios ligados a las instituciones católicas me responden Massimo Introvigne, integrante del Estudio legal Jacobacci Asociados, sociólogo de las minorías religiosas, hoy representante del gobierno italiano ante la OCSE, y el arzobispo Agostino Marchetto, 30 años de carrera diplomática sobre los hombros, y además, en primera fila por casi diez años en la defensa de los migrantes, los gitanos, clandestinos, como secretario para la pastoral de los migrantes.
Ni Mons. Marchetto, ni el Dr. Intovigne, a pesar de sus méritos eclesiásticos o profesionales, han tenido el tiempo de ir a bibliotecas o archivos históricos; ninguno de los dos es historiador de profesión. Y ambos, en sus artículos, publicados respectivamente en "Avvenire" del 1 de diciembre del 2010 y en "L'Osservatore Romano" del 14 de abril del 2011, rechazan mi libro desde un punto de vista histórico, sino ideológico.
Introvigne define mi libro “una auténtica suma de las tesis anticonciliaristas”, que “lamentablemente vuelve a proponer, una vez más, la hermenéutica de la ruptura que Benedicto XVI denuncia como dañosa". Marchetto, lo define una historia "ideológica", "de tendencia extremista", "polarizada y de parte" como la orquestada por la escuela de Bolonia, si bien de signo contrario.
La crítica de Marchetto e Introvigne parece tener una sola finalidad: cerrar anticipadamente el debate que Benedicto XVI ha abierto e invitado a desarrollar. [...]
Yo creo, al contrario, que se puede discutir del Concilio Vaticano II, en el plano histórico, de la misma manera como han discutido siempre los historiadores de la Iglesia.
Dirigiéndose a ellos, en el 1889, León XIII escribía que "aquellos que la estudian no deben nunca perder de vista que ella encierra un conjunto de hechos dogmáticos, que se imponen a la fe, y que ninguno puede poner en duda […]. No obstante, ya que es la Iglesia, que prosigue en medio de los hombres la vida del Verbo Encarnado, se compone de un elemento divino y de un elemento humano, este último debe ser expuesto por maestros y estudiado por los discípulos con gran probidad. Como dice en el libro de Job: "¿Acaso Dios tiene necesidad de nuestras mentiras?" (Job 13, 7).
"El historiador de la Iglesia - prosigue León XIII - será más eficaz en hacer resaltar su origen divino, superior a todo concepto de orden puramente terrestre y natural, en la medida que más haya sido leal en no disimular nada de los sufrimientos que los errores de sus hijos, y a veces también de sus ministros, han causado en el curso de los siglos a esta Esposa de Cristo. Estudiada así, la historia de la Iglesia también por sí sola constituye una magnífica y convincente demostración de la verdad y de la discontinuidad del cristianismo".
La Iglesia es indefectible y sin embargo, en su parte humana, puede cometer errores y estos errores, estos sufrimientos, pueden ser provocados, dice León XIII, por sus hijos y también por sus ministros. Pero ello no disminuye la grandeza e indefectibilidad de la Iglesia. La Iglesia, dijo León XIII, abriendo a los estudiosos los archivos vaticanos, no teme la verdad.
Una verdad que el historiador busca en el plano de los hechos, mientras el teólogo la busca en el de los principios: pero no existe una verdad histórica que se pueda oponer a una verdad teológica. Hay una única verdad, que es Cristo mismo, fundador y cabeza del Cuerpo Místico que es la Iglesia; y la verdad sobre la Iglesia es la verdad sobre Cristo y de Cristo, en el encuentro con Él, que es siempre el mismo, ayer, hoy y siempre.
Mi libro nace de un profundo amor a la Iglesia, a su magisterio y a sus instituciones, "in primis" al papado. Y mi amor por el papado quiere ser tan grande que no se detenga en el actual Papa, Benedicto XVI, a quien me siento profundamente ligado, sino que busca detrás del hombre la institución que él representa. Es un amor que quiere abrazar con este Papa a todos los Papas en su continuidad histórica e ideal, porque el Papa para un católico no es un hombre, es una institución de más de dos milenios; no es aquel Papa, sino el papado, es la serie ininterrumpida de los vicarios de Cristo, desde san Pedro a pontífice reinante.
Y bien, no hay mejor modo de expresar la propia adhesión al Papa y a la Iglesia que el de servir, en todos los campos, a la verdad, porque no existe ninguna verdad, histórica, científica, política, filosófica que pueda jamás ser impugnada contra la Iglesia.
No debemos, pues, temer decir la verdad sobre el Concilio Vaticano II, vigésimo primero de la historia de la Iglesia...
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Lee la continuación en la página de www.chiesa el texto completo de Roberto de Mattei:
> "Un Concilio también puede cometer errores"
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2. TRADITIONALIST ATTACKED... AGAIN. A RESPONSE TO FRANCESCO ARZILLO'S ESSAY ON CONTINUITY
by David Werling
Sandro Magister recently posted an essay by Franceseco Arzillo on his blog www.chiesa. Arzillo was writing in response to traditionalist concerns over Pope Benedict XVI’s “hermeneutic of continuity”, particularly from traditionalists such as Roberto de Mattei, Brunero Gherardini, and Enrico Maria Radaelli.
Arzillo states that he is primarily concerned “that the question of the hermeneutic of continuity remains the subject of considerable misunderstanding”, and with the polemics that have emerged, an “ecclesial dialectic” that “tends to take on forms and methods that are more political than theological, and end up reproducing within the Church the right-left dialectic proper to modern politics”. Arzillo styles this right-left dialectic as progressives (those who see Vatican II as a break from the past entirely) versus traditionalists (those who question the whole of Vatican II and are not obedient to the present Magisterium).
Put aside for the moment that this is a gross oversimplification, equally insulting to both progressives and traditionalists alike, if Arzillo were really concerned about this unhealthy dialectic, we could expect an equal degree of criticism for both “camps”. However, Arzillo dismisses the progressives with one sentence:
"Much has been said and written – and rightly so – against those who persist in seeing in Vatican Council II the new beginning that is claimed to put an end to the period characterized by the 'Constantinian form' of the Church."
The rest of his piece is directed at traditionalists, which is really what Arzillo is concerned about. Arzillo gets right to it...
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Lee a continuación, en la página web de "Remnant", el texto completo de David Werling:
> Traditionalist Attacked... Again. A Response to Francesco Arzillo’s Essay On Continuity
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3. RESPUESTA A LOS TRADICIONALISTAS DE "REMNANT", EN DEFENSA DE ARZILLO
por P. Giovanni Cavalcoli, OP
Estimados amigos de "Remnant",
soy un fraile dominico docente de teología sistemática en la facultad de teología de Bolonia, estudioso de las doctrinas del Concilio Vaticano II desde hace cuarenta años.
He leído vuestra crítica al artículo de Francesco Arzillo en www.chiesa y luego de haber solicitado su aprobación, con gusto asumo su defensa en un fraterno debate dentro de nuestra común fe católica y de nuestra voluntad de obedecer al magisterio de la Iglesia y al Papa.
Me detengo sólo en tres puntos de vuestro discurso que me parecen centrales.
Primer punto. Leo en "Remnant":
"¿Qué pretende Arzillo con la mentalidad 'cartesiana' como opuesta a la 'aristotélica'? ¿Quiere decir que este tradicionalismo que debe ser censurado es de alguna manera dualista? Lo que escribe no es para nada claro. Aquellos que pretenden los cambios de la formulación como cambios de la doctrina de veras a mí no me parece, al menos en una consideración a primera vista, que sean unos dualistas cartesianos. Ni me parece dualista, al menos en una consideración a primera vista, tratar los conceptos teológicos como si fueran ideas claras y distintas. No estoy diciendo que ellos deberían ser tratados así, pero no es específicamente hacerlo en cualquier caso".
Al comparar a Descartes con Aristóteles, Arzillo no pretendía referirse al dualismo de Descartes, del cual no dice ni una palabra, sino al modo cartesiano de pensar, demasiado pegado a la claridad y a la distinción, cosa que puede ser aceptable en el saber matemático, pero no en el teológico, que es un pensar basado más sobre la analogía que sobre lo unívoco. Ahora, precisamente el método de la analogía es característico de Aristóteles y no de Descartes.
El pensamiento analógico permite comprender cómo un concepto, permaneciendo idéntico a sí mismo, puede al mismo tiempo desarrollarse, progresar, explicitarse y aclararse. Esto es típico de todos los fenómenos vitales, desde el nivel biológico al espiritual. Por esto justamente el beato John Henry Newman comparaba el progreso dogmático o teológico al desarrollo de una planta, la cual crece y se desarrolla aunque sigue siendo la misma. Una encina de dos metros es siempre la misma también cuando alcanza los veinte metros.
Así las doctrinas del Vaticano II no se deben ver como un retractarse o como una ruptura respecto a las del magisterio anterior, sino como su confirmación y explicitación. En otras palabras, con el Vaticano II conocemos mejor las mismas verdades de fe que ya conocíamos antes.
Indudablemente esta tesis debe ser demostrada, porque efectivamente no siempre se presenta evidente. Pero como católicos, suponiendo que se trate de materia de fe, podemos suponer...
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Lee el texto completo del p. Giovanni Cavalcoli en la página de www.chiesa:
> Respuesta a los tradicionalistas de "Remnant", en defensa de Arzillo
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El discurso de Benedicto XVI del 22 de diciembre del 2005 sobre la hermenéutica del Concilio:
> "Señores cardenales..."
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La reciente discusión sobre el tema, encendida una vez más por los tradicionalistas "desilusionados" por la no corrección de los "errores" del Vaticano II:
> Los grandes desilusionados por el Papa Benedicto (8.4.2011)
> Los desilusionados han hablado. El Vaticano responde (18.4.2011)
> Quién traiciona la tradición. La gran disputa (28.4.2011)
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Traducción en español de Juan Diego Muro, Lima, Perú.
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Los últimos tres artículos de www.chiesa:
1.5.2011
> Karol Wojtyla beato. "Contemplarán al que traspasaron"
Hoy lo admiran casi todos. Pero en vida fue hostigado y despreciado por muchos, también dentro de la Iglesia. Su santidad es la misma de los mártires. Su beatitud es la misma de Jesús en la cruz
28.4.2011
> Quién traiciona la tradición. La gran disputa
Se enciende la discusión sobre cómo interpretar la novedad del Concilio Vaticano II, sobre todo respecto a la libertad de religión. Los tradicionalistas contra Benedicto XVI. Un ensayo del filósofo Martin Rhonheimer respaldando al Papa
24.4.2011
> "Descendió a los infiernos". La sorpresa de Pascua
En el corazón de la Semana Santa, la aparición fuera de programa de Benedicto XVI en televisión. Con dos respuestas insólitas sobre Jesús resucitado. Los fragmentos destacados de sus homilías del Triduo Sacro
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5.5.2011