Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La
Plata, que estuvo
recientemente en Roma junto al Papa Francisco y acompañando a uno de sus
sacerdotes que defendió su tesis doctoral, grabó allí su reflexión
televisiva semanal para “Claves para
un Mundo Mejor” (América TV), comentando
el
sentido de dicho programa que es un “noticiero de buenas noticias, gestos
solidarios y acciones positivas”.
Comenzó recordando que “aquí se presentan cosas lindas: iniciativas de
evangelización, casos especiales de asistencia caritativa, iniciativas
educativas, en suma, cosas buenas” y que, a veces, se planteaba críticamente: “¿no
habrá en todo esto un poco de ingenuidad, no será algo artificial porque en el
mundo no hay solo cosas buenas y pareciera que no abundan demasiado en este
tiempo? Entonces: ¿qué significa que nosotros semana a
semana estemos presentando todo esto para levantarles el ánimo?”.
Agregó que eso “es un alivio respecto de lo que hacen los
noticieros habituales” que “abruman con cosas espantosas todo el tiempo” y reconociendo
que “es cierto que también reflejan la realidad” sabemos que “pasan muchas
cosas espantosas en el mundo entero y en la Argentina también aunque nosotros
somos bastante quejosos. Y
por eso muchas veces nos perdemos en ese bosque de malas nuevas y no advertimos
tantas cosas buenas como existen”
Y afirmó que “por eso “Claves” procura que nosotros
establezcamos un equilibrio y hay
algo más y que me parece fundamental: existen muchas cosas buenas, hay también gente
buena. Hay iniciativas razonables, hay gente que vive normalmente bien y sufre
montones por hacerlo pero al mismo tiempo trata de ayudar a los demás”.
El prelado platense destacó que “no debemos
perder de vista cuando nos abruman las calamidades, cuando nos sentimos
inclinados a la queja continúa, que también existen estas cosas buenas” indicando que San Pablo dice que “todo cuanto hay de
verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, lo que es digno de alabanza
eso es lo que tiene que interesarles a ustedes”.
“Pensemos que
este consejo del Apóstol va dirigido a nosotros también. Que no perdamos de vista todo
lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, digno de elogio. Y no
retaceemos el elogio entonces. No digo estas cosas para infundir un falso
optimismo sino para que tengamos un juicio correcto sobre la realidad”, manifestó.
Mons. Héctor Aguer informó además que el encuentro con
el Santo
Padre fue “largo
y afectuoso” y que con el
Papa Francisco
“hablamos de muchas cosas y pude ofrecerle un panorama de la vida pastoral de
nuestra arquidiócesis, de nuestros proyectos, dificultades y esperanzas”.
También que
le explicó al Papa que se está
trabajando en la Arquidiócesis platense “multiplicando los centros de Evangelización en
las zonas periféricas: nuevas capillas y parroquias destinadas a una atención
integral, que responda a las múltiples necesidades de la población” y agradeció que el Papa Francisco, con quien trabaja
desde hace más de 30 años, que lo “animó y alentó a seguir
trabajando en la periferia y a continuar con la creación de nuevos colegios
católicos, ante la emergencia educativa, y ante la creciente demanda de los
padres”.
Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:
“Queridos amigos de “Claves para un Mundo Mejor”, ustedes que siguen
semana a semana este programa saben bien que es un espacio de buenas noticias. Aquí se presentan
cosas lindas: iniciativas
de evangelización, casos especiales de asistencia caritativa, iniciativas
educativas,
en suma, cosas buenas”.
“Yo me planteaba
críticamente: ¿no habrá en todo esto un poco de ingenuidad, no será algo artificial
porque en el mundo no hay solo cosas buenas y pareciera que no abundan
demasiado en este tiempo? Entonces: ¿qué significa que nosotros semana a
semana estemos presentando todo esto para levantarles el ánimo?”.
“En primer lugar digamos
que es un alivio respecto de lo que hacen los noticieros habituales, de radio y de televisión y demás,
que nos abruman con cosas espantosas todo el tiempo. Es cierto que también reflejan la realidad. No vamos a engañarnos: la situación es difícil, pasan
muchas cosas espantosas en el mundo entero y en la Argentina también aunque nosotros somos bastante quejosos. Y por eso muchas veces nos
perdemos en ese bosque de malas nuevas y no advertimos tantas cosas buenas como
existen”
“Por eso “Claves” procura que nosotros
establezcamos un equilibrio y hay
algo más y que me parece fundamental: existen muchas cosas buenas, hay también gente
buena. Hay iniciativas razonables, hay gente que vive normalmente bien y sufre
montones por hacerlo pero al mismo tiempo trata de ayudar a los demás”.
“¿Cuánto conocemos
nosotros de la vida misma de la Iglesia especialmente en nuestras barriadas y
cuanta gente generosa que colabora, que se entrega? Bueno, “Claves” refleja algo de todo esto”.
“No debemos perder de vista
cuando nos abruman las calamidades, cuando nos sentimos inclinados a la queja
continúa, que también existen estas cosas buenas. Así es la vida después de
todo. San Pablo, hacia el final de la Carta a los Filipenses, les dice a los miembros de esta
comunidad cristiana “todo cuanto hay de verdadero, de noble, de
justo, de puro, de amable, lo que es digno de alabanza eso es lo que tiene que
interesarles a ustedes”.
“Pensemos que este consejo del
Apóstol
va dirigido a nosotros también. Que no perdamos de vista todo lo que es
verdadero, noble, justo, puro, amable, digno de elogio. Y no retaceemos el
elogio entonces. No digo estas cosas para infundir un falso optimismo sino para
que tengamos un juicio correcto sobre la realidad”.
“Finalmente quiero
comentarles que he tenido un encuentro
con el Papa
Francisco que fue
largo
y afectuoso y con Francisco hablamos
de muchas cosas y pude ofrecerle un panorama de la vida pastoral de nuestra
arquidiócesis, de nuestros proyectos, dificultades y esperanzas. Le expliqué
especialmente que estamos multiplicando los centros de Evangelización en las
zonas periféricas: nuevas capillas y parroquias destinadas a una atención
integral, que responda a las múltiples necesidades de la población”.
“El papa Francisco me animó y alentó a seguir trabajando
en la periferia y a continuar con la creación de nuevos colegios católicos,
ante la emergencia educativa, y ante la creciente demanda de los padres. Y, por supuesto, le transmití al Santo
Padre saludos de todos, sacerdotes y fieles, que él retribuyó con especial cariño
y con
su bendición”.