Por el Dr. Cosme Beccar Varela
Buenos Aires, 12 de
Julio del año 2013 – 1174
El "Foro de
Habitantes a Ciudadanos", continuación de "La Mesa de Diálogo
Social" formada en el 2001 por los Obispos para que el peronismo pudiera
hacerse cargo del gobierno abandonado por de la Rua, sin resistencia, es una
agrupación que reúne a casi todas las "agrupaciones" religiosas,
civiles, empresarias y sindicales más importantes del país, dio a conocer ayer
un documento clave en el que expresa el compromiso conjunto de todas las
entidades representadas en favor de "un clima de paz, armonía y amistad
social", y de "fortalecer las instituciones de la República,
respetando plenamente la Constitución y las leyes".
La declaración se origina en una iniciativa de la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Argentina y fue una de las últimas acciones del Cardenal Bergoglio y si bien sus firmantes alegan no tener ninguna intención política, lo cierto es que su llamado al "diálogo y la búsqueda de consensos para realizar propuestas sobre políticas públicas de inclusión social" desalienta toda resistencia enérgica frente a los atropellos de la tiranía y avala la política de complicidad de la falsa "oposición". Es, además, un festejo de los 30 años de la democracia y establece como punto de partida "la fraternidad que nos une por ser argentinos y miembros de un mismo pueblo".
Entre los firmantes se encuentran la AMIA, la CGT RA y la CGT Azul y Blanca, la Unión Industrial Argentina (UIA), la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Federación Agraria Argentina (FAA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la Asociación Conciencia y la Universidad Católica Argentina, entre otras.
O sea, todas las logias juntas, inclusive los que sin ser declaradamente masones, colaboran continuamente con la masonería en su labor destructiva de lo que resta de la Argentina católica y tradicional.
Estos individuos del hipócrita "Foro" pueden compararse a los capataces de esta gran "senzala" en que se está convirtiendo el país. "Senzala" es la palabra portuguesa con que se designaban "os grandes alojamentos que se destinavan à moradia dos escravos dos engenhos e das fazendas no Brasil".
Los capataces, algunos esclavos también pero de una mayor y probada sumisión a los dueños de la "fazenda", eran los encargados de impedir cualquier pujo de liberación que pudiera surgir entre los esclavos y de hacerlos trabajar disciplinada y obedientemente.
¿Qué otra cosa puede significar este llamado a "un clima de paz, armonía y amistad social", y al fortalecimiento de "las instituciones de la República" cuando saben perfectamente que los tres poderes están en manos de la tiranía y que no puede haber paz ni armonía en medio del caos social absoluto en que ha sido arrojada la República? San Agustín definía la paz como "la tranquilidad en el orden". ¿Qué orden puede haber en un país dominado por una banda de facinerosos, ladrones y prepotentes, sin respeto alguno por la Justicia?
¿Y qué orden puede haber si no el de la "senzala" en un país en el que ninguno de sus habitantes que esté fuera de los ambientes del poder, tiene cualquier derecho asegurado ni a la vida, ni a la libertad, ni a la propiedad?
Hay que ser hipócrita y cínico para publicar un llamado a la "paz" dirigido a todo el país, cuando debieron convocar a la resistencia enérgica hasta acabar con la tiranía, primera y única responsable de que la paz sea imposible.
* * *
Todos los habitantes del país que no somos peronistas o marxistas o delincuentes comunes o empresarios ladrones o sindicalistas estafadores (calificaciones todas estas de aproximadamente el mismo significado), somos esclavos de estos otros. ¿Ud. cree que es libre? Se engaña.
Según el diccionario de la Real Academia, dícese "esclavo de la persona que por estar bajo el dominio de otra, carece de libertad".
Es propio del esclavo carecer de "patria" porque no pertenece a la ciudadanía de nación alguna, ya que "ciudadanos" son los que tienen derechos políticos activos y pasivos, que pueden optar a los cargos públicos y pueden decidir quiénes han de ocuparlos. En la Plaza San Martín hay una estatua a Echeverría en cuyo pedestal dice eso mismo: "Los esclavos no tienen Patria".
Una vez que el esclavo se ha resignado a serlo, ya no le importa no tener patria. Le basta con tener un lugar donde apoyar el pie, algo con qué alimentarse y en donde cobijarse. Sabe que todo eso está a disposición de sus amos y él se conforma con que le dejen usarlo día a día, inclusive con algún lujo que no compita con el deseo de sus amos.
Sabe que la duración de esos beneficios no es porque tenga algún derecho a ellos, porque el esclavo, por definición, no tiene derechos, sino por la simple conveniencia o por la indiferencia de los amos. Pero todo eso puede cesar súbitamente si el esclavo incurra en la ira o en la envidia de sus dueños o por simple capricho de estos o por cualquier otra causa.
Entretanto (y el esclavo ha comprobado que mientras sea sumiso y adulón, es probable que aquello dure), algunos de los esclavos pueden llegar a vivir casi igual que sus dueños sólo que con la precariedad propia de quienes no tienen derechos ni pueden reclamar en justicia cosa alguna porque sus amos son los que hacen las "leyes" y los jueces que "juzgan" de manera que cualquier transgresión será reprimida por los amos legisladores y jueces con la misma indolente seguridad de quien aplasta una cucaracha con el pié.
Hay esclavos a los cuales les "toca" padecer una cierta incomodidad, si es que el amo o alguno de sus sicarios apetece alguna cosa de las que el esclavo usa. Pero los otros esclavos, que ven al infeliz dar con sus huesos en la cárcel, sus bienes confiscados y su fama despedazada por la calumnia, sólo piensan una cosa: "Eso a mí no me va a pasar porque mi sumisión será constante". Y seguirá viviendo como esclavo gozando de las muchas migajas que caen de la mesa de sus amos y de las cosas que le permiten conservar si a los amos no les interesa tenerlas... por el momento.
Lo que más temen los esclavos es que aparezca una Espartacus que se le ocurra sacudir el yugo infame de los cebados tiranos que los oprimen. A ese hay que hacerle el vacío, y los mismos esclavos se encargan de denunciarlo, aislarlo, acabarlo antes de que su coraje insensato los comprometa en su aventura de libertad.
* * *
Los amos, en su afán de encubrir su dominio ilimitado de las naciones, han escrito Tratados en los que se enumeran "derechos" que los esclavos pueden invocar para dejar de serlo. Nadie cree en la sinceridad de esos Tratados, pero puede ocurrir que algún ingenuo libertador, careciendo de armas con las cuales acabar de una vez por todas con los amos, crea que puede ser libre y rescatar su Patria de las garras de los usurpadores invocando esos Tratados.
Hay uno que se llama "Convención Americana sobre Derechos Humanos" firmada en San José de Costa Rica el 22 de Noviembre de 1969 e incorporada a la Constitución deformada en 1994 por el Pacto de Olivos (art. 75, inciso 22).
El art. 7 dispone: "Derecho a la libertad personal. 1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. ...3.Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento arbitrarios...Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que éste decida sin demora sobre al legalidad de su arresto o detención y ordene su libertad si el arresto o la detención fueran ilegales. Y en el 8vo. se dice que "toda persona inculpada tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no establezca legalmente su culpabilidad.
No obstante esto, Ud. sabe perfectamente que hay más de 1.000 secuestrados políticos a los cuales no se les ha respetado ninguno de estos derechos proclamados por nuestros amos y que otros 200 han muerto de viejos o por enfermedades mal atendidas en la mazmorras de esta tiranía. ¿No es esa la suerte de los esclavos?
Ud. sabe también que en cualquier momento y por cualquier causa Ud. puede caer en la misma situación. Hay varias decenas de leyes aprobadas por los poderosos que crean figuras penales "en blanco", cuyos espacios pueden ser rellenados por los amos y aplicarlas a quienes se les de la gana por medio de jueces que son ellos mismos. Por ejemplo, la ley de cambios de moneda, la de aduanas, las de impuestos, la de entradas y salidas del país, las de adopción de menores, la de origen de los activos financieros, etc. etc. etc.
Y por su alguna duda le queda, le recuerdo que los jueces penales tienen un poder ilimitado para meterlo a Ud. preso sin darle oportunidad efectiva de defensa y negarle la libertad condicional o ponerle como condición una fianza impagable o someterlo a condiciones de reclusión horrorosas aunque sea mayor de 70 años, etc. etc. etc.
Huelga decirle que son precisamente los jueces penales aquellos que con más esmero la tiranía que nos domina ha elegido entre los peores y los más crueles, como el juez Carlos Rozanski, miembro del Tribunal Oral Federal Nro. 1 de La Plata mencionado en el editorial del 10 de Julio de este año del diario "La Nación" (en el cual, dicho sea de paso, el diario omite agregar un dato fundamental y es que se trata del prevaricador máximo que ha condenado al Padre von Wernich y a varios militares, policías y civiles a cadena perpetua, sin pruebas y con una "claque" de izquierdistas como asistentes a sus "audiencias", lo cual no impide que el mismo diario siga considerando legalmente "condenados" a sus víctimas e injuriándolos con toda clase de denuestos cada vez que los nombra). Y Oyarbide y... ¿necesito seguir dando nombres?
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Vamos ahora a la esencia del problema, es decir, al asunto del PODER. El artículo de la Convención que es la clave de todos los otros es el 23 que es el que establece los derechos políticos de los ciudadanos de un país y dice que todos ellos "deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades:... b) De votar y ser elegidos...c) De tener acceso, en condiciones generales de igualdad a las funciones públicas de su país. 2. La ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos y oportunidades a que se refiere el inciso anterior, EXCLUSIVAMENTE por razones de edad, nacionalidad, residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o mental, o condena, por juez competente, en proceso penal."
Digo que este artículo es la clave de todos los otros porque no hay ley que sea mejor que el encargado de aplicarla. Es decir, el que tiene el poder, tiene todo, hasta la ley, y no hay quien "le pise el poncho". Ud. puede tener razón pero si el poderoso dice que no la tiene, no la tiene. Ud. querrá ser libre, pero si el poderoso dice que Ud. debe ir preso, va preso. Ud. se cree dueño de lo que tiene bien ganado, pero si el poderoso dice que eso no es suyo sino de él o del Estado (que es otro nombre del mismo amo) Ud. perderá lo que tiene.
La Convención dice claramente que NO se puede impedir que cualquier ciudadano se presente como candidato a un cargo público, pero si eso fuera así y si la banda de los amos (servida fielmente por los medios de comunicación) lo permitiera podría ocurrir que ciudadanos honrados, justos e inteligentes reemplazaran a los facinerosos instalados en el poder. Contra esa amenaza a su poder se precaven de varias maneras cada una de ellas muy efectiva y en su conjunto forman una barrera infranqueable.
Por ejemplo, para ser candidato exigen que Ud. sea presentado por un partido y mediante la ley de partidos de 1985 dictada por peronistas y radicales, nadie puede formar un partido porque los requisitos sólo pueden cumplirlos los amos y sus amigos.
Esa condición es una violación flagrante del artículo 23 arriba citado de la Convención, pero ¿qué les importa esa minucia a los amos o a los jueces que los sirven? Ellos saben muy bien que si muchos ciudadanos honrados e inteligentes fueran electos en una votación sin fraude, su dominio se acabaría y la esclavitud cesaría en el país y hasta podría ocurrir que los esclavos los encarcelaran en castigo de sus innumerables delitos contra la Patria, la Constitución, la libertad y la propiedad.
Los amos se precaven contra esa desagradable posibilidad, y como último recurso y a fin de mantener la ficción democrática detrás de la cual ocultan su propiedad de los esclavos del país, inventaron el fraude electrónico que les permite evitar accidentes numéricos en las elecciones. Ahora el resultado será siempre el que ellos quieran, como en Venezuela, en Cuba y en los demás países comunistas.
El auge de la maniobra es haber logrado que a los esclavos ni siquiera se les ocurra intentar disputarles el poder a sus amos. Les parece lo más natural del mundo ser sometidos por peronistas o marxistas o delincuentes comunes o empresarios ladrones o sindicalistas estafadores.
A lo más que llegan en una especie de delirio de libertad es a elegir entre los peronistas o marxistas o delincuentes comunes o empresarios ladrones o sindicalistas estafadores que estos mismos ofrecen como alternativa y que la prensa presenta como "menos malo". Y mansamente votan por ese invento publicitario (ahora están promoviendo a un tal Massa que se parece a sus compinches peronistas como dos gotas de agua) y con eso creen haber mejorado su situación, cuando en realidad nada habrá cambiado, ni puede cambiar porque los esclavos seguirán careciendo de toda libertad y de fuerza para defenderse.
Toda la fuerza la tienen los amos que tienen a sus órdenes a las FFAA y a la Policía, más sus grupos de matones bestiales, también armados y carentes de todo escrúpulo.
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La vergüenza es hija del honor de manera que estoy suponiendo que Ud. tiene honor y como dice el famoso verso del siglo de oro español "el honor es patrimonio del alma y el alma sólo es de Dios". Si Ud. resolviera que el riesgo y el esfuerzo de intentar sacudir el yugo que nos tienen puesto en la cerviz los peronistas, marxistas, delincuentes comunes, empresarios ladrones y sindicalistas estafadores, son demasiado grandes como para asumirlos pero que, al fin y al cabo, la esclavitud en que vivimos, por el momento, es llevadera que ese riesgo, entonces es inútil que haya leído este artículo, ¡si es que lo leyó, cosa que dudo!
Sólo quiero que sepa, para terminar, que sí se puede acabar con esta situación ignominiosa. Es un trabajo incómodo, riesgoso y tiene el inconveniente de que hay que pensar. Es relativamente simple, pero se lo explicaré otro día.
Cosme Beccar Varela