Por Identia/PA – Asuntos Públicos
Informe Político – 20-03-2012
Un envío de Tábano Consultora
Era esperable una baja en la
imagen de CFK a medida que se acercaran las negociaciones por paritarias y las
dificultades económicas externas e internas se acentuaran. Sorprende sin embargo,
la velocidad de la caída teniendo en cuenta que las mediciones que hoy se
conocen son previas al accidente ferroviario de Once. Según tales encuestas la
caída ya rondaría los 10 puntos y se registraría principalmente en los grandes
centros urbanos.
Durante los primeros tres meses
se han sucedido un número interesante de actitudes y hechos políticos no
menores: un falso positivo de cáncer, fuerte distanciamiento y mordaces
críticas de Moyano, acusaciones
cruzadas de todos los colores sobre el Vicepresidente Boudou, internas dentro del Gabinete entre todos los ministros,
accidentes ferroviarios con muertes, protestas sociales de grupos que eran
afines al gobierno, y como fruta del postre una escalada verbal y económica con
Gran Bretaña por las Malvinas.
Más allá de los errores
comunicacionales o los criterios estratégicos, detrás de cada uno de estos
deslices o frentes abiertos, lo que debe verse y analizarse como problema de
fondo es la disputa hacia dentro del mismo kirchnerismo sobre cómo enfrentar el
futuro económico y los próximos años en el gobierno. Si luego de las elecciones
desde el Gobierno se soñaba y trabajaba con una reforma constitucional, apoyada
en un sólido 54% y una economía aislada que sólo necesitaba “sintonía fina”,
los problemas políticos del primer trimestre demuestran que todo puede ir peor.
El pecado original ha sido la
inflación, que hoy aunque constante y contenida, demuestra que el gobierno se
queda con menos cajas para apropiarse (BCRA) y debe comenzar a tomar medidas
que solo pueden provocar más dificultades. No hay que equivocarse con la
retórica gubernamental, la sintonía fina es lisa y llanamente un ajuste.
Hay que reconocer sin embargo, la
maestría en cómo está manejando el gobierno este ajuste. Lentamente y de a poco
intenta eliminar gastos: reduciendo subsidios barrio por barrio, creando
problemas a rivales políticos como Macri
con los subtes al tratar de traspasarlos a la Ciudad de Buenos Aires y ahorrar
1.000 millones de pesos; acortando la soga de los aliados al reducir obra
pública en las intendencias; pidiendo moderación a los reclamos sindicales,
retando a los maestros por los aumentos reclamados como una señal para el resto
de la administración pública.
La macro: se prohíbe comprar
dólares para evitar fugas, se pisan importaciones para estirar y dilatar pagos
al exterior, se exige retardar el giro de ganancias al exterior.
En los próximos meses veremos más
presupuestos reducidos, más obras públicas detenidas, y más medidas
restrictivas, hasta que la economía empiece a funcionar expandiéndose. Habrá
que observar con atención las dificultades de financiación que tendrán las
empresas para expandir su capacidad instalada, en un contexto de mayor
intervención estatal en la economía.
Más grave sin embargo es la
situación del tipo de cambio. De mantenerse inalteradas las actuales políticas
de fomentar un dólar que se devalúa según Indec al 10%, pero con una inflación
real del 25%, el desfasaje que ya lleva 5-6 años deberá sí o sí encontrar un
límite. Hoy una hamburguesa puede costar casi US$ 9,5 (si eliminamos el efecto Moreno y su intervención artificial
sobre el Big Mac). Las manufacturas locales son más caras que las importadas, y
los trabajos de servicios empiezan a emigrar (cierre de call centers,
transferencia de centros de servicios a Centro América, etc., etc.). Si bien
los economistas muestran una confianza moderada en el sistema y no se espera
una debacle, la cuestión empieza a preocupar.
Respecto a los cambios de
gabinete que tanto se han comentado en estos días, lejos de predecir qué
sucederá, sí podemos analizar consecuencias de actos que se tomen. Sabido es
que desde el mismo gobierno se ha filtrado información contra Boudou. La pregunta que deberemos
hacernos es ¿quién dio la orden? ¿ se actuó sin autorización de CFK? Hoy las operaciones de prensa
cruzadas no permiten dilucidar las estrategias de un gobierno críptico y
cerrado con los medios.
Mientras en diciembre los datos
económicos de las diferentes industrias mostraban indicadores mixtos, hoy la
tendencia es hacia la baja. Un suave y lento aterrizaje luego de crecimientos
chinos.
Los precios de los commodities
que tanto afectan a la economía local se han demostrado inusualmente sólidos.
Las perspectivas de Europa, EEUU y los BRICs muestran que la crisis económica
no será tan crítica como se planteo a fines del año pasado.
¿Y la oposición?
La luna de miel del macrismo con
el kirchnerismo duró lo que un suspiro. Hoy son más enemigos que nunca. La
guerra desatada y feroz, perjudica a los dos por igual.
La estrategia macrista enfrentará
un duro momento de prueba para su instalación a nivel nacional. Si aprovecha la
ocasión para crecer o termina volviendo a la estrategia de desaparecer que
tanto nos tiene acostumbrado Durán Barba,
quien considera que a la gente no le interesan las peleas de los políticos. Por
otra parte, la imagen del Jefe de Gobierno ha caído, de lo que se desprende que
el gobierno habría tenido resultados en sus tareas de esmerilamiento de Macri, aunque por ahora no de manera
sustancial.
La UCR mantiene un derrumbe
permanente, que sólo hace preguntarse hasta dónde más pueden caer. Vota a favor
del Kirchnerismo todas las leyes importantes, nunca establece una diferencia,
no encuentra líderes que lo guíen y desdibuja su posicionamiento como fuerza de
oposición. Problemas similares sufre el ARI.
La Cámpora
El grado de injerencia de La
Cámpora en el aparato de poder pareciera no tener límites. No solo está ubicada
en los principales puestos en el aparato de comunicación oficial como TELAM,
Radio Nacional y Canal 7, sino que además cuenta con Julián Álvarez como tomador de decisiones en el Ministerio de
Justicia, así como el control de las cajas en los organismos descentralizados
como el Registro Automotor, Registro de la Propiedad, e Inspección General de
Justicia.
Entre sus actuales frentes de
combate, La Cámpora junto a Gabriel
Mariotto embisten contra el gobernador Daniel
Scioli. Según sostienen, Scioli
tendría un déficit de 20 mil millones y lleva cuatro meses de atraso en el pago
a proveedores.
Asimismo La Cámpora está enrolada
en la punga de la Presidenta contra Hugo
Moyano al frente de la CGT.