Se llama la “jarra loca”. Contiene una mezcla de varias bebidas alcohólicas y un toque final que la hace explosiva: estimulantes, tranquilizantes o cualquier pastilla (incluso anticonceptivos) que pueda descontrolar a quien la toma.
Este preparado va de boca en boca entre los adolescentes. “Resulta efectiva si uno quiere emborracharse. Se le puede poner lo que haya a mano”, contó Ramiro, de 16 años a un medio gráfico de Tucumán.
Lo cierto es que el consumo de la “jarra loca” ya se ha extendido en muchos boliches y fiestas, e inclusive un grupo de cumbia villera ha compuesto una canción en su honor, en la que destaca: “tomando de esta jarra loca, empezamos a ver dibujitos animados... Descontrolados”.
En los bailables, pubs o bares, se están expendiendo bebidas alcohólicas en vasos o copas que exceden los volúmenes establecidos comercialmente, suministradas en envases como jarras o baldes, y a esta modalidad se le llama la “jarra loca”.
“La mezcla de alcohol con pastillas antidepresivas, en envases de gran volumen, hace estragos en las personas que las ingieren y en muchos casos esa combinación puede ser mortal”, detalló el concejal platense José Arteaga.
Por tal motivo, Arteaga presentó un proyecto de Ordenanza para que en los comercios bailables, pubs o bares se expendan bebidas alcohólicas, solamente, en vasos o copas que no excedan los volúmenes establecidos comercialmente y que se prohíba el suministro en envases como jarras o baldes.
La atención médica en hospitales tienen en primer lugar los excesos etílicos, seguidos por la mezcla de alcohol con psicofármacos.
“Distintos especialistas advierten que en los últimos meses se produjeron al menos cuatro fallecimientos por mezclas de bebidas blancas y drogas para diabéticos. Son datos preocupantes y que merecen nuestra plena atención”, expresó Arteaga
En este contexto, el edil platense dijo que la prohibición de vender bebidas alcohólicas en envases de grandes volúmenes es sólo unos de los aspectos que hay que combatir, y quienes incumplan dicha reglamentación perderán la habilitación comercial correspondiente y se procederá a la inmediata clausura del establecimiento.
“El Estado debe ser el que prevenga, controle y sancione este tipo de excesos. Los organismos de control deben trabajar en este aspecto. No nos podemos hacer los distraídos”, sentenció Arteaga.
Por otra parte, se requerirá a la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires que estudie la posibilidad de incluir dentro de los planes de estudios de los alumnos información y prevención sobre dicha temática.
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