Según fuentes de Diario Pregón de La Plata se han retirado los crucifijos del Hospital Militar Central "por consideración a otros cultos", de cierto sector del mismo.
Asimismo, del Hospital de Campo de Mayo se han retirado definitivamente.
Otra medida es la erradicación de la materia Religión, donde se enseñaba el catolicismo, de los Liceos Militares.
Mientras la cúpula del Episcopado se ha reunido con las autoridades de la Nación, incluyendo a los Ministros de la Corte Suprema y con la Presidente Cristina Kirchner, se está dando una avalancha de acciones que atentan en forma directa en un intento de borrar el Catolicismo del país.
La oleada descacralizadora, que incluye la erradicación de la Religión de las instituciones educativas, en contra incluso de lo dispuesto por la Ley Federal de Educación, no es más que la ratificación del odio anticatólico.
A Dios se le reza con alabanza y para agradecerle, pero también para pedirle por las necesidades propias, y la presencia de los crucifijos en institutos educativos o en Hospitales son una ayuda a contactarse con el Misterio de Dios.
El odio a la Fe Católica se traduce en el odio a los símbolos y a todo aquello que consista en una manifestación pública de Jesucristo y de la Iglesia Católica que fundara hace dos mil años.
Y de la mano de semejante desacralización van las pretensiones de aprobar por la vía judicial o legislativa los inexistentes homomonios y el aborto.
Un almirante que tiene un hijo sacerdote y una hija monja recibió cambios de destino solamente por ese hecho, siendo obligado a pedir su pase a retiro. Se trata del Almirante Raúl F. Viñas, a quien su jefe expresó que eso le sucedió "por imprudente", porque si sus hijos no se hubiesen presentado con sotana de sacerdote y con hábito de monja nadie se habría dado cuenta y no hubiera pasado nada. La traducción es que las personas deben ocultar su condición de católicos, para reverenciar a todo lo anticatólico porque es "políticamente correcto".
Hay una encarnizada persecución anticatólica. ¿A qué se debe el silencio de tantos católicos y de los Obispos? La boca habla de lo que sobreabunda en el corazón, dice el Antiguo Testamento. ¿De qué está hablando la sociedad, los Obispos, los sacerdotes y los laicos?
Asimismo, del Hospital de Campo de Mayo se han retirado definitivamente.
Otra medida es la erradicación de la materia Religión, donde se enseñaba el catolicismo, de los Liceos Militares.
Mientras la cúpula del Episcopado se ha reunido con las autoridades de la Nación, incluyendo a los Ministros de la Corte Suprema y con la Presidente Cristina Kirchner, se está dando una avalancha de acciones que atentan en forma directa en un intento de borrar el Catolicismo del país.
La oleada descacralizadora, que incluye la erradicación de la Religión de las instituciones educativas, en contra incluso de lo dispuesto por la Ley Federal de Educación, no es más que la ratificación del odio anticatólico.
A Dios se le reza con alabanza y para agradecerle, pero también para pedirle por las necesidades propias, y la presencia de los crucifijos en institutos educativos o en Hospitales son una ayuda a contactarse con el Misterio de Dios.
El odio a la Fe Católica se traduce en el odio a los símbolos y a todo aquello que consista en una manifestación pública de Jesucristo y de la Iglesia Católica que fundara hace dos mil años.
Y de la mano de semejante desacralización van las pretensiones de aprobar por la vía judicial o legislativa los inexistentes homomonios y el aborto.
Un almirante que tiene un hijo sacerdote y una hija monja recibió cambios de destino solamente por ese hecho, siendo obligado a pedir su pase a retiro. Se trata del Almirante Raúl F. Viñas, a quien su jefe expresó que eso le sucedió "por imprudente", porque si sus hijos no se hubiesen presentado con sotana de sacerdote y con hábito de monja nadie se habría dado cuenta y no hubiera pasado nada. La traducción es que las personas deben ocultar su condición de católicos, para reverenciar a todo lo anticatólico porque es "políticamente correcto".
Hay una encarnizada persecución anticatólica. ¿A qué se debe el silencio de tantos católicos y de los Obispos? La boca habla de lo que sobreabunda en el corazón, dice el Antiguo Testamento. ¿De qué está hablando la sociedad, los Obispos, los sacerdotes y los laicos?
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