El espionaje noruego le facilitó a Margaret Thatcher las coordenadas por donde navegaba el crucero Gral Belgrano, facilitando su hundimiento y provocando la muerte de 323 tripulantes.
Noruega es cómplice involuntario, pero necesario porque sin el cual no se habría podido llevar a cabo tremendo crimen, ya que fue hundido por un submarino nuclear, uno de los tantos armamentos nucleares que Inglaterra desplazo, y sigue desplazando en el Atlántico Sur.
El Crucero en el momento de su hundimiento se hallaba en zona fuera del conflicto. Todavía no hay explicación porque Margaret Thatcher no compareció ante los tribunales internacionales para ser juzgada como criminal de guerra.
El gobierno debería exigir el retiro de todo el armamento nuclear que Inglaterra tiene desplazado en el Atlántico Sur.
Marcos Attias
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