Por Santiago Floresa
Vemos la asombrosa coincidencia de que muchos que votaron en pro de llamar "matrimonio" a las uniones homosexuales, son los mismos que buscan despenalizar la eliminación del niño en el seno materno (aborto), y -por si el pequeño llegara a escapar de esta intención-, se apresuran desde la Cámara Baja a quitar significativamente las penas a las madres que los ultimen una vez ya nacidos y bastante después también. Las mismas personas suelen amparar proyectos para despenalizar/ legalizar la eliminación de enfermos terminales y ancianos (eutanasia).
Llama la atención que a pesar de que se cree que muchos de ellos tienen formación universitaria, no han reparado en la conocida realidad de infinidad de matrimonios que no han recibido el regalo de la fecundidad y que sufren una y mil dificultades para adoptar a niños a quiénes educar y amar como si fuesen sus propios hijos, y que con cariño verdadero recibirían a ésos niños cuya injusta muerte parece no conmover en lo más mínimo a estos señores legisladores. Pareciera que también ignoran que los múltiples atenuantes o eximentes que existen ya en la ley en materia de homicidios, son suficientes para evitar el castigo de inocentes.
Pareciera por fin, que prefieren no caer en la cuenta de que militan -y muy activamente- EN LAS FILAS DE LA LLAMADA CULTURA DE LA MUERTE, y que deberán dar estrecha cuenta de lo actuado en un plazo quizás mucho más breve del que hubieran deseado, pues aquella vieja amiga suele visitarnos sin esperar invitaciones previas...
A los que como el suscripto son víctimas desesperanzadas de estos señores representantes que en nada nos representan, tomemos la pequeña molestia de enterarnos de qué forma votaron estos proyectos, para obrar en consecuencia.
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