viernes, 22 de octubre de 2010

MÁS FILÓSOFOS EN LA CUMBRE DEL PODER POLÍTICO

Pedro de Ribadeneyra

En la foto: el P. Pedro de Ribadeneyra, autor de “El Príncipe Cristiano”, el principal libro antimaquiavélico en materia política.

 

Por el Dr. Francisco Bénard *

Quienes llegan a las altas cumbres del poder político de un país en "serio" por cierto, deberían tener una buena formación en el campo de la filosofía, Teología y ética. Filosofía que hace al saber, la Teología que nos ayuda a aproximarnos a Dios y eleva así nuestro pensamiento de una vida que no es sólo terrenal sino divina. Llegamos así a tener una perspectiva muy diferente del ejercicio del poder y la ética que está vinculada a la conducta de los hombres.

Como en una familia "el pater" debe reunir ciertos requisitos para cumplir bien su misión, lo mismo ocurre en una familia que en la sociedad.

Estoy convencido desde hace mucho tiempo que la mayoría de los que llegan al poder no saben para que llegaron. Parecieran importar más los cargos políticos, que otra cosa y estar mas preocupados por sus "pesitos". Muchos piensan en el bolsillo de ellos y de sus familiares. Lo vemos muy a menudo. No todos son así, pero lamentablemente hay una profunda crisis de representatividad. Los políticos prometen hasta el cansancio algunas cosas y luego nada cumplen. Así como en una  familia todos los hermanos deben ser unidos en un país debería ocurrir lo mismo.

Hay cuestiones que sólo se comprenden en la medida de los conocimientos filosóficos, teológicos y éticos porque todo ello le permite a la máxima dirigencia visualizar el ejercicio del poder desde una óptica diferente, ya que actúa como una suerte de autocontrol al ejercicio del poder. Hay que gobernar con desprendimiento y grandeza y en función del bien general o bien común y no al servicio de los amigos del poder de turno como ocurre tan habitualmente.

Tres facetas que son casi como hermanas y que le dan un sustento de equilibrio a los gobernantes y de previsibilidad a los gobernantes.

No son precisamente los problemas económicos los que deberían preocuparnos más sino que hay un gran problema de los dilemas morales que están en juego y sobre los que hay que prestar mucha atención.

Es un tema para reflexionar y ¿o me equivoco?

* Abogado y Periodista

pancho1947@gmail.com

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