Por Carlos Belgrano
Amigos:
Estamos a once y pasado mañana
será trece, esto es, casi en la víspera de un llamado en cadena para que sin
importar dónde estemos, cada uno de nosotros, exprese y materialice su repudio
hacia la validación de esta ex "cabaretera parlamentaria".
Muchos a quienes reconozco y
estimo, utilizan este mismo medio para incitar a nuclearnos una vez más para
marchar unidos hacia la Plaza de Mayo.
Pero en verdad advierto, que lo
hacen arengando nuevamente a reiterar los bocinazos y el rugir de las cacerolas.
¿Otra vez? y ¿para que?
Tal vez, ¿para que Kretina y su
lúmpen se rían de todo el Pueblo como lo hacen cotidianamente?
El tiempo de lo testimonial nos
ha excedido hace mucho.
Arriba ya otro momento de nuestra
maltrecha y descolorida historia.
Los Militares, solo nos están midiendo;
examinando, tomando nuestro pulso social.
Están tan hartos como
cualesquiera de nosotros mismos.
Pero no están del todo seguros de
nuestro arrojo, de nuestra iniciativa, de nuestro discurso colectivo.
En todas las anteriores y
bizarras movilizaciones, nadie de la oposición, se mezcló entre la multitud.
¿Acaso alguien detectó a Macri, a Carrió, a Biolcati, a Morales ó a tantos otros que "trabajan
de opositores"?
No, porque ellos no arriesgan el
pellejo, toda vez que disgustan de lo popular, de la espontaneidad.
Caminan con lentitud, porque
-como lo aleccionaba Don Quijote a Sancho Panza- temen que si se dan prisa se
les rompa su ego.
Ahora solo nos resta dirimir, si
estamos dispuestos a tolerar y asumir con mansedumbre la absurda esclavitud
voluntaria que acuñamos, con grilletes tan firmes como indelebles ó recuperar
la libertad perdida, olvidada que suena como demasiado hueca, aguda y sin tono.
Churchill, que a pesar de su ingenuidad, manejaba bien la pluma,
solía decir que "un pesimista encuentra un fracaso en cada oportunidad y
un optimista, una oportunidad en cada fracaso".
¿Cuántas horas, días, meses ó
años, seremos el reflejo del primer acertijo?
Amigos, no confiemos en que esta
Mujerzuela se convierta en una estatua de sal como la mujer de Lot, ni que un
Concilio Médico la declare incapaz, ni que un rayo flamígero, con forma de un
vórtice de fuego convierta en cenizas esa Casa de Caifás, pintada de rosada.
Nada de ello acontecerá.
Lo único que podrá suceder es que
mayoritariamente y sin retroceder un centímetro, cuando lleguemos a las inmediaciones
de la Pirámide, demos decididamente
EL GOLPE... MORAL
Atentamente Carlos Belgrano.-
lacuchillanacional@yahoo.com
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