Por Carlos Belgrano
Compatriotas:
El 30 de enero de 1649, Carlos I, fue el primer y hasta el
presente único Monarca británico en ser decapitado.
Oliver Cronwell, un diputado de la bancada de los agricultores
libres, los free holders, fue su ejecutor.
Momentos después, cuando el
verdugo exhibía la cabeza degollada del infortunado Rey ante la muchedumbre,
reunida en las inmediaciones del cadalso improvisado en las escalinatas de la
Torre de Londres, el Líder rebelde se dirigió improvisadamente a la
concurrencia.
Y guiando su dedo acusatorio en
dirección a los restos del mutilado, dijo: "No deben ser los súbditos
quienes han de temer al Gobierno pues este incidente nos indica que de ahora en
adelante será al revés".
Los ingleses siempre han estado
unos pasos adelante del resto de la humanidad, en las epopeyas históricas.
A pesar de la tenacidad
demostrada hasta nuestros días, en mantener un estilo monárquico de vida, de
alguna manera se las ingeniaron para ser
los pioneros de los preceptos constitucionales, cuando los Señores
Feudales le impusieron a Juan
Plantaginet aquél documento que se conoció como la Carta Magna; la primera
de todas las que vendrían luego en los regímenes republicanos.
Trasladándome rápidamente a la
actualidad, abordaré un irritante ítem.
Existe hoy una cronicidad
demasiado insultante sobre nuestra Soberanía Nacional, estigmatizada en el
incidente que protagoniza nuestra Fragata ARA LIBERTAD.
Si la actual interdicción
provisoria de nuestro barco, mutara en captura, el Capitán, antes de entregarla
pacíficamente, debería, según mi modesto criterio, dinamitar el fondo del casco
y hundir la nave, poniendo antes a salvo a sus tripulantes y el nuevo Jefe de
Estado Mayor de la Armada, incitarlo a ese desenlace.
Hay muchos ejemplos a imitar:
El más cercano geográficamente,
el caso del Graff Spee, enviado a pique por su Comandante, el Capitán de Navío Langsdorff, frente a las costas de Montevideo en 1939,
antes que lo torpedeara la flotilla inglesa que lo aguardaba cerca de la rada.
Versiones que acaban de chequearme,
me indican que un grupo de fariseos, con sede en Manhattan y que responden a la
sigla NML, serían en realidad "testas" del tenedor real de esos
"bonos basura". Carlos Zannini,
quien a través de estos abogados neoyorquinos, los habría adquirido a menos de
un 9% del valor nominal de los mismos.
Y que el destino portuario de
nuestro Buque/Escuela, fue diagramado deliberada y aviesamente por Timerman, para que cuando anclara,
fuera interdictado, para lo cual a través del Israel Discount Bank, sucursal
Amberes, se le giró al flamante Presidente de Ghana John Dramani -un tránsfuga de la peor de las layas, implicado
directamente en el deceso de su predecesor- la suma de un millón de euros, para
que oficiara de embargante, en esta inédita afrenta a nuestra soberanía
marítima ambulatoria.
De esa forma, Zannini aceleraría los trámites ante el
Ministerio de Economía, para que el Estado cancele raudamente ese fraudatorio
pasivo, a los fines de hacerse del "cash" y cristalizar así un pingüe
negocio.
Esta "corporación
justicialista" es capaz de llevar adelante estas felonías y otras mucho
peores, como cuando la "voladura del Arsenal de Río III", con casi
cuarenta víctimas fatales, que hasta la fecha no tuvieron su moralizadora
vindicta judicial.
Insistiré en unos días más, sobre
el imperativo de tomar por asalto la Quinta de Olivos y la Casa Rosada, el
próximo 8N, para capturar físicamente a la Presidente y sus seguidores
inmediatos.
A quienes con cierta duda/tibieza
al estilo Mariano Grondona y otros
tantos como él, juzguen este plan como demasiado temerario, vaya este anticipo,
primicia o como deseen etiquetarlo.
Los frentes perimetrales de ambas
guaridas, ese día estarán sin custodia ni de Gendarmería ni de Prefectura.
La Casa Militar no tiene más que
Oficiales de las tres Armas, en calidad de "oficinistas".
Y la "guardia pretoriana
presidencial", esto es el Regimiento de Granaderos, tampoco desplazará a
sus efectivos, para reprimir al Pueblo en Asamblea.
Lo que nos llevaría a deducir,
que dichas fuerzas represivas y disuasivas del Estado, serán reemplazadas por
los "culatas de la cámpora".
Pero Amigos, debemos fortalecer
nuestros espíritus y corazones, porque "los piqueteros de D'elía", no existen más que el
paupérrimo imaginario de ellos mismos.
Sus numerarios solo están
entrenados para cortar calles y saquear supermercados, siempre y cuando les
otorguen cobertura los "patanegras" de la bonaerense.
Carecen de testículos para otra
cosa, que no sea interrumpir la frecuencia vehicular.
Las "patotas del
gobierno" son una mera creación literaria.
Ya es hora de anoticiarlos que
NOSOTROS TAMBIÉN VAMOS POR EL TODO.
Atentamente Carlos Belgrano.-
lacuchillanacional@yahoo.com
Perdón que sea pedante pero prefiero a un rey católico como Carlos I y no a Oliver Cromwell que fue amigo de masones y de otros innombrables.
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