Por Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila (LMGSM 1 y CMN 73)
Argentina se encuentra ante un
proceso inédito en la historia mundial que tiene por objetivo
desprenderse de los militares, mediante el artificio de modificar para suplantar,
con medidas esterilizantes, las instituciones que conforman las Fuerzas Armadas
por organizaciones políticas adictas al régimen gobernante.
Los liceístas hemos sido sorprendidos una
vez más por los avances para la modificación de "nuestros" Liceos
Militares. Esta vez se trata de la resolución Nro 59 del Ministerio de Defensa
que, en esencia, tiende a modificar lo que clásicamente es "instrucción
militar" por una nueva extraña "formación para la defensa
nacional". Este desarrollo se fundamenta en una apreciación de lo que es
la guerra, urdida conceptualmente bajo una argumentación difícil de calificar,
ya que escapa y se aleja de las realidades mundiales del tema.
Es cierto y es verdad, que las formas de las guerras, aun las del Siglo
XX, han cambiado profundamente, no tan solo por los avances de la política
internacional, sino también por las innovaciones tecnológicas y la aparición de
aspectos y temas sensibles resultantes de la evolución y el progreso. La guerra
sigue siendo un medio social para infundir temor o miedo en el adversario,
hasta ayer, se lo concebía originado por la destrucción violenta física, y,
ahora, por el caos operativo que actúa virtualmente y lleva a la rendición o al
acuerdo para subsistir. En el pasado se pensaba que los ejercidos eran la
herramienta política que reemplazaba a la diplomacia, mediante el
aniquilamiento del enemigo o la disuasión de este, ante el mayor poder que
mostraba como indudable el logro de lo primero. En nuestro tiempo y, seguramente, mas aun en el mañana,
quizás subsista la guerra armada, pero, evidentemente, aparecerán otras formas,
que, como se dijo, no destruirán físicamente, sino que crearan caos con efecto
paralizante que, si bien, no actuara materialmente, si lo hará psíquica y
espiritualmente. Esta realidad tiene tal consistencia que, por ejemplo, los
países de avanzada, que son los que tienen mayores desarrollos tecnológicos, han
creado fuerzas para un escenario diferente de la tierra, el mar o el aire, el
ámbito cibernético, donde todo es virtual en los hechos, pero, que se proyecta a lo material en una muy específica
convivencia.
Además, bien se conoce, como resultante de
la globalización técnica, que lleva a la universalización operativa, aparecen
otras clases de conflictos en el más variado conjunto de temas, que va de los
ideológicos (terroristas fundamentalistas, etc.), pasando por los culturales
(religión, moda, costumbres, etc.) y se muestra en lo económico (finanzas,
inversiones, comercio, etc.). Las declaraciones pacifistas afloran en todas
partes, como una especie de sermón laico, que "prende" en los
incautos y que "desean" los prudentes. Aquel que habla de guerra es
mal calificado, en cambio, el que lo hace de la paz, es aplaudido cálidamente,
llevando a la sensación utópica de sentirla como realidad. Internacionalmente,
se trata de afirmar la paz o asistir ante los desastres, con fuerzas aportadas
por los países que, las mas de las veces, cumplen tareas de tipo policial o de
organizaciones de emergencia (Salud publica, construcciones, alimentación,.
etc.) y, en muy contadas oportunidades, actúan como fuerzas armadas.
La realidad del presente es que estamos en
la "Era del conocimiento, en la cual, el logro de las capacidades
intelectuales, esencia de los desarrollos, es la base del progreso, elaborado
por el desarrollo y protegido por la defensa. Sin embargo, esta cuestión no es
responsabilidad de las fuerzas armadas y
tampoco de las organizaciones de defensa, ya que se apoya en las
políticas generales de la sociedad y se expresan en su potencial educativo.
Sabemos que China, la mayor potencia emergente actual, aspira para el año 2016
superar al norteamericano Silicon Valley y, para ello, su evolución es
educativa, para lograr incrementar el "conocimiento" de su sociedad. China
"apunta acelerar su desarrollo con la palanca de la innovación" (LN
0403-2013) siendo el principal "importador" de conocimiento, tiene
mas de 450.000 jóvenes estudiando en Europa y los Estados Unidos y gradúa unos
700.000 ingenieros por año.
La Resolución 59 parte de la idea de que los Liceos actuales tienen como
objetivo la "preparación de oficiales de reserva", pese a que ello
nunca es lo principal sino que fue y es
una consecuencia secundaria, desde que se los concibió como idea por parte del
General Ramón Molina a mediados de
la década del 1930 y se crearon en el año 1938. Esta realidad se comprueba en
las cantidades de egresados comparadas con los listados de oficiales de reserva
de las fuerzas que, concretamente, es irrelevante. En el anexo a la resolución
se detalla "la concepción de la Defensa Nacional" y el "debate
sobre el sector educativo" que muestra, sin dudas, que se esta en un
proceso poco claro y que es considerado poco conveniente. Al tratar sobre la
"política de formación en el ámbito de la Defensa" se estima que
se invade las atribuciones del
Ministerio de Educación, que es la autoridad legalmente determinada, a la que
el de Defensa debe apoyar y asesorar, no reemplazar. El Decreto de creación del
Colegio Nacional Militar (ahora Liceos Militares) delimita desde el inicio las
responsabilidades que caben a la educación y a la defensa que, lógicamente, han
actuado a lo largo de los años, condicionando las sucesivas reformas y
adaptaciones de los institutos. Es decir, lo que puede modificar el Ministerio
de Defensa por si en los organismos de educación castrense, le esta vedado
hacerlo en los Liceos sin el concurso y acuerdo del Ministerio de Educación
Se señala que lo que se pretende
realizar es "un cambio de la actual forma de reservistas por civiles para
la defensa", cuestión que por su ámbito y extensión llegaría a abarcar a
toda la población del país olvidando que la formación educativa (conocimiento)
no es una responsabilidad propia. Se concuerda que las actuales características
de las guerras requieren "alcanzar
la formación para la defensa" que "no puede quedar limitada a los
militares". Es interesante que lo que se pretende, de alguna manera, era
cubierto por el Servicio Militar Obligatorio (hoy suspendido), lo que muestra
el equívoco aplicado sobre el mismo y que, consecuentemente, debería ser
activado nuevamente.
Lo que es altamente llamativo,
es la opción de asignar a civiles la dirección de los Liceos Militares, ya que
en la actualidad los aspectos educativos y pedagógicos no son desarrollados por
personal militar, los que sí actúan en los temas administrativos con lo que
"descargan" esta tarea al cuerpo docente.
Se considera altamente positiva
la inquietud de brindar a la mayor cantidad de población las ventajas
educativas de los Liceos Militares, para lo cual, se sugiere, que en lugar de
modificar solamente los actuales, se creen nuevos en los lugares en los que no
se encuentran.
Esta resolución, en la cual la educación secundaria en las FFAA pasaría
a ser centralizada por el Ministerio de Defensa, asignándole sus temas y
programas, tiene alguna similitud con lo ya concretado en otras organizaciones
(FM. IGN, etc.) que eran originalmente de las FFAA y han pasado a ser
"nacionales", con lo que se disminuye la relación de acercamiento de
lo militar con lo civil y lleva a considerar la posibilidad de la existencia de
un proceso de suplantación esterilizante de lo castrense que pierde y cede así actividades en las cuales participó exitosamente
en el pasado.
Se destaca, sin embargo, que se
puede ser coincidente en la necesaria "repotenciación" militar, no
tan solo en los aspectos educativos, sino en los materiales y armamentos, para
que la obsolescencia funcional no obre en su destrucción y anulación
consiguiente. Como cada actividad en nuestra actual sociedad es esencia de
alguna tarea o función, como son los médicos, los abogados y/o los ingenieros,
los militares, integrando ejércitos o actuando en los más diversos campos de
actividad, deben ser la medula operativa que configura y materializa la defensa
nacional. Claro esta que íntimamente vinculados con los especialistas de cada
área que se adapta desde sus formas de paz, a la modalidad que les impondrá la
guerra.
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