Por Eduardo Sebastián Gutiérrez.
El problema con los liberales, es que asumen posiciones verdaderas de pensamientos vacuos, y viceversa, de pensamientos verdaderos, asumen posiciones vacuas, y esto, porque los liberales que no sufren su liberalismo, o sea, todos los liberales, oponen a la razón justa y al sentido común, cuando no a la Verdad Sobrenatural, las argumentaciones de su subjetivismo y sentimentalismo.
Al no soportar el dolor que pueden acarrearles la firme posición de quienes quieren que triunfe la Verdad por sobre el error, que ellos lo redefinen como “las otras formas de pensar”, estiman más prudente, políticamente más correcto, que en todo momento, o en la mayor cantidad posible de ellos, las relaciones entre ambas, sean las de una sana vida social conjunta, de buenas costumbres compartidas.
Esta gran concordia universal en la búsqueda individual de la paz espiritual, según las propias costumbres y creencias, cuidando celosamente, que nada trascienda por sí misma y de forma definitiva, y que las exactitudes no repriman ni confronten la superioridad de la confraternización en todos los órdenes y aspectos, es la verdadera y única verdad de los liberales.
Pero Cristo no es un facsímil socialista que iguala todo hacia abajo, o liberal, que iguala todo en el egoísmo individualista, ni tampoco se contradice yendo y viniendo de una posición a otra; Él es Dios, la Suma Perfección, el Ser Necesario, el Primer Motor, el Relojero del Reloj que representa a toda la Creación, el Creador de todas las cosas visibles e invisibles, que las mantiene en su ser y por tal existen ante los ojos de nuestra inteligencia, cuando está despabilada.
Pero como los liberales están “dormidos”, la Verdad para ellos es en alguna medida, cuando no en toda, una quimera, un imposible siquiera de considerar con algún grado de certeza.
Esta es una de las causas profundas, en que justifican el que sea necesario construir siempre la realidad en sentido de evolución constante, representando de igual modo el fundamento del porqué rechazan en su justa medida y razón el debido respeto a la Tradición, y únicamente la mencionan en la referencia lejana, la del comienzo necesario, el primer paso en la construcción de la tradición presente, la tradición viva.
Y mientras promueven esta herejía, son capaces de sostener una correcta posición en otros temas.
Por eso es que de a ratos defienden la sana Doctrina, y en otros, no.
Por eso es que de a ratos los fieles se alegran, y en otros, no.
Por eso es que de a ratos se promueve el falso ecumenismo, y en otros, ……. también.
Aquí se correspondería al dedillo parafrasear una reconocida sentencia del Padre Jorge Loring: “Católico ignorante, futuro protestante”, por esta otra: “Católico liberal (ignorante), seguro protestante”.
En definitiva: Por eso es que de a ratos no hay defensores del Papa Francisco, y en otros, …….también.
Cordialmente.
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