Por Carlos Belgrano
Amigos:
En esta Pascua de Resurrección,
confió que el espíritu de Nuestro Señor, nos ilumine a todos nosotros por
igual.
Pero siendo una fecha
trascendental para muchos, entre los que me incluyo, ya que la conmemoración de
la Resurrección* de nuestro Cristo y el venidero Pentecostés son las fechas más
importantes para la Fe Cristiana, creo que han arribado con ellos, los tiempos
de preguntas y reflexiones, cuyas respuestas inconclusas, nos alimentan la
ausencia del tan anhelado sosiego colectivo.
Hablamos de continuo sobre esta
política barrial y soez, no porque sea un tema en debate, interesante y superador,
sino más bien por la necesidad extrema de algo parecido a la catarsis
literaria.
Mencionar casi a diario a esta
pitonisa de pr*stíbul*, no es agradable ni edificante, pero deviene inexorable,
ya que todos de alguna particular manera, debemos absorber los costos del despilfarro
de los recursos del Estado por sus veleidades, propias de una monarquía sin
Casa Real.
Y acaso lo que más nos sobresalta
hasta la propia ira, es la rigidez de su descompostura y del baño cotidiano de
sus infamias, dignas de otra de su condición, la Popea nerónica.
La mayoría de nosotros, se está
dejando guiar hacia los brazos del instituto del recambio electoral, pero
carecemos del poder de veto sobre la legitimidad de los candidatos, lo que nos
conllevará a seleccionar, como desde antiguo, entre los menos crápulas. Pero
tal distingo no existe, salvo en el terreno de los valores fisonómicos, solo
eso.
Todos los presidenciables que
poco a poco, comienzan a abandonar sus cubiles, son de una factura idéntica y
monocordial. La República no necesita de ninguno de ellos, porque pertenecen a
la misma estofa hibrida, de la toma del poder por el poder mismo.
No les importa en lo absoluto, su
desconocimiento del Deber Ser y el correcto manejo de la Cosa Pública. Cuando
falleció Doña Elena Faggionato de Frondizi en 1991, recuerdo que entre un grupo
de colaboradores de Don Arturo, de los cuales "Tito" González, fue el
mayor aportante, tuvimos que suscribir una tanda de pagarés en la funeraria
Lázaro Costa, porque el ex Presidente, no tenía los fondos para sufragar su
sepelio.
Una pequeña prueba de la otra
Argentina, en la que se militaba "por los colores", no por los cargos
ni el "bolsiqueo" de lo ajeno. Y no huelga decir que esa Clase
Dirigente -subrayo las mayúsculas- era más o menos igual.
Oscar Alende, Ricardo Balbín,
Américo Ghioldi, Horacio Teddy, "Paco" Manrique, el
"colorado" Abelardo Ramos y tantos otros de esos años, estaban en
veredas opuestas a las nuestras, pero la frugalidad de sus vidas, eran un denominador
común.
En cambio, los peronistas, a
través del sindicalismo, eran propietarios de caballos de carrera, estancias y
ostentosas mansiones, como el "lobo" Vandor que dirigía a la UOM,
desde su stud en San Isidro.
Por eso, no hay que preguntarse
tanto, de donde proviene la podredumbre del justicialismo. Del hilo conductor,
degenerativo del "amasado" de fortunas, enmascarado con el discurso
de la voluntad popular. Tan vacío como las falsas promesas.
Hoy a través de Massa, ese
peronismo se retroalimenta con un mensaje de renovación; el mismo del
"turco" con la "revolución productiva" que concentró el
capital en los consorcios parasitarios de siempre y hundió a las Pymes, que
fueron y son las dadoras del setenta por ciento de la mano de obra laboral.
Macri que no solo es el hijo de
un mafioso, sino además el heredero del "viciado" de la Obra Pública,
también promete.
Todos ellos y sus rivales de las
próximas "abiertas", verterán lo mismo. Porque la virtud Republicana
está sepultada y olvidada en los confines del pasado. Y a estas alturas, con el
pesimismo que nos embarga por la consagración estelar de estos
"prometeos" y anticipándonos a este asegurado continuismo, que pondrá
a resguardo, entre muchos otros crímenes, la libertad ambulatoria de esta Kretina,
¿tiene el Lector alguna duda sobre ello?
¿Se imagina a estos descontados
triunfadores en los comicios del 2015, removiendo a todos los jueces federales
que tutelan la prosecución de todas las fechorías presidenciales? No avizore ni
por segundos esta infantil hipótesis.
Ya contamos con el antecedente de
"chupete" De la Rúa, cuando remitió a Menem, a una espaciosa Quinta
en Don Torcuato, para que se asoleara con la "Chechu".
Recientemente fue el "mismo
aparato", el que le retribuyó el favor con su absolución, en la causa por
los "sobornos en el Senado", como al intrépido Mauricio en la de
"las escuchas". Porque así
funciona el "sistema".
Lo que me hace recordar otra
anécdota que ya he citado antes de ahora, varias veces. Es la historia de un
desdichado Diputado, Víctor Juan Guillot, quien había aceptado un soborno,
cuando el escándalo de "los terrenos del Palomar" en las postrimerías
de 1939. Cuando Solano Lima, ordenó una investigación en la Cámara de Diputados
por esos días, Guillot se suicidó, luego de indagarse que una "querida
suya" con la que había tenido un hijo extramatrimonial, había cobrado por ventanilla
en la casa matriz del Banco Español, un cheque de veinte mil pesos.
Ahora sí, imagine el Lector, si
estos legisladores nuestros, imitasen la valiente actitud de este malogrado. Seguramente
la pila de cadáveres, treparía hasta el domo del Congreso y los pasillos de
nuestro Capitolio, se asemejarían a la tragedia de Guyana.
Infortunadamente, todos los
ejemplos de renunciamientos son mucho muy pretéritos. Demasiado para que el
imaginario popular los recuerde.
Ahora todo se reduce a observar
como los K, son protegidos por los Oyarbide y muchos más de la misma catadura
amoral.
Y me pregunto
¿POR QUE?
Cordialmente Carlos Belgrano.-
alarosadatodos@gmail.com
NOTA:
* Editado
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los mensajes son moderados antes de su publicación. No se publican improperios. Escriba con respeto, aunque disienta, y será publicado y respondido su comentario. Modérese Usted mismo, y su aporte será publicado.