El FMI destinará 2.500 millones de dólares en “Derechos Especiales de Giro” (DEG) a la Argentina, en el marco de la distribución de DEGs que realiza entre los países que lo integran. El gobierno argentino aplicará esa suma a engrosar las reservas del Banco Central.
"La asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) es una parte clave de la respuesta del Fondo a la crisis global, ofreciendo un apoyo significativo a sus miembros en estos tiempos difíciles", consigna en un comunicado el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn.
En abril de 2009, el responsable para América latina del Fondo, el chileno Nicolás Eyzaguirre, señaló que la Argentina se había aproximado al organismo para pedirle auxilio financiero por 2.500 millones de dólares en DEG, la moneda interna de la entidad. Es decir, fue el mismo Kircnerismo el que impulsó una tratativa.
En la última cumbre del G20 (que reúne países ricos y los que aun se encuentran “en vías de desarrollo”, como la Argentina), realizada a principios del mes de julio de 2009 en Londres, se resolvió la emisión de 250 mil millones de dólares en DEG en favor de todos los países integrantes del Fondo, que serán entregados sin condicionalidades a cambio.
Cerca de un 20 % de ese monto se destinará a las economías más pobres, según el comunicado del FMI, el cual fue reproducido por agencias internacionales de noticias. No obstante, la aprobación de esta distribución de los DEG deberá ser hecha por los países que lo integran en una reunión a realizarse durante el mes de agosto próximo, en Washington.
Son los países desarrollados, quienes recibirán la mayor parte de los nuevos fondos, porque tienen una cuota mayor dentro del organismo, y podrán donar o prestar los DEG a otras naciones que los necesiten más por primera vez en la historia del FMI. Es claro entonces que existe una doble posibilidad: donación o préstamo.
"La propuesta pasa ahora a discusión de la Junta de Gobernadores del FMI para su aprobación final", indica el comunicado. Si obtiene la aprobación del 85 % de los poderes de voto en la Junta de Gobernadores que se realizará el 7 de agosto, la asignación entrará en vigor el 28 de ese mismo mes.
Mientras tanto, el economista Mario Blejer, ex director del Banco de Inglaterra, ex presidente del Banco Central y actualmente representante del Grupo IRSA en el Banco Hipotecario y miembro del directorio de la energética estatal Enarsa, señaló que la relación con el FMI no pasa por una necesidad "financiera".
Blejer alabó la política económica actual, y manifestó en declaraciones periodísticas los problemas de las finanzas internacionales: nivel del riesgo país, deuda del club de Parías, holdouts (bonistas que no entraron al canje de deuda), y normalización de la relación con el FMI, lo cual permitiría una relación “normal” con el organismo.
Mientras tanto, figuraría en la agenda económica del ministro Amado Boudou el volver al FMI durante el año 2010.
Acerca de las retenciones, Blejer sostuvo que pueden ser bajadas, "sería muy bueno poder bajar el nivel de retención impositiva pero hay que tener en cuenta algo mucho más importante: mantener el equilibrio fiscal; para eso necesitamos saber con qué se reemplaza, ya que la estabilidad fiscal domina el problema".
También dijo que Argentina está "muy cómoda" con el actual tipo de cambio del dólar, y que recomendará a Boudou "convocar a un número de economistas a ofrecer sus puntos de vista sobre la situación".
Además, mencionó que es necesario "buscar la forma" para que los números que reproduce el Indec de Moreno "sean creíbles" y advirtió: "Hay que hacer lo que haga falta para recobrar la confianza, no es una cosa que no se puede hacer, hay que hacer algo tal vez más extremo".
"El tema de Moreno se ha convertido en una cuestión folclórica. Si se saca a Moreno y con el tema del Indec no se hace nada, no ganamos nada", agregó Blejer.
El ex titular del BCRA consideró que en este momento el "problema fundamental" es "la expectativa inflacionaria que se generó".
Finalmente, Blejer habría confirmado que será consejero informal del ministro Boudou, pero sin un puesto fijo.
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