Cinco soldados debían vigilar el ingreso a Campo de Mayo, la principal base militar de Argentina, pero perdían el tiempo mirando televisión. "Sin novedad, mi sargento", reportó por radio el soldado destacado en la Puerta 1 de guardia durante la noche más fría del invierno.
El lugar de vigilancia del cuartel, ubicado 30 kilómetros al oeste de Buenos Aires, al borde de la carretera nacional 8, se vio alterado cuando el jueves 23 de julio fue asaltado por cuatro hombres vestidos con uniformes de fajina –color verde oliva- y pasamontañas, que parecían comandos en combate.
Los dueños de la casa se mostraron hospitalarios con los visitantes e iban a ofrecerles café, creyendo que eran camaradas del aguerrido cuerpo de infantería, hasta que los intrusos mostraron sus propósitos golpeando a un soldado y desenfundando pistolas: ya no había dudas, era un operativo comando “sorpresa”.
La banda redujo casi sin violencia ni disparos a los cinco militares –dos suboficiales y tres soldados- del puesto 1, también conocido como "banco de sangre" por estar próximo al Hospital, que se suponía estaban allí para vigilar el acceso al cuartel. El grupo comando consiguió hacerse de tres FAL (Fusil Automático Liviano) completos y nueve cargadores, cada uno con 20 municiones calibre 7.65. Se trata de un arma de guerra muy bien considerada por su poder de fuego y versatilidad de uso.
"Los malvivientes rompieron la radio y les quitaron los teléfonos móviles personales, imposibilitando la comunicación con el resto del sistema de seguridad. Luego se dieron a la fuga a campo traviesa, presumiendo que un vehículo los estaría esperando", señaló un comunicado del Ejército Argentino, cuyo Estado Mayor se reunió para evaluar el suceso y entender de qué se trató el episodio.
¿Vuelve la subversión?
En principio, el 'golpe' se asemeja mucho a los asaltos que las guerrillas de izquierdas perpetraban, durante las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado, contra los cuarteles y comisarías.
Al parecer, ya no quedaban émulos del revolucionario Ernesto 'Che' Guevara que sueñen con la toma de la Casa Rosada por la vía de las armas. Las guerrillas fueron aniquiladas durante el gobierno de Juan Domingo Perón, María Estela Martínez de Perón (1974-1976) y la dictadura militar (1976-1983) con la 'guerra antisubversiva'.
Todos los indicios del caso apuntan a que se trataría de una banda de atracadores que necesitaba robar los fusiles para concretar 'golpes' importantes como asaltos a bancos, camiones blindados o empresas, según evalúan fuentes oficiales. Cabe destacar que con ese tipo de asaltos se financiaron los grupos subversivos de la década de 1970. También consideran la posibilidad de que podrían ir destinados a la reventa en el mercado negro de armamentos, pues decenas de fusiles FAL argentinos han sido encontrados en poder de narcos brasileros en las favelas de Río de Janeiro.
La sospecha de que sería una operación vinculada al tráfico de armas se asienta en antecedentes documentados. Ya el 9 de junio de 2007, un grupo comando asaltó otro puesto de guardia de Campo de Mayo -Puerta 4- y, tras reducir a un soldado que cuidaba el sitio, se alzó con cinco fusiles FAL. La policía encontró quince días después a los ladrones y les secuestro las armas largas y fueron procesados por los delitos de "robo calificado por el uso de arma, y acopio de armas de fuego y municiones de guerra".
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