La píldora de potencial abortivo, además posee peligrosos efectos secundarios que son ocultados por farmacéuticos, médicos y laboratorios. Por ejemplo, si se utiliza con intervalos menores a dos meses, los efectos no se hacen esperar en la mujer: según Juan Carlos Ramírez, ginecólogo de Profamilia, es posible que se lleguen a formar quistes en los ovarios (por ovulaciones que quedaron detenidas), haya retención de líquido, malestar en los senos, dolor de cabeza o alteración del periodo menstrual (deja de venir o llega muy seguido, hemorragias o ausencia de menstruación).
Según una encuesta realizada a estudiantes mujeres por la Consejería de Salud Sexual de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el 52 por ciento tomó la llamada “píldora del día después” por lo menos una vez en su vida como método anticonceptivo de emergencia, y el 77 por ciento de este grupo lo hizo sin previa consulta médica, por lo que pudo adquirir la pastilla sin receta, en cualquier farmacia.
Cabe destacar que otros efectos secundarios de la píldora que sonocultados, consisten en la posibilidad de que se alteren otras hormonas diferentes a las de la ovulación y haya, por ejemplo, ausencia de periodo menstrual, crecimiento inadecuado del endometrio o compromiso del sistema óseo”, señala Cecilia Hernández, ginecoobstetra especialista en medicina reproductiva.
Sus efectos secundarios inmediatos pueden ser náuseas, vómito, dolor de cabeza y congestión en los senos, que duran máximo 24 horas después de ingerir el medicamento. “También pueden haber alteraciones en el ciclo menstrual: a la mitad de las mujeres les llega el periodo en la fecha esperada; a un 23 por ciento se les puede adelantar cinco días y a un 27, atrasar por cinco días”, explica Juan Carlos Vargas, ginecólogo de Profamilia.
Si se toma cuando el endometrio está crecido, es posible que se presente un primer sangrado, que suele ser abundante, y luego uno posterior. Los cambios menstruales varían de acuerdo con el momento del ciclo en que se ingieran las píldoras, indica Vargas.
El relevamiento fue realizado a más de 200 estudiantes de entre 17 y 32 años, pertenecientes a diferentes unidades académicas, durante el período enero/mayo de 2009 y estuvo a cargo de la licenciada Brenda Lagana, profesional del área de Salud de la Universidad platense.
Además, el sondeo determinó que 95 por ciento de las alumnas está informada con respecto a los métodos preventivos contra el sida y el 70 por ciento realiza consultas periódicas para el control del cáncer uterino y se realizan estudios de colposcopía y Papanicolau.
Otros datos revelados en la encuesta, realizada para conocer las necesidades y demandas de los estudiantes y orientar las acciones que se realizan en la Dirección de Salud de la UNLP, determinó que el 50 por ciento inició la actividad sexual entre los 17 y 19 años, mientras que un 35 por ciento lo hizo entre los 14 y 16 años.
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