La visita de Benedicto XVI, la tercera a un templo judío, se producirá 24 años después de la histórica presencia de Juan Pablo II.
Benedicto XVI ingresará el 17 de enero a la Gran Sinagoga de Roma, teniendo como antecedente más reciente a Juan Pablo II, quien estuvo en abril de 1986.
El Papa ya visitó dos sinagogas, en agosto de 2005 la de Colonia en Alemania, y en abril de 2008 en la de Nueva Cork.
La visita se realizará al cumplirse la XVII Jornada de Profundización y Desarrollo del Diálogo entre Católicos y Judíos, creada por Juan Pablo II en 1990, según informó el diario Clarín. Cabe destacar que en el año 2008 la Jornada se realizó sin presencia de la comunidad judía, a causa de una plegaria a favor de la conversión de los hebreos que se encontraba en las misas de la Tradición y que volvió a introducir Benedicto XVI en los ritos del Viernes Santo. La oración es solamente una plegaria por el reconocimiento del pueblo judío, no creyente, de que el Mesías es Jesucristo.
Cabe destacar además que hay asociaciones de judíos conversos al catolicismo, que viven su condición en la plenitud de la Revelación del Antiguo y del Nuevo Testamento, viendo cómo se han cumplido las Profecías y promesas de Dios.
La comunidad judía asentada en Roma es más antigua que la diáspora del año 70, cuando los romanos destruyeron el Segundo Templo de Salomón, algo que Jesús mismo había profetizado. Cuando San Pedro y San Pablo llegaron a la capital del Imperio Romano, donde fueron martirizados, los cristianos que los recibieron eran judíos convertidos a la fe de Cristo, como eran hebreos los Doce Apóstoles. Cabe destacar que Jesús no tenía raza alguna, igual que su Madre, ya que según el Dogma de la Inmaculada Concepción y de que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre, ninguno de los dos estuvo sometido al Pecado Original, en tanto que las razas surgen de los hijos de Noé como un castigo y son fruto del pecado que ellos no padecieron.
El encuentro del próximo 17 de enero coincide con la fiesta judía romana del Moed de Plomo, que recuerda el 12 de enero de 1793 cuando una multitud de revoltosos ante el arribo de las tropas francesas rodeó y asedió el gheto de Roma, tratando de incendiario. Con el portón de la Regla en llamas, se produjo una tempestad justo en ese momento que oscureció el cielo, apagando las llamas y resultando dispersos los revoltosos. Desde aquél entonces los judíos de Roma celebran ese 2 de Shevat con especiales liturgias en lo que muchos creen que fue una intervención de Dios para liberarlos del asedio.
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