Por: Ricardo Díaz
De continuar las cosas así, en pocos años un diálogo entre dos compañeritos de colegio, de seis años de edad, podría ser el siguiente:
Nene--- Andá, andá… tontita, bolu, ya tenés seis años y todavía no tuvistes relaciones sexuales.
Nena--- Salí, ¿y vos?, bolu, tenés seis años ya y todavía no asaltaste a nadie
Nene--- ¿y qué?, pero yo tengo un hermano de doce años que ya tiene sesenta entradas en la comisaría, para que sepas, en cambio tu hermano de catorce años todavía no asaltó ni violó ni mató a nadie…
Nena--- Salí, burro, no sabés nada…
Nene--- Y vos sos una traga, siempre estás haciendo las tareas que da la seño…
Nena--- Pero yo no me saco un uno como vos, bolu…
Nene--- ¿Y qué me importa? , ya vino mi papa y la trompeó a la seño y le dijo que donde la encuentre en la calle la va a pisar con el auto…
Maestra---¡¡¡ SILENCIO NIÑOSSSS!!!
Niños--- ¡¡¡ uuuuuuuuuuu … e eeee, e eeee y ya lo vé y ya lo vé, el Diego dijo mamenmé, y ya lo vé y ya lo vé…
Esto es para tomarlo muy en serio y para que todos reflexionemos, tanto padres como maestros. Porque, si las cosas están como están, si hay tanta delincuencia es por tres motivos: la pobreza, la droga y la mala educación que brindan tanto la familia como el colegio. Basta de tanta instrucción, debemos darles a los chicos más formación. Por supuesto que es importante la historia, la geografía, las ciencias naturales y la matemática, pero más importantes son los principios, los valores, la moral.
Todo esto tómelo o déjelo y arroje esta nota a la basura y no haga nada de lo aquí sugerido, pero, entonces, no se queje.
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