Inflación Estructural Desestructurante o “Juguemos en el bosque mientras el gobierno no está”
por Juan Carlos Córica
16/02/10
jccorica@fibertel.com.ar
Voluntarismo político. Impericia de advenedizos. Un escenario económico donde la producción, la inversión y el empleo quedan afuera. La política como juego de rencillas. Epifenómenos del desgobierno, injusticia social y vulnerabilidad soberana.
La Inflación sigue su rumbo desestructurante como si nadie le quisiera poner el cascabel. Un “juguemos en el bosque mientras el gobierno no está”. Una presencia que establece un fatídico y caótico juego económico donde campea la inestabilidad y se proyecta en una pugna típica de la ley de la selva.
Un interjuego miope, donde, alegremente, los sectores del poder económico se desentienden de sus vínculos naturales con la sociedad, adoptando una posición de dominancia que en poco tiempo se le vendrá en contra de sus intereses.
Pero como el pragmatismo mercantilista sólo advierte las consecuencias inmediatas, el escenario que genera, necesariamente, lo tendrá como damnificado más temprano que tarde.
Los desgobernados formadores de precios se aprovechan de su posicionamiento y, como en el actual proceso, sin razón alguna o con razones de efecto estratégico negativo, se agarran de las variaciones de precios internacionales en un contexto de dólar estable como el que se generó luego de la devaluación del 2001.
Detrás de estos se encadenan los comerciantes que se interjustifican por sus necesidades de cobertura en las reposiciones con eventuales mayores costos. Cualquier variable posible se la toma como ancla inestable a punto de desprenderse. Pero, además, a estas seudo razones se le suman los pronósticos de los técnicos que hacen de su nuevo chupete diagnóstico, el monetarismo, una bitácora de poder. Para ellos, consultores, detrás de cada expansión de la base monetaria significa un pronóstico de igual valor en deslizamiento de precios.
Será tan así que si el M1-M2 crece un 10 %, fatalmente los precios crecerán un 10 %. Por qué si con ese aumento se demandarán 100 nuevas unidades producto, el productor no invierte un 10 % más y cubre las 100 unidades producto. Usted seguramente estará pensando que es un planteo infantil. Que, en la Argentina resulta “normal” la inestabilidad, por lo que es más seguro facilitar el cuello de botella, subir el precio, ganar más sobre el costo y no estresarse.
Desde el realismo, pienso lo mismo. Pero cuál es el rol de un gobierno. No es gobernar. Crear consenso con medidas justas o dictar justas medidas para crear consenso.
Suma de factores
Siendo la realidad compleja y, en ella, operando multiplicidad de factores, como ése de orden silente que se conoce como “expectativas”; ¿no corresponde a la política establecer un plan y un programa que bloqueen alineamiento de los factores de forma negativa?
¿Faltará decisión política? ¿Será la influencia de Néstor Kirchner devenido en ministro de economía en reemplazo de que piensa con mentalidad estática en un rubro político donde se agrupan los jugadores acostumbrados a trabar y no, a proponer? (1) ¿Será el vaciamiento de recursos humanos capaces de ofrecer sabiduría para mantener el rumbo en río revuelto?
Que la población venga sufriendo por 5° año consecutivo índices de inflación de dos dígitos, significa haber colocado a los más vulnerables en estado de marginación de facto.
No haber salido a terminar con la inflación significa mantener procesos desestructurantes como: (a) Potenciar la inestabilidad laboral y llevar a los sectores medios y bajos a vivir la angustia de la impotencia económica; (b) Potenciar la colonización cultural que desvaloriza lo propio, colocando a la divisa extranjera como único refugio de valor; (c) Mantener el asistencialismo como sustituto degradante en lugar de restablecer la dignidad de los trabajadores aplicando políticas de justicia social; (d) Inducir a la fuga de capitales en lugar de retenerlos para aplicarlos a la inversión productiva que signifique crecimiento con desarrollo; (e) Mantener a la Nación en un estado vegetativo sin avanzar al nivel que su potencia de territorio y recursos humanos le ofrece (2) .
Por qué, en lugar de hacer el papelón de colocar a Guillermo Moreno como “ministro” antiinflacionario, diseñar políticas de disuasión y contención. Disuación a través de un trabajo político con las cámaras empresarias, con el agregado de la publicación de estudios que muestren la cadena de costos contrastada con los listados de precios. Contención a través de políticas de estímulo a la producción y a la inversión productiva.
Resulta contradictorio observar al sistema impositivo donde el sector financiero aparece como privilegiado mientras se aplica el impuesto a las gananciasa los asalariados medios, dentro de los limitantes y la natural inequidad que les es propio al sistema capitalista, un sistema impositivo progresivo funciona como factor de redistribución.
Por otra parte, no habiéndose implementado políticas de disuasión y contención, el gobierno no puede negarse a ver los efectos de lo hasta ahora desandado. La realidad consecuencia, hoy trae a través de varias encuestas la información de que los sectores del capital han decidido posicionarse en la vereda de la no inversión. En este escenario, ¿será una mezcla de miopía y voluntarismo aplicar una política de expansión de la demanda esperando que, mágicamente, la respuesta no sea otra que la de inflación?
Gobernar básicamente significa hacer un análisis político que registre las restricciones como las potencialidades que la realidad ofrece. Evaluar las demandas coyunturales y, a la vez, las estructurales. Estableciendo un orden de prioridades, de modo de planificar los recursos con qué afrontarlas. Desde ya que, todo eso, a la vez, exige trabajar en la construcción de consensos. El nivel de armonía y estabilidad social resultan imprescindibles para abordar las respuestas a las demandas y hacerlo dentro de un marco positivo.
Generar armonía y cohesión en el frente interno tiene por efecto primario mantener a la nación bajo un escudo de protección de conflictos, a la vez que opera como factor disuasivo en el frente externo. No por casualidad, la presencia de un frente interno convulsionado, le abre y ofrece al imperialismo decadente inglés la oportunidad de tensionar el irresuelto conflicto de la usurpación de Malvinas habiltando a empresas provadas a realizar trabajos de exploración en el área. Decisión hostil que se acompaña con declaraciones de “voceros” de la delegación diplomática inglesa con clara intención hostil en las que se señala que “el gobierno británico no tiene ninguna duda sobre su soberanía sobre las Falklands y su territorio marítimo circundante ni sobre la legitimidad del emprendimiento de exploración petrolera”.
Hecho que, manifiestamente resulta una de las consecuencias del haber elegido como estrategia de acumulación política la invención del enemigo interno, debilitando a la nación y abriendo brechas de vulnerabilidad que alientan a estos imperios-nación que pese a su ostensible declinación relativa no pierden oportunidad cuando las naciones que usaron como colonias no hace tanto tiempo, pasan por tiempos tormentosos generados por el desgobierno de quienes deberían aplicarse a defender los intereses nacionales.
Un estado de desgobierno que genera, además de producir situaciones como la expuesta, otros dos efectos políticos negativos. El efecto de vacío político que lleva al sectarismo y la fragmentación; y el efecto de vacío político que, como la historia no se cansa de registrar, alienta a los factores de poder a ser ellos quienes, en la sombra, en los salones, se convierten en gobernantes de facto, de hecho. Jugando en el bosque, mientras el gobierno no está.
El gobierno lo confirma, habla de que es acosado por “fuerzas oscuras”, pero que se sepa, salvo en el caso del diario Clarín, que es desde ya oscuro pero que está a la luz sus estrategias y tácticas, silencia la presencia e influencia “oscura” de los tres principales, por poderosos y activos, factores de poder: la embajada, la colectividad y la comunidad. Y en el mientras tanto cree posible tapar el sol de la realidad con el contra discurso político que por su contextura, degrada y se degrada.
NOTA:
(1) Descubridor de las virtudes de los tres balances sin déficit, pero carente de capacidad para afrontar variantes en política económica. Dónde en lugar de diseñar una política de producción para aprovechar el boom de demanda agroalimentaria, abortó la oportunidad pensando en mantener la caja fiscal; dónde aceptó emitir bonos de deuda con clausula de indexación por costo de vida, y no tuvo más pueril idea que demoler el INDEC falseando el IPC (ndice de precios al consumidor).
(2) Estado vegetativo que se refleja en el acento sobre la confrontación en el frente interno y la carencia de una política exterior de posicionamiento internacional.
por Juan Carlos Córica
16/02/10
jccorica@fibertel.com.ar
Voluntarismo político. Impericia de advenedizos. Un escenario económico donde la producción, la inversión y el empleo quedan afuera. La política como juego de rencillas. Epifenómenos del desgobierno, injusticia social y vulnerabilidad soberana.
La Inflación sigue su rumbo desestructurante como si nadie le quisiera poner el cascabel. Un “juguemos en el bosque mientras el gobierno no está”. Una presencia que establece un fatídico y caótico juego económico donde campea la inestabilidad y se proyecta en una pugna típica de la ley de la selva.
Un interjuego miope, donde, alegremente, los sectores del poder económico se desentienden de sus vínculos naturales con la sociedad, adoptando una posición de dominancia que en poco tiempo se le vendrá en contra de sus intereses.
Pero como el pragmatismo mercantilista sólo advierte las consecuencias inmediatas, el escenario que genera, necesariamente, lo tendrá como damnificado más temprano que tarde.
Los desgobernados formadores de precios se aprovechan de su posicionamiento y, como en el actual proceso, sin razón alguna o con razones de efecto estratégico negativo, se agarran de las variaciones de precios internacionales en un contexto de dólar estable como el que se generó luego de la devaluación del 2001.
Detrás de estos se encadenan los comerciantes que se interjustifican por sus necesidades de cobertura en las reposiciones con eventuales mayores costos. Cualquier variable posible se la toma como ancla inestable a punto de desprenderse. Pero, además, a estas seudo razones se le suman los pronósticos de los técnicos que hacen de su nuevo chupete diagnóstico, el monetarismo, una bitácora de poder. Para ellos, consultores, detrás de cada expansión de la base monetaria significa un pronóstico de igual valor en deslizamiento de precios.
Será tan así que si el M1-M2 crece un 10 %, fatalmente los precios crecerán un 10 %. Por qué si con ese aumento se demandarán 100 nuevas unidades producto, el productor no invierte un 10 % más y cubre las 100 unidades producto. Usted seguramente estará pensando que es un planteo infantil. Que, en la Argentina resulta “normal” la inestabilidad, por lo que es más seguro facilitar el cuello de botella, subir el precio, ganar más sobre el costo y no estresarse.
Desde el realismo, pienso lo mismo. Pero cuál es el rol de un gobierno. No es gobernar. Crear consenso con medidas justas o dictar justas medidas para crear consenso.
Suma de factores
Siendo la realidad compleja y, en ella, operando multiplicidad de factores, como ése de orden silente que se conoce como “expectativas”; ¿no corresponde a la política establecer un plan y un programa que bloqueen alineamiento de los factores de forma negativa?
¿Faltará decisión política? ¿Será la influencia de Néstor Kirchner devenido en ministro de economía en reemplazo de que piensa con mentalidad estática en un rubro político donde se agrupan los jugadores acostumbrados a trabar y no, a proponer? (1) ¿Será el vaciamiento de recursos humanos capaces de ofrecer sabiduría para mantener el rumbo en río revuelto?
Que la población venga sufriendo por 5° año consecutivo índices de inflación de dos dígitos, significa haber colocado a los más vulnerables en estado de marginación de facto.
No haber salido a terminar con la inflación significa mantener procesos desestructurantes como: (a) Potenciar la inestabilidad laboral y llevar a los sectores medios y bajos a vivir la angustia de la impotencia económica; (b) Potenciar la colonización cultural que desvaloriza lo propio, colocando a la divisa extranjera como único refugio de valor; (c) Mantener el asistencialismo como sustituto degradante en lugar de restablecer la dignidad de los trabajadores aplicando políticas de justicia social; (d) Inducir a la fuga de capitales en lugar de retenerlos para aplicarlos a la inversión productiva que signifique crecimiento con desarrollo; (e) Mantener a la Nación en un estado vegetativo sin avanzar al nivel que su potencia de territorio y recursos humanos le ofrece (2) .
Por qué, en lugar de hacer el papelón de colocar a Guillermo Moreno como “ministro” antiinflacionario, diseñar políticas de disuasión y contención. Disuación a través de un trabajo político con las cámaras empresarias, con el agregado de la publicación de estudios que muestren la cadena de costos contrastada con los listados de precios. Contención a través de políticas de estímulo a la producción y a la inversión productiva.
Resulta contradictorio observar al sistema impositivo donde el sector financiero aparece como privilegiado mientras se aplica el impuesto a las gananciasa los asalariados medios, dentro de los limitantes y la natural inequidad que les es propio al sistema capitalista, un sistema impositivo progresivo funciona como factor de redistribución.
Por otra parte, no habiéndose implementado políticas de disuasión y contención, el gobierno no puede negarse a ver los efectos de lo hasta ahora desandado. La realidad consecuencia, hoy trae a través de varias encuestas la información de que los sectores del capital han decidido posicionarse en la vereda de la no inversión. En este escenario, ¿será una mezcla de miopía y voluntarismo aplicar una política de expansión de la demanda esperando que, mágicamente, la respuesta no sea otra que la de inflación?
Gobernar básicamente significa hacer un análisis político que registre las restricciones como las potencialidades que la realidad ofrece. Evaluar las demandas coyunturales y, a la vez, las estructurales. Estableciendo un orden de prioridades, de modo de planificar los recursos con qué afrontarlas. Desde ya que, todo eso, a la vez, exige trabajar en la construcción de consensos. El nivel de armonía y estabilidad social resultan imprescindibles para abordar las respuestas a las demandas y hacerlo dentro de un marco positivo.
Generar armonía y cohesión en el frente interno tiene por efecto primario mantener a la nación bajo un escudo de protección de conflictos, a la vez que opera como factor disuasivo en el frente externo. No por casualidad, la presencia de un frente interno convulsionado, le abre y ofrece al imperialismo decadente inglés la oportunidad de tensionar el irresuelto conflicto de la usurpación de Malvinas habiltando a empresas provadas a realizar trabajos de exploración en el área. Decisión hostil que se acompaña con declaraciones de “voceros” de la delegación diplomática inglesa con clara intención hostil en las que se señala que “el gobierno británico no tiene ninguna duda sobre su soberanía sobre las Falklands y su territorio marítimo circundante ni sobre la legitimidad del emprendimiento de exploración petrolera”.
Hecho que, manifiestamente resulta una de las consecuencias del haber elegido como estrategia de acumulación política la invención del enemigo interno, debilitando a la nación y abriendo brechas de vulnerabilidad que alientan a estos imperios-nación que pese a su ostensible declinación relativa no pierden oportunidad cuando las naciones que usaron como colonias no hace tanto tiempo, pasan por tiempos tormentosos generados por el desgobierno de quienes deberían aplicarse a defender los intereses nacionales.
Un estado de desgobierno que genera, además de producir situaciones como la expuesta, otros dos efectos políticos negativos. El efecto de vacío político que lleva al sectarismo y la fragmentación; y el efecto de vacío político que, como la historia no se cansa de registrar, alienta a los factores de poder a ser ellos quienes, en la sombra, en los salones, se convierten en gobernantes de facto, de hecho. Jugando en el bosque, mientras el gobierno no está.
El gobierno lo confirma, habla de que es acosado por “fuerzas oscuras”, pero que se sepa, salvo en el caso del diario Clarín, que es desde ya oscuro pero que está a la luz sus estrategias y tácticas, silencia la presencia e influencia “oscura” de los tres principales, por poderosos y activos, factores de poder: la embajada, la colectividad y la comunidad. Y en el mientras tanto cree posible tapar el sol de la realidad con el contra discurso político que por su contextura, degrada y se degrada.
NOTA:
(1) Descubridor de las virtudes de los tres balances sin déficit, pero carente de capacidad para afrontar variantes en política económica. Dónde en lugar de diseñar una política de producción para aprovechar el boom de demanda agroalimentaria, abortó la oportunidad pensando en mantener la caja fiscal; dónde aceptó emitir bonos de deuda con clausula de indexación por costo de vida, y no tuvo más pueril idea que demoler el INDEC falseando el IPC (ndice de precios al consumidor).
(2) Estado vegetativo que se refleja en el acento sobre la confrontación en el frente interno y la carencia de una política exterior de posicionamiento internacional.
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