Tiene nacionalidad española, pero nació en Roma
y el origen de la dinastía que ostenta es francesa.
y el origen de la dinastía que ostenta es francesa.
Por Eduardo Jorge Rodrigo
Santo Tomás enseña, en la Suma Teológica”, que la pena de muerte solo puede ser aplicada por el Príncipe y ésta debe ser ejecutada por medio de personas designadas al efecto por él. La pena de muerte solo le es permitida realizar a la autoridad pública. Allá, por los tiempos de Santo Tomás, la autoridad pública era el Rey. Hoy día hay monarquías, pocas y no están insufladas por el espíritu que otrora supieran tener, ejemplo de esto en nuestros días es la monarquía española ejercida desde años por reyes borbones, usurpadores de la España del siglo XV por las mercedes de un tratado (Utrecht) firmado por Inglaterra, Francia, Portugal y Holanda.
La monarquía en tiempos democráticos es algo que suena raro. Suena raro que un Príncipe más que depositar por imperio de su autoridad, se someta a la de sus subordinados. Dantesco, ridículo, por lo menos resulta esto.
Los Estados, hoy día, el nuestro por ejemplo, cuenta con tres poderes, cada uno destinado a cumplir un rol que la Constitución le otorga. Es decir que quien hoy reina y unge es la Constitución de la Nacional. Estamos viendo, a propósito de lo dicho, que se han autorizado abortos en la Argentina, o lo que es igual, se mate en el vientre materno a “un ser humano”. Necesario parece explicar que el término adecuado no es “matar” sino que es “asesinar”. Asesinato premeditado y con alevosía porque se sabe qué se va a cegar y deliberadamente a alguien que nada ha hecho para merecerlo; que se le va a ejecutar sin piedad, con dolor, pues se le habrán de cercenar partes de su cuerpo para que ese cuerpo muera como si con ello se impidiera su “ya existir”. ¡¡ Terrible cosa, bárbara cosa !!, si acaso faltara decirlo, y; si acaso bastara expresar que cualquier cosa que impida por cualquier medio humano el desarrollo de la vida de un inocente no fuera criminal.
Ahora cabe que se pregunte el ciudadano qué uniformidad de criterio en materia judicial en la Argentina al respecto existe cuando no todos los jueces autorizan se cometa esta brutalidad. En esto de lo laxo de la justicia (tanto en este como en otros aspectos), preguntarse también cabe, ¿ cuál es el papel del resto de los poderes que lavan sus manos y en qué fuente las lavan, si en la fuente de la sangre de los inocentes ejecutados... o en la otra forma de fuente de la cobardía que es la que se manifiesta por lo que conocemos como autoría intelectual o fuente que no vemos ?. El silencio del Ejecutivo, asociado al del Legislativo ha dejado al poder Judicial la competencia de lavarse las manos llenas de sangre que se suman a aquellas que el 28 de Diciembre conmemora el Pueblo Católico, hoy viviendo desterrado en su propia tierra.
Vivimos en un país democrático (país significa “esclavo” en hebreo, creo. Corrijame Usted si me equivoco). Dicen que el pueblo gobierna por sus dirigentes y que estos fueron escogidos por el mismo pueblo. Pero hete aquí que el pueblo no elige otra cosa que no sean proyectos (eso es lo que representan lo hombres que han sido elegidos por el voto popular). Sin embargo no se ha escuchado a ningún dirigente expresar, previo a cada elección, que en su proyecto estuviera impedir que una vida, que se esté gestado en el vientre materno, nazca. ¿ Podría caberle al príncipe que gobierna a este Pueblo decir al Pueblo de la Nación que la sangre de los inocentes caiga sobre el pueblo… ?. Ciertamente que esta dirigencia política ni siquiera tiene la capacidad de aquel que, no siendo político porque era militar, inmortalizo la frase.
El rey de una Nación Católica ha firmado la pena de muerte para los hombres que se estén gestando en vientre materno. Qué calificativo cabe a este hijo de…. Felipe IV (ahorremos términos soeces si tenemos muchos que pueden suplirlos con holgura y el escogido no ha sido al azar). Este hombre, más que por lo que representa su suntuosa vestimenta, sino por lo que representa España y su Gloria, merece la pena de muerte. Pero, ¿ se la podrá dictar él a él mismo ?. Sería suicidio y seguramente firmaría su no aceptación a no quitarse la vida por mano propia por considerarla anticatólica. ¡¡ Hipócrita !!. Esta lacra debe ser exonerada de la Iglesia.
Juan Carlos de Borbón y Borbón, no es Español y, aunque nacido en Roma, tampoco es Católico, es masón.
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