Blas Piñar nació en Toledo en 1918. Es Doctor en derecho y notario, ejerciendo su profesión en Murcia y Madrid. Ocupó cargos en Acción Católica durante su época de estudiante. Francisco Franco le nombró consejero nacional del Movimiento y procurador en Cortes. Fue además director general del Instituto de Cultura Hispánica en 1957.
Según Blas Piñar, muchos creen que la transición española comenzó a producirse a partir de la muerte de Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975, pero en realidad comenzó a gestarse en años anteriores, que fueron preparatorios, cuando se produce el brutal asesinato del que fuera Jefe de Gobierno, Almirante Carrero Blanco.
Piñar se refirió a la transición en España, pero sus dichos son una réplica aplicada a cada nación hispanoamericana, con graves coincidencias en la metodología denunciada por el mismo.
Tras la homilía pronunciada por Don Marcelo González, Cardenal y Obispo de Toledo durante la Misa por el alma del Caudillo en la Plaza de Oriente en Madrid, Blas Piñar recordó que le manifestó al Cardenal que en ese día enterraban a Franco, pero a partir del día siguiente enterrarían su obra.
Según el ex Consejero Nacional de Franco, la transición con sus resultados nefastos que todos conocen y sufren, no fue fruto del azar, sino la consecuencia de un proceso desintegrador que tuvo sus coautores, gestores y ejecutores, responsables de la situación dramática. Para el éxito de la transición sus coautores conocían perfectamente la psicología del pueblo, tenían la experiencia de la última contienda bélica, y aprovecharon la profunda crisis en la Iglesia Católica a partir del Concilio Vaticano II.
Entre la España que resurgió de la Cruzada que recobró su identidad histórica, y la España actual, hay diferencias abismales. Las naciones, como los seres individuales, cada hombre, tienen y tenemos nuestros enemigos. En las naciones los enemigos son de dos clases: los exteriores y los interiores, expresa Piñar.
Los enemigos exteriores de las naciones son la invasión de su territorio, la destrucción de su patrimonio artístico, la destrucción de su infraestructura base de su economía, y el asedio y empobrecimiento de esas mismas economías nacionales.
Los enemigos interiores son íntimos, que afectan al alma, al espíritu nacional, y atentan contra las potencias del alma, porque las naciones y las personas tienen memoria, tienen entendimiento y tienen voluntad. ¿Cómo se ataca a la memoria? Ahora con el proyecto y puesta en marcha de lo que se llama “memoria histórica”, que en realidad es una tergiversación y una manipulación de la Historia para hacer que el pueblo pierda su identidad. Atacan la inteligencia y la razón, confundiéndola con la reiteración permanente de la mentira, presentándola como una verdad indiscutible e irrevocable. Y atentan contra la voluntad colectiva debilitándola y corrompiéndola con una mentalidad hedonista, de tal manera que el pueblo adormecido y como hipnotizado es incapaz de toda reacción frente al poder político.
Finalmente, Piñar denuncia que este proceso de ataque a las potencias del alma colectiva era lo que el plan perseguía: la inversión de la victoria. A la victoria había que arrancarle sus alas, y las alas significan la filosofía política de un régimen, es decir, lo que se trataba era de marginar y hacer ineficaces los principios fundamentales del movimiento que dio origen a la Cruzada y a un Estado Nacional al servicio del Bien Común para sustituirlo por un Estado con esa inversión de la victoria inspirado y basado en una filosofía diametralmente opuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los mensajes son moderados antes de su publicación. No se publican improperios. Escriba con respeto, aunque disienta, y será publicado y respondido su comentario. Modérese Usted mismo, y su aporte será publicado.