jueves, 15 de julio de 2010

ARGENTINA AMANECIÓ CON EL HOMOMONIO APROBADO POR EL SENADO

Congreso Profamilia

En el Senado no se aprobó una Ley, sino una ideología carente de sustento jurídico. Los mismos senadores que votaron a favor del proyecto, señalaron múltiples defectos de la Ley, y no actuaron como cámara revisora ni analizaron los artículos del proyecto aprobado. No les importó ninguna manifestación de repudio al proyecto por más numerosa que pudiese haber sido.

Todo se limitó a esgrimir argumentos en un diálogo entre sordos, donde las componendas son la norma. Seguramente ha sido intercambiado la aprobación en diputados del proyecto vetado por la presidente Cristina Kirchner como la Ley de Glaciares, por el homomonio aprobado en el Senado. No es muy difícil de ver cómo funciona el laboratorio de la burbuja legislativa.

Con 33 votos a favor y 27 en contra, el Senado convirtió en ley el proyecto que modifica el Código Civil para habilitar el matrimonio entre personas del mismo sexo. El debate duró 14 horas y tuvo momentos de tensión. La iniciativa fue apoyada por el kirchnerismo y algunos senadores radicales.

La norma, aprobada por 33 votos a favor y 27 en contra, con 3 abstenciones, contó con el respaldo de los bloques del Frente para la Victoria, la Unión Cívica Radical, el socialismo y la Coalición Cívica.
En cambio, en contra lo hicieron la mayoría de los senadores pertenecientes al peronismo disidente, así como la gran mayoría del bloque radical, ya que muchos de ellos preferían el tratamiento de la unión civil.
La votación fue seguida en el exterior del Congreso por numerosos adeptos del apoyo al matrimonio homosexual, los cuales de manera patoteril expulsaron a un grupo de católicos que rezaba el Rosario ante el Congreso, les arrancaron violentamente los carteles, les tiraron naranjazos, huevazos, los agredieron de mil modos sin que la Policía hiciese una sola acción para contener el desmadre. Víctimas del odio, de la “discriminación” por parte de los “discriminados”, víctimas de violencia física y moral, una turbamulta ponía en peligro no sólo la integridad de quienes sólo estaban rezando, sino su propia vida. Todo esto fue omitido por el titular del INADI, Claudio Morgado, quien se limitó a declarar que se trata de una “fiesta”.
La aprobación se produjo tras más de 14 horas de “debate”, que incluyeron momentos muy álgidos, sobre todo al final, cuando el presidente del bloque del Frente para la Victoria, Miguel Angel Pichetto, consideró que un artículo del proyecto de Unión Civil presentado por el peronismo disidente tenía connotaciones "nazis" por prohibir la posibilidad de adopción por parte de las parejas homosexuales, además de atacar a Mons. Bergoglio, de Mons. Aguer, Mons. Marino y a los católicos, evangélicos y a todos los que se manifiestan en contra de estos proyectos inicuos, exhibiendo la raíz esencialmente anticatólica, injustamente discriminatoria y antireligiosa del proyecto aprobado, ya que mientras dogmáticamente afirmaban que no había que aludir a la Fe ni a la moral, ni a la psicología, ni al Orden Natural, se dedicaban a agredir a cada una.
Y mientras el homomonio era aprobado, la senadora Negre lloraba porque le dijeron “nazi”, pidiendo la retractación de Pichetto que así lo hizo. ¿Cuál es la gravedad de que la tilden los nazis a ella de nazi? Porque los argumentos esgrimidos por el oficialismo y sus adláteres no son más que la expresión de cada postura condenada por la encíclica de Pío XII Mit Brennender Sorge, que condenó precisamente al nazismo. Efectivamente, los kirchneristas son nazis por filiación ideológica y por procedimientos.
La iniciativa que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo permite la adopción, así como la práctica de métodos de fertilización asistida, situación no regulada por el Código Civil ni por la legislación argentina, y que por tanto tiene un bache jurídico (ya que cabe destacar que una cosa es facilitar las vías de la concepción natural y otra muy distinta el aval a sistemas antinaturales de concepción y gestación de bebés humanos que nacen de un papá y una mamá que respectivamente tienen cromosomas XY y XX, dato que olvidaron los legisladores, o que recordándolo hicieron caso omiso).
Al momento de votar, el Senado primero debió decidir sobre el dictamen de mayoría que rechazaba la iniciativa venida de Diputados, para luego votar el que aprobaba el proyecto que impulsaba el oficialismo. No hubo aprobación en general y luego de cada artículo, sino que fue “a todo o nada”, lo cual constituye una irregularidad en el tratamiento del proyecto.
A su turno, el jefe del partido radical, Ernesto Sanz consideró de modo fundamentalista, a tono con el oficialismo, que no autorizar el matrimonio entre personas del mismo sexo es "inconstitucional" y que ello viola los artículos 16 y 19 de la Constitución que versan sobre la igualdad de los derechos, lo cual no es más que una mentira que además viola el art. 17 del Pacto de San José de Costa Rica.
En contra de la iniciativa lo hicieron la mayoría de los integrantes del peronismo disidente, como la senadora Hilda González de Duhalde, quien se mostró "de acuerdo con el proyecto de unión civil" que fue impugnado por el oficialismo y descartado para el tratamiento por el presidente provisional del Senado, José Pampuro.

Ahora, todos a comprar ropa de lata, porque la que se viene es muy fea…

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