Por Emilio Nazar Kasbo
Sí, la Argentina se ha convertido en un gran manicomio donde la locura es Ley, y donde los chalecos de fuerza son para la gente normal. ¿Normal? ¿Y quién dice qué es lo normal, cuando la Ley aprueba que dos hombres y dos mujeres se puedan casar en un acto formal ridículo por falta de objeto en el acto? Precisamente esa es la gran locura: lo que era normal, ya no lo es, ya no hay “norma”.
Antes era “normal” la Ley de gravedad, pero rigió durante el Proceso Militar. Algunos científicos especialistas han descubierto que su aplicación se remonta a la época represora de Onganía en la Argentina, y tal vez por eso nuestro Congreso se plantee su derogación. Los que dirigen este manicomio, ocupan los más altos cargos públicos ¿Quién osará contradecir a estos locos?
Un argentino que actualmente vive en el exterior se ha cuestionado recientemente: “Cuando las minorías son mayoría, me pregunto ¿a dónde está la trampa?” Así funciona la politiquería nacional: no se hace caso a la Verdad, porque según ella no importa la mayoría, pero la mayoría es la que establece la verdad en la democracia… pero al momento de aplicar la Ley para la mayoría, es la minoría la que se impone a la mayoría, para modificar su forma de vida y adaptarla a la de esa minoría. En este caso, la mayoría (que decide cuál es la verdad), no cuenta a la hora de tomar decisiones en contra de esa misma mayoría. Así funciona la politiquería argentina, ante la indiferencia y el estupor de diversos sectores de la sociedad.
Y una vez aprobada la Ley que impone lo antinatural a las personas normales, a la mayoría, los medios que acompañaron con bombos y platillos la medida se llaman a silencio sobre el tema. Ya se terminó: ya lo lograron. Ahora van por otra cosa, y lo que sucedió hace 10 días se convirtió en una anécdota del pasado.
Un abogado que mató a su madre defiende a una asociación madres que reclama la aparición con vida de sus hijos, pero que apoyan el aborto para la desaparición genocida de miles y miles de niños (para que no aparezcan con vida).
Sí, en 1987 fueron por una Ley que disolviera el matrimonio en Argentina, buscaban una ley de divorcio. Esos mismos personajes, en el año 2010, tuvieron la grandiosa idea de que querían una “ley de casamiento” para quienes no se podrían casar, pero discriminando las relaciones incestuosas, con animales o entre más de dos personas.
Las personas que viven en la Argentina, están todas entre rejas en sus mismos hogares para obtener seguridad. Y son los ladrones y delincuentes quienes están libres. Las rejas son para los hombres libres, que viven en una “prisión domiciliaria”, mientras que los delincuentes son quienes gozan de todos los derechos y de la posibilidad de ser personas respetables en la sociedad. No hay rejas para los grandes delincuentes, y sólo para presos políticos que son denigrados, ya que no son considerados seres humanos por el Gobierno.
Los ladrones ya no ingresan por las ventanas a los hogares, ya que han sido puestas las rejas. Ahora entran por la puerta de despachos públicos, con la lleve de los votos. Claro que para obtener los votos debieron presentar su propio prontuario al Partido ganador, que está lleno de gente afín al rubro. Venden su alma al diablo por estar ahí…
La policía custodia a los piqueteros y a los que cometen desmanes, pero hacen multas a quienes estacionan mal el vehículo o reprimen a quienes se reúnen a rezar el Rosario en la calle, acto por demás oprobioso en la sociedad actual, incluso para ciertos clérigos. No es el ciudadano normal el digno de protección policial, porque cuando lo normal ya no lo es, el digno de protección y de seguridad es el delincuente que entorpece el tránsito realizando cortes de avenidas y cuanto desmán se le ocurra.
En zonas residenciales, hay vecinos que piden lomos de burro para que los vehículos no transiten con gran velocidad, pero los mismos vecinos piden que se eliminen los lomos de burro una vez que han sido colocados, porque se dan cuenta de que aumentan los robos de autos. Se venden departamentos en edificios donde hay vecinos que no quieren construcciones de gran altura.
Toda la TV nacional es un mismo programa transmitido por diversos canales, en que los programas tratan sobre lo peor de los otros programas ¿esta es la “cultura”? No sirve ni de distracción, ni de entretenimiento, ni para educación ni para educación o instrucción ¿entonces para qué sirve? Para alimento espiritual de los degradados. Gente que no tiene la más mínima pizca de moral instruye a los demás sobre la inmoralidad y sobre lo nocivo de la gente que plantea la ética en la vida.
La Argentina es un país donde la dieta del pueblo no es la dieta de sus legisladores, que viven como ñoquis porque su trabajo es analizar si dan o no quórum, y en su caso votar según su conveniencia personal y no según el interés de la Patria.
Sí, la Argentina es un país de locos, donde un tipo fue elegido como “la mujer del año” por los legisladores, donde matar estando drogado es un atenuante o un eximente, y donde no hay límite para lo irracional, que todos parecen aceptar con gran impasividad.
Se deja de reprimir el consumo y el tráfico “minorista” de drogas, y el gran tráfico es omitido, porque hoy la religión del pueblo es el opio. ¿Y a quién le importa cuántos son los que acaban muriendo por esta causa?
Durante fines del año 2001 los ahorristas, cantando el Himno Nacional Argentino, pedían frente a los bancos que les devolvieran los dólares que habían depositado en lugar de la moneda del país. Sí, en Argentina el cardiólogo más importante, que a la vez era una eminencia mundial, se pegó un tiro en el corazón, mientras que el Che Guevara se hizo prócer sin fundar ni una escuela ni un hospital (y además, ejerciendo ilegalmente la profesión de médico).
La locura nacional llega a que el jefe de la oposición es el número dos del oficialismo ocupando la Vicepresidencia de la Nación..
En Argentina se prohíben las exportaciones, y se impide la producción con múltiples impedimentos.
Efectivamente, en este país solamente un matrimonio (dos personas compuesto por un varón y una mujer) con 55 millones de Pesos declarados como patrimonio incrementado en gran proporción durante su período como gobernantes, supuestamente combate enfurecidamente la concentración de capitales de quienes no responden a sus propios intereses.
Eso sí, le quieren hacer una estatua a Maradona, seguramente por todo el resto de sus méritos: haber surgido como figura durante el Proceso Militar (en 1979), para luego tatuarse la imagen del asesino Che Guevara en su hombro, drogarse, caer en todo tipo de excesos, ser amigo de Hugo Chávez, fracasar en todos los órdenes de la vida, para finalizar hasta el momento perdiendo el Mundial de Fútbol por ser un pésimo director técnico que carece de metodología, de ciencia, de planificación y de estrategia.
En la Argentina, la partidocracia es como una moneda con dos caras iguales con la que siempre perdemos, porque nos seca a todos.
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