El Consejo Directivo de la Facultad de Bellas Artes de la UNLP aprobó un documento donde se manifiesta a favor del proyecto de ley 0998-D-2010 de "interrupción voluntaria del embarazo, por la legalización y despenalización del aborto".
Muchos se preguntan qué conocimiento pueden tener en Bellas Artes de la cuestión médica y psicológica, qué autoridad puede tener semejante dictamen que atenta contra los derechos de la persona concebida en el vientre materno, según lo afirma nuestra Constitución y el Pacto de San José de Costa Rica.
La propuesta fue presentada por la agrupación de mujeres Pan y Rosas-Contraimagen/En Clave Roja (conducción del centro de estudiantes). Según indicaron desde ese movimiento, recibió 14 votos a favor y 2 en contra.
De esta forma, el órgano de co-gobierno de esa unidad académica se sumó a los pronunciamientos ya realizados por el Consejo Directivo de la Facultad de Periodismo de la UNLP (también esta semana), del Consejo Superior de la UBA y de la UNCba.
La consejera superior, Laura Champeau, integrante de Pan y Rosas, expresó: “Es un paso adelante que el Consejo Directivo se pronuncie a favor de un derecho elemental como el derecho al aborto. Hace años que los y las estudiantes venimos luchando en la facultad por la legalización del aborto, y presentamos este proyecto para sumar más voces a favor”.
Es decir, consideran como un derecho el aborto personal, el cual extendido se convierte en un genocidio. Por tal motivo, los que plantean estas cosas pueden llamarse genocidas.
Champeau dijo que “se trata de la libertad de decidir sobre nuestros cuerpos y también de acabar con una enorme discriminación, ya que en el país se realizan más de 500 mil abortos por año, pero las principales víctimas de la clandestinidad son las mujeres pobres y de los sectores populares que no tienen dinero”.
Pero está demostrado que genéticamente la persona humana concebida no es parte del cuerpo de la mujer, ya que tiene un código genético diverso desde ese mismo instante de la concepción. Del vientre de una mujer, no puede nacer otra cosa más que una persona humana, y por ello desde la concepción tiene derecho a ser respetado en su vida e integridad. Quienes son víctimas de clandestinidad, son los bebés concebidos que son abortados (es decir, asesinados).
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