Por Carlos Manuel Acuña
Kirchner utiliza a Moyano para debilitar a Scioli y crear un atmósfera enrarecida. La situación se complica mientras la basura es sólo una excusa en esta crisis de final impredecible. Comienza la inquietud seria entre los más cercanos al poder central. Como se sabe, el matrimonio hará lo indecible para no perder el control. La incidencia del dictamen que declaró al asesinato del coronel Larrabure como delito de lesa humanidad, definición que se extenderá automáticamente a otras causas.
La situación tiende a complicarse a medida que los Kirchner se sienten acorralados. Ahora, dependientes del poder que le otorgaron a Hugo Moyano, deben soportar igual que todos el mal olor de la basura acumulada por decisión del propio secretario general de la CGT y presidente del Partido Justicialista bonaerense. Néstor no es ajeno a esta maniobra política y no mide que sus resultados le resultarán, a la larga o a la corta, negativos y mucho. Lo que importa es generar el conflicto, ahondarlo como parte de la nueva estrategia donde el buen Hugo juega un papel importante.
Es - y será - nada más y nada menos que el ariete que servirá para impulsar un desorden que se vislumbra en un horizonte que se hace cada vez más negro y peligroso. Por un lado, el santacruceño especula, tal como lo dijimos en esta columna, que el gobernador de la provincia de Buenos Aires se someta al complejo juego aún no definido para mantenerse en un poder que se le escapa de las manos.
Por el otro y ante la posibilidad de que Daniel Scioli rompa definitivamente con el poder central, Néstor Carlos se apresta a jugar las fichas que lo debiliten y lo dejen a un costado de la posibilidad de postularse a la presidencia de la Nación para las elecciones del 2011. En realidad, todo el empeño del matrimonio está puesto en bloquear a cualquiera que demuestre una cierta posibilidad electoral, sea del PRO, radical o de cualquier alianza o entendimiento que pueda formularse. Si esto no se entiende, nunca se conocerá la intimidad de este proceso que se abate sobre la República y su futuro incierto desde hace tiempo.
Néstor aún no sabe bien que hará para quedarse con el control de la República Argentina pase lo que pase, suceda lo que suceda. Con preocupación, observa que ya está planteado un serio encontronazo político e ideológico con una eventual ruptura del orden público, ante la decisión de la Justicia santafecina de caratular al asesinato del coronel Argentino del Valle Larrabure como delito de "lesa humanidad". Con esto, los delincuentes terroristas que participaron del asalto a la Fábrica Militar de Villa María, cuando fue secuestrado, deberán presentarse ante los estrados judiciales para ser indagados. Por extensión, el caso se ampliará al resto de los responsables de los más de 20 mil actos terroristas cometidos durante los años setenta y comienzos de los ochenta, lo que en pocas palabras significa que habrá indagatorias, procesos e inicio de causas que obligarán a prisiones preventivas y medidas conexas. ¿Se imagina el lector la situación...?
Para cualquier observador, este dato más que potencial, tiene un hondo significado que pone en un pie de igualdad a los presos políticos y a los delincuentes subversivos. ¿Que harán Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto? ¿Como se pronunciará el influyente agente de inteligencia Horacio Verbitsky o el abogado de bajo perfil pero de importante trayectoria en distintos campos revolucionarios, Rodolfo Matarollo... o el hijo de Raúl Clemente Yaguer cuyo padre participó de la voladura de la casa del ex secretario Guillermo Walther Klein? Sólo mencionamos estos nombres como al pasar, diríamos que elegidos al azar de un larguísimo listado cuya enunciación ya generaría complicaciones interesantes.
¿Cómo reaccionará el dirigente revolucionario Eduardo Luis Duhalde o Miguel Bonasso o tantos otros involucrados en muertes trágicas, robos y asaltos?¿Como se moverá el aparato internacional que controlan los ahora autodefinidos como progresistas? Son muchas las preguntas y los hechos plagados de muertos inocentes que pueden traerse a colación y por cierto, cabe interrogarse, por ejemplo, que hará Diana Conti cuando el nuevo Consejo de la Magistratura contribuya a la independencia de criterio por parte de los Jueces que no admitan presiones.
Pero dejemos a un lado las preguntas que se derivan de la nuevo escenario, habida cuenta de que si las formuláramos ocuparíamos páginas y páginas para llevar adelante nuestro comentario. Néstor y Cristina saben buena parte de todo esto pero sobre todo de las consecuencias que comenzarán a vivirse dentro de poco.
Frente a este panorama, también se conoce -y eludimos expresamente el vocablo sospecha, más simple y de alcances más limitado- que los dos harán lo imposible para no perder el control del poder. Moyano, más allá de cubrir de basura a los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires y amenazar con bloquear la actividad cotidiana de los Argentinos, ya forma parte del juego estratégico que el matrimonio no dudará en ejecutar de la manera más descarnada.
Alejado de sus aventuras represoras en Mar del Plata cuando se enfrentaba a la subversión junto con los militantes de la Confederación Nacional Universitaria - la célebre CNU que tuvo sus muertos heroicos en manos de montoneros o erpianos, lo mismo da- ahora forma parte de otra clase de activismo. ¿Será el encargado de producir la atmósfera contestataria lo suficiente intensa como para que los Kirchner dicten algo así como un estado de excepción para romper, frenar o evitar las obligaciones electorales que establece la Constitución Nacional?. Todo es posible.
El negocio de la basura es sólo una gota ínfima entre los millones y millones (de dólares y no de pesos) que están en juego, aunque esto no es lo único. Las cuentas en el exterior que integran algunos informes ya elaborados, contienen recursos más que suficientes para atender las necesidades de quienes eventualmente deban partir presurosos.
Algunos, prevenidos, preparan sus valijas y contactan con plazo suficiente a sus amigos en el exterior ante cualquier imprevisto en el mediano plazo. Lo más importante, el temor más profundo, es al peso de la ley que, inexorable, siempre llega como lo demuestra la historia.
Cristina, Néstor, Hugo, Carlos - son varios - y tantos otros de un largo listado, son nada más y nada menos, que el anticipo, los pasos adelantados de un encontronazo (por llamarlo de alguna manera) que espera desde hace rato y que deseamos que sea el último, dure lo que dure.
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