Reproducimos a continuación dos textos, uno del Brig (R ) Alberto Simari, y el siguiente de Cristina Bignone, hija del último Presidente de Facto de la Argentina, quien actualmente es preso político.
Por si alguien creyó que la guerra había terminado...
esto también forma parte de ella. O los matan con la no atención medica o los envenenan, vean la fotografía adjunta.
Me cuesta creer que se puede leer esto sin sentir el dolor, la angustia, la impotencia de quien sabe que estamos hablando de un ser humano que cuando fue presidente argumentaba y actuaba continuamente para que las FF.AA entregaran el poder a fin de lograr armonía en la convivencia y los militares nos dedicáramos a nuestra tarea específica.
La cárcel es para aquellos que constituyen un peligro para la sociedad, así lo expresa la Constitución y en la Argentina están presos los que toda la vida se dedicaron a formar una familia digna cuyo mejor testimonio es ver lo que criaron, formaron con el celo de buenos padres y cuya conducta dentro de la sociedad es inobjetable.
Hasta cuándo van a prolongar tanta injusticia y los demás ser indiferentes al dolor y vejación de los camaradas.
Brig. (r) Alberto Simari
TEXTO DE CRISTINA BIGNONE:
Hola a todos:
Perdón que los moleste, esta vez con algo personal y perdón si las foto no les gusta.
Papá tiene juicio (otro más) dos veces por semana, los lunes y los jueves. La comida se la llevaban ellos (los acusados, por supuesto) con elementos que le acercamos la familia.
Este miércoles, cuando mi papá estaba dormido porque se acuesta temprano ya que los levantan también muy temprano para trasladarlos al Anfiteatro que cumple las funciones de "Tribunal" (como todo es falso, el lugar no podía ser menos falso).
Lo despiertan para entregarle la "vianda" que le serviría para almorzar al día siguiente.
Recibió un paquete envuelto en papel madera mal cortado. Para poder recibir el paquete tuvo que firmar un formulario por triplicado. Cuando lo abrió encontró el hermoso sandwich que pueden ver en la foto.
Afortunadamente mi viejo cuenta con nosotros que le podemos proveer comida. Hay otros compañeros de él de pabellón que tienen su familia lejos o simplemente no tienen familia. El se pudo dar el "lujo" de no tener que comer semejante porquería. Pero hay otros que no.
Piensen que, como detenidos, no pueden llevar cubiertos ni dinero, y en el "supuesto tribunal" no hay lugar alguno para calentar nada porque, como les conté, es un anfiteatro. Si apenas cuentan con una mesa y sillas que les consiguió el Servicio Penitenciario.
Papá tiene 82 años, el General Riveros 87 y Patti está en una ambulancia.
El lugar es frío e inhóspito. ¿Puede gente de esa edad, no sólo ser trasladados durante horas, tener esperas interminables, insultos cuando aparecen los "supuestos defensores de derechos humanos", y encima comer semejante basura?
Perdonen la descarga pero realmente estoy indignada.
Beso a todos
Cristina Bignone
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