Los jesuitas eligieron en enero de 2008 al nuevo padre general de la orden que con santidad y en defensa de la Tradición fue fundada por San Ignacio de Loyola en 1540.
Ese "Papa Negro" es el español Adolfo Nicolás, quien hoy tiene 73 años, asumiendo en un momento de completa debacle vocacional.
Numerosos jesuitas actualmente se preguntan qué es lo que sucede con las vocaciones que ya prácticamente son inexistentes. El padre Nicolás sorprende por similitudes en su vida con el vasco padre Pedro Arrupe, quien fuese elegido en 1965 a pesar de sus ideas progresistas y llegó a contradecir a los Papas Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II en todo el llamado "post-concilio" Vaticano II de la mano de quienes pretenden inventar una "tradición" eclesial de no más de 40 años que borra todo el pasado como "antiguo", proposición modernista condenada ya por San Pío X.
JESUITAS INTERVENIDOS
Juan Pablo II debió intervenir la Compañía de Jesús, que se mantuvo en esa situación hasta que en 1983 fue designado el holandés padre Peter Hans Kolvenbach, de rito oriental y radicado en el Líbano.
Arrupe renunció después de una trombosis cerebral, y murió en 1991. Más allá de ese hecho, Arrupe fue un simpatizante de la Teología de la Liberación, condenada por Juan Pablo II en sus desviaciones del Magisterio.
Cabe destacar que el cargo que hoy ocupa el P. Nicolás es vitalicio, aunque es posible la renuncia al cargo.
Al mismo tiempo en que asumía su cargo el P. Nicolás, el eminente padre Martínez Camino fue consagrado obispo por el cardenal Rouco Varela y otros 70 prelados en la catedral de La Almudena en España.
Los Jesuitas deben tener un voto especial de obediencia al Papa, enseñado y querido por San Ignacio y que también tiene sus rastros en los famosos Ejercicios Espirituales que él enseñara a predicar. Resulta extraño ver cómo se han deformado la prédica de los Ejercicios Espirituales entre los jesuitas, cómo se han divulgado doctrinas heréticas entre los sacerdotes y los laicos a ellos unidos, cómo se cometen abusos y delitos litúrgicos, y cómo se abandona la Tradición de la Iglesia para inventar "nuevas ideas" que jamás fueron enseñadas por Jesucristo... y muchos después se preguntan el motivo por el cual no hay vocaciones.
ANTI-TRADICIÓN HERÉTICA
¿Cómo es descripto en clave eufemística el P. Nicolás? Reproducimos textualmente de una web que hace su apología: "El P. Nicolás ha sido Superior Provincial de los jesuitas de Japón. Ha pesto énfasis en la prioridad de la inculturación, la opción por los pobres, el encuentro interreligioso, la protección de la vida y del ambiente, la inseparabilidfad de la fe y la promoción de la justicia… Con capacidad de acogida para personas muy diferentes."
Benedicto XVI incluso les envió una carta en la cual dijo que la orden debe confirmar su propia obediencia a la Iglesia.
Los aspectos en los que el Sumo Pontífice pide obediencia rígida se refieren a "la relación entre Cristo y las religiones, algunos aspectos de la teología de la liberación y varios puntos de la moral sexual, sobre todo en lo que se refiere a la indisolubilidad del matrimonio y la pastoral de las personas homosexuales".
Al parecer, en las universidades, colegios y ambientes jesuitas en el mundo, es floja la sintonía con el Vaticano y el Papa Ratzinger.
En su primera conferencia de prensa después de asumir, el P. Nicolás afirmó: "Yo no soy P. Arrupe, yo amo al P. Arrupe, lo admiro, ha influido en mí, lo he tenido como superior cuatro años en Japón, incluso lo había conocido antes, en el colegio... estoy en proceso, in fieri, hasta que me convierta en lo que Dios quiere de mí, de todos nosotros".
EN LA PRÁCTICA
Veamos cómo se lleva a la práctica en las instituciones jesuíticas en base a las directivas y al ambiente que se vive dentro de la Compañía de Jesús.
Fue invitado a disertar en la Universidad de Georgetown Ron Paul. Para un latinoamericano esto puede no significar nada, pero sí para un estadounidense.
Ron Paul es un médico y político del Partido Republicano de los Estados Unidos, representante por el décimo cuarto distrito de Texas en la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos. Hasta ahí, nada afecta al catolicismo. Pero es necesario profundizar en sus ideas para descubrir la contradicción.
Paul, acerca del aborto provocado, sostiene que cada Estado de la Unión debe decidir permitirlo o negarlo, no el Estado federal. Cree que el gobierno federal no tiene derechos para definir el concepto de matrimonio y ha indicado que la intervención federal en esta cuestión es una “usurpación trascendental en el poder de los Estados”. Además, ha afirmado que no cree que deba haber ningún control federal sobre educación y que ésta debería ser administrada a nivel local y de cada estado. Ahora sí podemos ver cómo es disfrazada una postura netamente anticatólica bajo el manto de una falsa libertad y de unos falsos derechos, en que cualquier secta antinatural e incluso satánica podría decir que se dedica a la "docencia".
En la fotografía al inicio de la nota, vemos al legislador estadounidense Ron Paul en la Universidad Jesuita de Georgetown, alma mater de Bill Clinton y de Carroll Quigley (un historiador de "best seller" que escribió libros como "Tragedia y Esperanza" o "La Evolución de las Civilizaciones"). Sorprenden los típicos símbolos masónicos en la pared detrás del disertante. ¿Este es el diálogo y la fidelidad al Magisterio de la Orden Jesuítica?
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