Las autoridades alemanas investigan una muestra fotográfica en el Museo de Arte Moderno de Fráncfort para determinar si algunas de sus imágenes constituyen un caso de pornografía infantil, según confirmó la policía.
Un visitante avisó a las autoridades al considerar "desagradables" algunas fotografías de la exposición "The Lucid Evidence", en la que pueden verse pornográficos retratos de niños desnudos.
"Pudimos aclarar que en las fotos denunciadas, donde se ve a jóvenes teniendo sexo, se trata en realidad de adultos jóvenes", explicó el portavoz policial Alexander Kießling. Sin embargo, "el artificio está llevado aquí al límite de la legalidad" en la edad de los retratados, aunque la pornografía no deja de ser eso: pornografía.
La policía envió el caso a la Fiscalía General de Fráncfort para que tome una decisión definitiva sobre la muestra.
El vicedirector del museo, Peter Gorschlüter, defendió frente a los agentes las fotos de la polémica, en su mayor parte pertenecientes a los artistas Jock Sturges, Larry Clark, Dino Pedriali y Nobuyoshi Araki. "Les aclaró el contexto histórico artístico de las obras, y les indicó que ya fueron exhibidas en exposiciones de todo el mundo", señaló una portavoz del museo. Tales argumentos pretenden justificar la pornografía y la insinuación de pornografía infantil en dos argumentos: 1) una historia como excusa de la imagen; y 2) el relativismo de que en otros lugares han sido expuestas (por lo cual el Museo sería “atrasado” si no las exhibiera).
El museo apuntó también a los carteles que, al comienzo de la exposición, advierten de que "algunas fotografías pueden herir la sensibilidad moral de los niños y jóvenes". Este detalle indica que de antemano quienes exponen saben que se trata de una muestra agresiva, que ofende la dignidad de la persona humana, y que implica un mensaje negativo reñido con el arte que se identifica con lo Bello.
"The Lucid Evidence" se inauguró en septiembre de 2010, y estará abierta hasta el 25 de abril, a no ser que los ciudadanos de Frankfurt inicien acciones e intervengan para que la pornografía no sea considerada arte sino como lo que es: un delito que atenta contra los derechos fundamentales de la persona humana, y que ocasiona daños y perjuicios no sólo a la sociedad sino a las personas que asisten a un sitio público a ver una muestra.
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