martes, 29 de marzo de 2011

EL PRESIDENTE SIRIO ACEPTÓ LA DIMISIÓN DE SU GABINETE, MIENTRAS SUS PARTIDARIOS LO APOYAN EN LA CALLE

Manifestacion progobierno en Damasco

El presidente sirio, Bachar al Asad, aceptó la dimisión de todo su gabinete, según informó la televisión estatal.

El Gobierno saliente de Mohamed Nayi Otri, de perfil tecnócrata, se formó el 18 de septiembre del 2003. Otri había reemplazado como primer ministro a Mohamed Mustafa Miro, y la último cambio de su gabinete lo realizó en abril del 2009.

Las fuentes consultadas por Efe que informaron de la renuncia del gabinete no han indicado quién reemplazará a Otri ni han precisado cuándo se conocerá el nuevo primer ministro.

La renuncia del Gobierno se conoce mientras se está a la espera de que Al Asad ofrezca en el Parlamento "un importante mensaje dirigido a todos los ámbitos", según fuentes oficiales.

El nuevo gobierno, cuya composición deberá ser conocida esta semana, completará la agenda de reformas que Al Asad tiene previsto anunciar en breve, tal y como ya indicó el ministro de Exteriores sirio, Faruk al Sharaa

Las reformas que exige el movimiento de protesta que comenzó hace 11 días, incluyen la derogación del estado de emergencia, la liberalización de la prensa y el establecimiento del pluralismo político.

Para contrarrestar las revueltas sociales, cientos de miles de personas han participado en multitudinarias manifestaciones en las principales ciudades del país en apoyo al presidente sirio.

Apoyo al presidente

Frases como "Urgente: la conspiración ha fracasado" o "Hemos hecho caer la conspiración y las divisiones sectarias", se han podido leer en las pancartas de los participantes, en su mayoría funcionarios que han marchado en ciudades como Damasco, Alepo, Hama o Hasake, de acuerdo con las imágenes de la televisión estatal.

En la movilización, que enarboló banderas sirias, fotos del presidente y coreó consignas patrióticas y a favor de la unidad, participaron básicamente jóvenes, muchos de los cuales permanecieron durante varias horas en la céntrica plaza capitalina Omeya.
Incluso, testigos relataron que en la autopista Damasco-Beirut se apreciaron largas filas de automóviles en ambas direcciones con jóvenes, banderas y pancartas llamando a la unidad, la estabilidad y la paz.

En Siria hubo protestas que comenzaron en la localidad de Deraa (limítrofe con Israel) a mediados de este mes de marzo, y que se extendieron por varias ciudades del país, como Damasco, Alepo (en el norte) y en Latakia (en la costa).

En las concentraciones de este lunes 28 de marzo, un gran número de manifestantes portaban banderas sirias y retratos de Bachar al Asad, mientras gritaban eslóganes a favor del presidente, que en el año 2000 sucedió en el puesto a su padre, Hafez al Asad.

A mediados de marzo comenzaron las protestas en varias poblaciones del país exigiendo reformas democráticas y la supresión de la ley de emergencia, vigente desde 1963. Las concentraciones fueron duramente reprimidas en Deraa, a unos 100 kilómetros al sur de Damasco, limítrofe con Israel, con decenas de muertos y donde la población continuó saliendo a la calle en manifestaciones pacíficas. Muchos sospechan de la influencia de Israel en estas manifestaciones.

Complot extranjero o ansias de libertad

Activistas de la oposición y residentes en Deraa denunciaron que la policía disparó contra los manifestantes, una información negada por las autoridades sirias, que han sostenido que bandas armadas se infiltraron entre los manifestantes para provocar a las fuerzas de seguridad.

El régimen sirio es blanco de un complot inspirado desde el extranjero para castigar al país por su apoyo de grupos opuestos a EE.UU., en una clara referencia al grupo chií libanés Hizbulá, al palestino Hamás y a las buenas relaciones con Irán.

Las exigencias reformistas se extendieron a Damasco y Latakia, en el norte del país, donde el Ejército se desplegó para controlar la situación y hasta este lunes  han causado la muerte de más de 70 personas.

Las autoridades decidieron aumentar salarios, ordenaron investigar las muertes causadas durante los choques entre antigubernamentales y las fuerzas de seguridad desde el inicio de las revueltas el pasado 18 de marzo, estimadas en 61 por la oposición.

Al-Assad prometió justicia para las víctimas, liberó a más de 260 prisioneros políticos y anunció el levantamiento inminente de la ley de emergencia vigente desde 1963, así como la revisión de leyes para autorizar la formación de partidos políticos y conceder más libertades.

Entretanto, la televisión siria reportó anoche la captura frente a la costa del país de embarcaciones cargadas de armamento procedentes del puerto libanés de Trípoli, lo que avivó la tesis gubernamental de que las revueltas responden a un complot foráneo. Según fuentes locales, las armas fueron enviadas por seguidores del Movimiento Futuro, el partido del primer ministro libanés saliente, Saad Hariri, mientras otros sospechan una influencia israelí en el hecho buscando disfrazar sus acciones y engendrar conflictos entre las naciones de habla árabe.

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