Por Silvio H. Coppola
Como es de público conocimiento, una de las cuestiones a afrontar por el gobierno nacional, a fin de solventar el déficit del presupuesto, es la entrada al mercado internacional de capitales, para de esa manera, cambiar deudas por deudas, cada vez debiendo más, pero cada vez presentando derrotas financieras como triunfos, a fin de tener anestesiada a la opinión pública.
Como ya se van agotando los fondos provenientes del ANSES, de la AFIP, del Banco de la Nación y los del Banco Central son asaz limitados, es del caso resolver cuanto antes los problemas que impiden el acceso a ese mercado internacional de capitales.
El primero de ellos, según la imposición de los organismos internacionales de crédito y el revivido en cuanto a las negociaciones con la Argentina, Fondo Monetario Internacional, es llegar a un acuerdo con el Club de París. Esta deuda, originada en la época del gobierno de facto y que puede catalogarse como deuda odiosa, de hecho ha sido reconocida por nuestro gobierno como perfectamente válida, aunque por ahora su eventual pago se mantiene en suspenso, pero no por falta de voluntad de cumplimentarla, en un sálvese como se pueda.
Y el segundo problema es la situación de los acreedores que quedaron afuera del Acuerdo de Dubai de 2005 y corresponde a la cesación de pagos de diciembre de 2001. Ahora la Corte de Apelaciones de Nueva York, dónde por la prórroga de jurisdicción a que accediera en su momento el gobierno argentino, se han radicado los juicios de cobro de estos acreedores (con origen en bonos emitidos por el país en la década de 1990), nucleados en los llamados fondos buitre, se ha pronunciado en el sentido de que hasta tanto se cancele el capital debido, se deberán "seguir pagando los intereses que correspondan".
Claro, fallo sabido pero demorado. El caso es que también para lograr el salvavidas, va a haber que arreglar este tema.
¿Cuántos hospitales, escuelas y caminos se dejarán de construir por solucionar esto y poder seguir adelante?
Sería bueno que el gobierno antes de acceder a todo, practicara una liquidación y así nos podríamos enterar. Y así después entrar, al tan deseado mercado internacional de capitales.
LA PLATA, julio primero de 2011.
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